In principio erat Verbum©
Simón Vargas Aguilar©*
“Estoy en deuda con mi padre por vivir, pero con mi maestro por vivir bien” Alejandro Magno
Es probable que esta conmemoración, al menos en nuestro país, sea mucho más relacionada con el 15 de mayo, que con el 05 de octubre, sin embargo, a nivel mundial desde 1994 se ha establecido como un día para celebrar de qué forma las y los docentes están transformando la educación, para reflexionar sobre el apoyo que necesitan y para repensar el camino que queda por delante con respecto a la profesión.
La UNESCO ha propuesto que las pláticas y conferencias de este día se centren en la importancia de detener el declive en el número de docentes y en revertir esta tendencia, como una prioridad de la agenda mundial, también se abogará por dignificar y valorar la profesión, analizando sus desafíos y presentando prácticas inspiradoras para atraer, retener y motivar y finalmente se analizarán las formas en que los sistemas educativos, las sociedades, las comunidades y las familias reconocen, valoran y apoyan a los docentes.
Tenemos que reconocer que la mejora en la educación no debe ser utilizada como un estandarte a ondear solo en momento de necesidad, porque antes de la crisis por la pandemia ya se vivían momentos complicados en el sector, pero después del cierre de escuelas y de la implementación precipitada de medidas, la educación fue uno de los sectores más lastimados y los bajos niveles de aprendizaje no han tenido mejoras decisivas, incluso de acuerdo con cifras de la ONU a nivel mundial seis de cada diez niños sufren pobreza educativa es decir, no son capaces de leer y comprender un texto sencillo a los diez años.
Tristemente, en nuestro país la educación aún presenta desafíos, de acuerdo con cifras del INEGI 22.3 millones de la personas entre 3 y 29 años no se inscribieron al ciclo escolar 2021-2022 pero alguna vez estuvieron en clases, además se menciona que de la población antes mencionada 19.4 millones tampoco se inscribieron el ciclo anterior y 1.9 millones nunca han asistido a la escuela.
La deserción escolar en México es un problema serio, pero a ello hay que sumarle las dificultades a las que se enfrentan los docentes: carencias formativas, la falta de destrezas transversales, la escasez de personal de apoyo y el poco respeto hacia ellos, pero sobre todo, la baja remuneración económica y afectiva así como la poca importancia a su continúo desarrollo personal y profesional, solo por mencionar algunos.
Ir a la escuela ya no es suficiente, las niñas, niños, adolescente e incluso los docentes tienen que aprender, pero sobre todo tienen que sentirse respetados y seguros en su entorno, lamentablemente, el crimen organizado y la violencia también han impactado a este sector por lo que se ha vuelto no solo un tema pendiente, sino urgente en la agenda de nuestro país.
No podemos negar que el impacto en las vidas de las y los docentes ha sido significativo, estoy convencido que recordamos algunos datos de la escuela, sumas, restas, algunos poemas o reglas ortográficas, pero tenemos mucho más presente a aquel docente que de alguna forma nos impulsó cuando creíamos que no podríamos resolver los contratiempos, a quien se sentó a nuestro lado a escuchar los inocentes problemas que nos aquejaron de niños o adolescentes, a quien nos sonrió con bondad y nos recordó con sabias palabras el talento que teníamos para alcanzar nuestros sueños, porque aquellos maestro que verdaderamente han escuchado su vocación no solo transformaron su vida, sino sin duda la de cientos de personas.
* Consultor en temas de seguridad, justicia, política, religión y educación.
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