A unos días del mensaje presidencial de Enrique Peña Nieto en razón del Tercer Informe de Gobierno, se escucha en Radio y Televisión una y otra vez, al mandatario señalar sus tareas de gobierno y avances cumplidos.
En primera instancia advierte Peña Nieto que son tres los factores que han impedido el avance del país: Corrupción, desigualdad y la economía mundial.
Es decir, todo iría bien en la Administración federal si en el camino de las reformas estructurales no se hubieran presentado estos llamémosle contratiempos para el despeje del país.
La corrupción es un asunto del que se ha encargado de enseñorear sobre todo la mismísima clase política que circunda al propio Peña Nieto. La llamada Casa Blanca de Las Lomas, millonario inmueble endosado a la señora Angélica Rivera y la compra de una casa en Malinalco, Estado de México por el titular de Hacienda, Luis Videgaray, a precio módico; son los emblemas de la corrupción peñista. Que el propio presidente hable de corrupción en México es como darse un tiro en el pie.
De igual forma advertir a la desigualdad –supongo que social, económica, en oportunidades de educación, empleo y justicia–, como otro de los máximos obstáculos para el desarrollo del país, es tanto como remarcar que poco se ha hecho por abatir ante todo, los índices de pobreza y bajos ingresos.
Si la economía mundial es culpable de la depreciación del peso frente al dólar, de la caída estrepitosa del precio del crudo mexicano y de la economía nacional estancada, es tanto como reconocer que los secretarios de Hacienda y de Economía –Videgaray e Ildefonso Guajardo, respectivamente–, al igual que el casi vitalicio gobernador del Banco de México (Banxico), Agustín Carstens, están de adorno en los cargos que ocupan.
Así las cosas, una vez hecho el deslinde de responsabilidades de Peña Nieto sobre el estado que guarda la nación pasó a la autopromoción de sus logros con 18 spots que sobre todo presumen la aprobación e implementación de las llamadas reformas estructurales.
Como están las cosas en la economía nacional y doméstica. El gasto de la autopromoción del presiente de México es insultante. Pero que nadie piense que él tiene responsabilidad de la corrupción, la desigualdad y el desfalco nacional.
Acta Divina… Es para las televisoras el 30% del gasto en publicidad del presidente Enrique Peña Nieto.
Para advertir… Peña en 2013 superó en 48.8% el monto etiquetado para publicidad oficial y un año después se excedió en 26%. Ha gastado más que sus antecesores Felipe Calderón y Vicente Fox.
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