El gobierno del presidente Enrique Peña Nieto ha demostrado en los tres años de su Administración, que cuenta con un temario específico de asuntos pero carece de estrategia, incluso para hacer creíbles las llamadas “cortinas de humo”.
La segunda recaptura del capo conocido mundialmente y reconocido como “El Chapo” a cargo de los cuerpos de seguridad de élite del Estado mexicano, no es ningún logró; era más bien una afrenta, por lo que la captura del narcotraficante no tiene nada para celebrarse. Un delincuente como Joaquín Guzmán Loera, no debió haberse fugado en dos ocasiones de penales de alta seguridad, sí, dos veces se ha sustraído de cárceles supuestamente con seguridad máxima.
Lo que en realidad el presiente Peña tiene que enfrentar y solucionar ya, es la tempestuosa caída de la economía nacional y las debacles adyacentes.
¿De qué nos sirve a los mexicanos la aprobación de once reformas estructurales si no nos han dado –ni parece nos aportarán—fortaleza interna y externa?
El gobierno federal hasta ahora no ha entendido las tareas titánicas que tenía frente a sí para entrar de una manera decorosa a la segunda mitad del mandato peñista.
La línea era clara. Reformar –en el papel–, al país para después con talla de estadista concretar en el segundo tiempo los amarres políticos, económicos y financieros para tras seis años de mandato, continuar en la frontera transexenal con el poder tras el trono, cual es la ambición de todo político en el mando, que no es lo mismo que en la cumbre.
Sin embargo, la ambición de mano de la corrupción, la ilegalidad y la injusticia, así como la no rendición de cuentas, les ganó a los poderosos en los tres primeros años del actual gobierno, en donde fue más importante comunicar dilapidando los recursos de la nación, que realizar lo que se dice se hace.
El Gobierno federal del priista Enrique Peña Nieto podrá celebrar una y otra vez la corrección de sus errores que a los mexicanos nos cuestan y nos restan en muchos frentes, pero es un festejo sólo de ellos, porque a sus gobernados no nos causa ninguna placidez el que se hallan tenido que dilapidar recursos para recapturar a quien de ninguna forma se les tenía que escapar.
Y ahora: ¿Quiénes los villanos de esta secuela con aires de Chapo? No puede ser que quieran ir tras de Kate del Castillo y Sean Penn, primero habría que investigar a quienes lo dejaron escapar y presumían una pantalla de video vigilancia en su oficina con cámara directa en la celda de El Chapo, allá en el Altiplano, de donde dicen, el capo se escapó por un túnel.
Y dicen que la zaga de Joaquín Guzmán Loera, no es de ficción y para un peliculón al estilo Hollywood. En dónde además El Chapo podría ser más un personaje incidental que el protagonista cruel.
Acta Divina… El presidente Enrique Peña Nieto informó al mediodía del viernes 8 de enero del presente, sobre la recaptura del narcotraficante Joaquín Guzmán Loera.
Para advertir… Otra vez, El Chapo al Altiplano.