El domingo 25 de Septiembre fue un día muy especial en el estado que nos ha recibido a mi familia y a mí con los brazos abiertos, el lugar donde hemos encontrado nuevamente la oportunidad de luchar por salir adelante.
Por ello viví con satisfacción la alegría y entusiasmo vivida ayer por la mayoría de la población del hermoso estado de Quintana Roo, desde que he sido consciente de la importancia de la política en nuestras vidas, el caso de la toma de protesta del domingo en Quintana Roo es el único que pudiera comparar con el caso de euforia pero sobre todo, esperanza en un cambio positivo y profundo, como el que generó el triunfo de Fox en el 2000.
Un joven estado, el más joven junto con Baja California, que desde su fundación había sido gobernado por un solo partido, ayer tuvo un cambio de estafeta y no es para menos el entusiasmo de su gente, las cosas ya se mostraban muy desgastadas, que el estado número 1 en Turismo del país, con una de las ciudades más visitadas en el mundo y con el dólar por los cielos, este prácticamente quebrado no es detalle menor y habría que investigarlo.
Mucho trabajo tendrá la nueva administración para sacar las cosas adelante, mucho necesitará demostrarle a una población que ha sido muy humillada, muy maltratada, muy menos preciada y que sin embargo este domingo dijo estar dispuesta como siempre a luchar por salir adelante. El nuevo encargado del estado es contador y parece que por el momento es lo que necesita el estado, alguien que controle las finanzas para comenzar a recuperar el desastre económico que encuentra; en su caminar, en su hablar, se mira como un hombre mesurado, un hombre pragmático y sensible de los dolores que aquejan a la población que creyó en él.
Justicia! Fue el grito predominante entre la gente en su toma de protesta, un grito improvisado como aquel –no nos falles! Que le gritó la gente a Fox en el 2000 y que éste acabo traicionando, Justicia quiere el pueblo justicia hay que darle.
En Quintana Roo terminó ayer el peor huracán que ha ocurrido en su historia, un huracán que destruyó al estado por 6 años, quizá más, seguramente más. Hoy es el momento de reconstrucción. Contador Carlos Joaquin, no nos falle.
Jorge A. Barrientos