Por Arturo Sandoval
“No me duelen los actos de la gente mala. Me duele la indiferencia de la gente buena”. Martin Luther King.
Bueno, es hora de sacar el billete en serio para comprar conciencias, convencer ingenuos, premiar congresistas, pedir amparos, amenazar al Gobierno y cargarles todas las consecuencias a los trabajadores. Incluso líderes sindicales serán tasados muy alto para en lugar de defender los agremiados, los perjudiquen aún más. Ya dicen que la gente quiere trabajar 12 horas diarias 6 días semanales para vivir mejor. Cuando este número de horas y más, ya las trabajan el 27% de la fuerza laboral desde hace más de 30 años – obreros, campesinos, mineros, oficinistas, meseras, cocineros, cajeras, personal de limpieza, personal de enfermería, vendedoras de mostrador, vigilantes, veladores, repartidores, etcétera de todos los géneros y edades-.
Estos líderes sindicales junto con los empresarios piensan que es suficiente un día de descanso a la semana para que una trabajadora o trabajador tenga tiempo de hacer reparaciones a su casa, ir al parque o al cine con su familia, ir al mercado, pasar al dentista, lavar su ropa, jugar y platicar con sus hijos o su pareja, echarse una siesta, levantarse tarde, hacer ejercicio, tener sexo, etcétera. Después de todo esto, regresar al otro día con todas las ganas y salud para trabajar doce horas seguidas con media hora para comer; claro, hay que agregar el tiempo de transporte con un mínimo de unas dos horas diarias.
Pero los empresarios tienen su razón. No les importa la salud física ni mental de sus trabajadores, gente con necesidad de llevar comida a su casa se enferma y muere diario hay mucha, pero es sustituible; tanto como un cartucho de rasurar para este tipo de empresarios.
Lo importante, según su razón, es obtener más utilidades con el menor gasto; sí gasto, no inversión, no les interesa ver como inversión a sus trabajadores, y mire un ejemplo: en una cadena de tiendas de departamentos con restaurante, la hora de cierre es a la una de la mañana; al salir del trabajo, en algunas zonas los trabajadores se van a jugar a un parque o a dormir en una banca para ir a su casa al amanecer y regresar a trabajar en pocas horas. Si les va mejor en distancias y transporte, donde está su casa es una ciudad dormitorio. Al llegar al hogar su familia duerme y al salir temprano al otro día, tampoco ve a su familia.
Difícilmente tendrá humor y salud para convivir el día de “descanso”. El dueño de esta cadena comercial, ya se muestra en contra de esta reforma de reducción de la jornada laboral que, aunque seguirá como buen negocio aún dando dos días de descanso a sus empleados, no está dispuesto a reducir sus utilidades sin querer bajar un sólo escalón del ranking de los más ricos del mundo ¿alguno de las 20 ó 30 personas más ricas de México pensarán diferente?
Seguramente si se ajustan a las 40 horas semanales seguirán igual o más ricos, sus empleados pueden ser más productivos con esa semana inglesa. Es fácil comprobarlo en empresas mexicanas y extranjeras donde sus empleados trabajan 5 días semanales 8 horas diarias en el País; incluso, varias, el viernes medio día, sin perder un centavo de sus utilidades. Sus sistemas laborales deben copiarse o adaptarse por otras empresas administradas de mejor forma: quizás con nuevos sistemas adecuados a cada empresa.
Asustarse, sorprenderse por ver a un líder sindical defender a los empresarios y traicionar a los trabajadores no tiene por qué ser; es lo normal aquí y en otros países. Se repite: el único que puede salvar al pueblo, es el pueblo. Eso no entienden los empresarios de hoy, que en México la gente está harta de ser explotada cerca de un nivel de esclavitud, a costa de su salud y la de sus familias. Quieren condiciones de trabajo con sentido humano. Si los empresarios no aceptan la semana de 40 horas, encenderán una mecha muy corta para un probable estallido social. Han tenido estos millonarios 6 años para entender los cambios de raíz, algunos diametrales y que esto seguirá en la misma línea con el gobierno de Claudia Sheinbaum.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), pone a México como el país donde más se trabaja con 2 mil 226 horas anuales por persona, alrededor de más de 500 horas en el promedio de dicho organismo; o sea que son 12 horas de trabajo al día durante 6 días a la semana, más horas de transporte. La gente no tiene vida social, ni familiar ni de descanso ni de entretenimiento ni nada de nada.
Las cifras de la OCD son mayores a las del Instituto Mexicano para la Competitividad, las cuales muestran jornadas de trabajo que superan 48 horas semanales en el 27% de la fuerza laboral del País, aún cuando este organismo es privado y lo presiden opositores al gobierno de Sheinbaum.
Al menos dos de cada cinco muertes relacionadas con factores ocupacionales son resultado de los efectos que causa la exposición a jornadas laborales extensas, el principal elemento de riesgo de salud para las personas con un empleo subordinado, reitera la Organización Internacional del Trabajo (OIT). En México, 7.8 millones de trabajadores tienen jornadas por encima de 55 horas semanales para rebasar el límite de riesgo de la OIT; lo que representa al 13.3% de la población ocupada, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) para el tercer trimestre de 2023.
Tipos de explotación laboral
Explotación laboral son aquellos abusos que comete el empleador sobre el empleado, como trabajar bajo una condición de amenaza o percibir un salario que no se corresponde con la responsabilidad, esfuerzo y horas de trabajo.
Los casos más comunes:
• Bajos salarios
• Cero prestaciones
• Trabajo forzoso
• Trabajo infantil
• Privar de alimentación
• Abusos sexuales
• Ejercer violencia física
• Tráfico de drogas
• Pornografía y prostitución
• Servidumbre, entre otros.
Olvidan el “tengan para que aprendan”
Otro que no aprende quién manda es Ricardo Monreal. Divide la Cámara de diputados morenistas para imponer sus intereses de todo tipo. Más de 100 diputadas y diputados lo siguen. No pasará mucho tiempo en que salgan cadáveres del closet de cada uno; más de Monreal y, pierdan el fuero. Morena, con los suplentes le bastará para seguir con su mayoría calificada. Claudia Sheinbaum no es naaaada fresa.
NOTA: empresarios… “no chinguen; pero a su madre respeten”, diría desde el cielo el querido comediante Héctor Suárez.