Yo Campesino
* Ahora se explica por qué al ganso la pandemia le cayó anillo al dedo
Miguel A. Rocha Valencia
El método es el mismo, ordeñar a las instituciones, el presupuesto público federal o de los estados para financiar campañas, comprar votos y con ello alcanzar o sostenerse en el poder.
Por eso el libro “El Rey del Cash”, cuya presentación fue cancelada en el hotel Camino Real –antes fue la librería El Sótano y el Word Trade Center- no revela sino la ruta que muchos conocíamos de cómo sostuvo el ganso de Macuspana una campaña de tantos años no en busca de justicia, sino de alcanzar el poder utilizando el falso discurso de la austeridad y la honradez.
Y como dice Luz Elena Chávez González en su libro testimonial, todos se sirvieron de los robos al presupuesto y las extorsiones por las que recibieron miles de millones de pesos en efectivo.
Las pruebas son los hechos ya denunciados en que los hermanos del mesías tropical reciben dinero de personeros de gobiernos, del propio ganso que confesó vivir de “aportaciones”; de los dineros que consiguió Julio Scherer entre empresarios, señaladamente del Julio César Villarreal Guajardo de Villacero a quien a cambio de negocios le sacó en 2012 30 millones y después cantidades mayores hasta la campaña de 2018.
Al mismo Alonso Ancira, entonces preso o al abogado Juan Collado al que le exigió dos mil millones de pesos y su empresa a cambio de su libertad. Al primero le quitaron Altos Hornos y se la dieron a Villarreal.
Pero los dineros no alcanzan para todos, hay que guardar para campañas estatales que incluyen acarreos, espectaculares, promociones, publicidad en medios nacionales e internacionales electrónicos y convencionales, redes, pagos a “periodistas” serviles, los utilitarios, los lonches, contrataciones, templetes, sonidos y todo lo que conlleva posicionar un candidato incluyendo cambiarles imagen y “modito de andar y reír” como con Claudia Sheinbaum.
Por ello para el machuchón de Palacio Nacional, la pandemia cayó “anillo al dedo” pue son sólo le permitió disponer de los recursos presupuestales para comprar votos a través de los dizque programas sociales, sino además, aplicar medidas de austeridad para quitar dinero a dependencias federales y organismos autónomos pretextando el covid 19, amén de exprimir los recursos de los fideicomisos, para luego manejar todo con entera opacidad.
Esa opacidad que también se aplica a las “obras presidenciales” como el Tren maya, cuyo presupuesto se triplicó y no existe una explicación razonable para ello, lo mismo que la alberca de Dos Bocas.
Y no sólo por ahí se realizó la ordeña de dinero sino también por dependencias como aduanas donde la opacidad es tan absoluta que de los cerca de 132 mil millones de su fideicomiso ya se gastaron más de 56 mil millones y nadie sabe en qué, y sólo se dice que fue a través de Sedena y Marina, lo cual implica la existencia de un contubernio para “gastar” y sacar efectivo presupuestal.
Esto es que el cash sale lo mismo del gasto federal con disfraz de “inversión” en obra, como ocurre con la compra de medicamentos cuya escasez en dos años provocó miles de muertes. Eso está probado con los números del Inegi.
Otra prueba de que el peje reparte a sus súbditos el botín es el Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado”, denuncia que hizo con pruebas el propio Jaime Cárdenas, quien al denunciar el hecho, el caudillo lo descalificó y lo hizo renunciar a un mes de su nombramiento.
Ni hablar de los Ezquer, Pío y Martín, está claro que “lavan” o guardan dinero que obviamente sale del presupuesto. No se olvide que el año pasado Claudia Sheinbaum ordenó quitar dinero al Instituto Electoral y al Congreso de la CDMX (a este último le mutilaron 400 millones) con pretexto de pandemia, dinero que no se explica dónde quedó ni menos en lo que se gastó.
Al metro en vez de aumentarle el presupuesto se lo disminuyeron hace dos años y las consecuencias: un PCC incendiado y la tragedia de la línea 12. Es decir que los robos de la 4T causan víctimas mortales.
Pero eso, los difuntos no le importan al tlatoani tabasqueño. Su avidez aunque lo niegue, es el dinero y el poder. No está para confesar, pero no se olviden los miles de millones de pesos que le regaló Manuel Camacho Solís, ni lo que recolectaba el señor de las Ligas o Carlos ímaz, ex de la Sheinbaum, quien ya desde entonces o antes, pertenecía a la secta del “Rey del cash”
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