En Tlatelolco, entre los vestigios de la zona arqueológica y la Parroquia de Santiago Apóstol, se yergue sobre un pedestal una gran placa de granito, deteriorada por el paso del tiempo que reza: “El 13 de agosto de 1521 heroicamente defendido por Cuauhtémoc cayó Tlatelolco en poder de Hernán Cortés, no fue triunfo ni derrota, sino el doloroso nacimiento del pueblo mestizo que es el México de hoy”
La inscripción es certera pues más allá de la polémica que suele girar alrededor de la conquista de México, es innegable que el 13 de agosto marcó el fin del Anáhuac y el principio del México producto de la fusión de dos mundos. El sitio exacto donde Cuauhtémoc, ultimo Tlatoani en funciones fue hecho prisionero en aquella lluviosa tarde del día 1 Coatl del mes Tlaxochimaco del año 3 calli del calendario mexica, día de San Hipólito en el calendario cristiano ocurrió en el paraje lacustre denominado a partir de entonces Tequipeuhcan en Tepito y perteneciente a Tlatelolco.
Ahí el bergantín de García Holguín dio alcance a la comitiva imperial que intentó romper el cerco de los españoles y sus aliados indígenas apresando al Tlatoani, quien vivió prisionero de Cortés hasta su ajusticiamiento en 1525 en el camino de la expedición a las Hibueras. Tequipeuhcan significa “lugar donde comenzó el trabajo forzado” y hoy corresponde a la Iglesia de la Conchita y su pequeño atrio en las calles de Constancia y Tenochtitlan en el histórico barrio bravo de Tepito.
Los Tepiteños año con año se reúnen en la “Conchita” y conmemoran en las tardes siempre lluviosas de agosto tan trascendental efeméride, es una ceremonia cargada de simbolismos y sincretismos en la cual se funden el obligado homenaje a Cuauhtémoc, con ritos, bailables prehispánicos e incluso una misa católica.
Es un acto genuino y popular donde se reivindica nuestra memoria histórica, orgullo e identidad nacional. Probablemente es el único sitio y acto en México donde se recuerda a Cuauhtémoc en la fecha de su derrota y todo lo que ello ha significado en las cinco centurias que han transcurrido a partir de entonces. Los habitantes del barrio bravo se despojan ahí del estigma de violencia y delincuencia que generalmente los estereotipa y muestran su carácter de esfuerzo, trabajo, cívico, cultural y popular. Se muestran orgullosos de una resistencia que se traduce en ser herederos del espíritu de los antiguos calpullis de Tenochtitlan y de la tradición comercial que distinguió a Tlatelolco, su Ciudad hermana.
La calle de Constancia, llamada así, pues refiere a que ahí se da constancia de los hechos acaecidos aquella tarde del 13 de agosto de 1521, corre entre Paseo de la Reforma y la Iglesia de la Conchita, por mucho tiempo fue la principal arteria del barrio y una de las pocas pavimentadas, del otro lado de Reforma se alza la emblemática zona habitacional de Tlatelolco. A mitad de la calle, en la esquina con la calle Santa Lucia, y donde hoy se encuentra una refaccionaria, hay una placa escondida por un toldo que da cuenta que ahí García Holguín entregó a Cuauhtémoc a Cortés y fue donde el Tlatoani pidió al extremeño lo matara por no haber podido defender a su reino.
El pasado 13 de agosto fue sin duda una conmemoración muy particular y emotiva, pues a los actos acostumbrados y realizados año con año se añadieron dos participaciones muy significativas no solo para el barrio, sino sin temor a exagerar considero también para México.
En primer orden se contó con la asistencia como invitado de honor del General de Brigada DEM Juan Manuel Díaz Organitos, Director General de Archivo e Historia de la Secretaria de la Defensa Nacional, y gracias a quien se logró la autorización por parte de la Secretaría para la presencia de bandera con escolta y banda de guerra, con lo que se pudo rendir honores a la bandera nacional, y a la memoria de Cuauhtémoc, fue muy emotivo cantar el himno nacional y escuchar el toque de silencio. La presencia del General Organitos, como es llamado en el argot militar el Director General de Archivo e Historia, fue muy aplaudida, fue recibido por una comitiva de niños y niñas del lugar, saludado con afecto por los lugareños que pidieron fotografiarse con él y a viva voz reconocieron al Ejército Mexicano, el General afable con todos se dio tiempo para atender a cada persona que se le acercó, los niños y niñas tampoco perdieron oportunidad para fotografiarse con los miembros de la escolta y la asistente del General.
Al General Organitos, lo acompañaron los Generales Brigadieres Guillermo Alfonso Zarate Landero y David Moreno Cruz, el General Moreno preside la Asociación Cultural “General de División Francisco L. Urquizo”, además de su notable trayectoria, actualmente es catedrático del Heroico Colegio Militar y destacado promotor cultural. La presencia castrense derivó en un acto de legitimo acercamiento entre pueblo y ejército, exaltó los valores patrios y refrendó no solo la identidad precortesiana en el instituto armado sino su posición como una de las instituciones más queridas y reconocidas por los mexicanos. La comunidad a su vez pidió al General Organitos, la colaboración de la SEDENA para instalar una bandera monumental en el sitio.
A todo lo anterior se sumó la generosa participación del músico e historiador Samuel Máynez Champión, Samuel es un mexicano singular, quien se ha dado a la tarea de rescatar las óperas europeas sobre Moctezuma, particularmente “Motecuzoma” de Vivaldi, ha compuesto también operas sobre Cuitlahuac y Cuauhtémoc. Samuel invitó al acto a los descendientes del destacado músico Aniceto Ortega del Villar, y como broche de oro llevó al grupo Tribu y al talentoso tenor Rogelio Marín, quien interpreto una Aria de la ópera “Cuauhtemotzin”, Rogelio estuvo ataviado con vestuario elaborado en colaboración con el INAH.
El acto musical fue muy emotivo movió las fibras de todos los presentes, al final al reflexionar acerca de lo logrado por la comunidad de Tepito en conjunto con el Ejército Mexicano y Samuel Máynez, no quedo más recordar aquella hermosa cita de los Memoriales de Culhuacán y que afirma que:” En tanto permanezca el mundo, no acabara, no terminara, la fama y la gloria de México-Tenochtitlan”.