Palabra de Antígona
Sara Lovera
En Mérida, mujeres que hace cuatro años impulsaron la Colectiva 50+1 se reunieron en un Segundo Congreso Internacional, y sin ambages plantearon que hay mujeres en todo el país que se preparan para los comicios de 2024.
Reunieron a mujeres con experiencia o sin ella, pero con ganas, jóvenes con conocimientos, algunas con posición clara, muchas autodenominadas feministas, y capaces de hacer alianzas; también de partidos políticos. Tocaron muchos asuntos, algunos candentes, como la violencia política, el patriarcado obstaculizador y la necesidad de ser ilustradas.
No estuvieron para guerrear, pero sí para hacer la crítica clara sobre los derechos perdidos en los últimos cinco años. Trabajaron con la anfitrionía de la yucateca Cecilia Patrón Laviada.
Interesante ejercicio plural, lejano de los discursos de la política de los hombres. No hubo esas horribles: “Gracias, señor gobernador”. Se diría: confiadas en su fuerza, recogiendo nuestra historia. Ellas saben que, en México, cuando las mujeres se juntan sin mirar el color de donde provienen, con causa y acuerdo por la igualdad de las mujeres, consiguen.
Una reunión de “poderosas”, exgobernadoras, diputadas, senadoras, regidoras, dirigentes antiguas y nuevas, de colectivas, muchas jóvenes, unas muy emperifolladas, también empresarias, académicas y hasta periodistas. Todas, de 28 estados del país.
Mérida es el lugar simbólico para los derechos políticos de las mujeres. Fue ahí donde se eligieron las primeras diputadas locales y la primera regidora, donde se despenalizó el aborto en 1922 por razones económicas. Este tema no lo tocaron, porque en esa entidad persiste el machismo conservador y es un primer y grave problema la violencia familiar. Yucatán tiene los niveles más bajos de violencia y otros crímenes contra mujeres, pero nadie sabe lo que pasa paredes adentro. Tiene el primer lugar en suicidio.
Difícil es para mujeres de 50+1 saber de la resistencia machista-maya. Dispuestas, recibieron lección de las exgobernadoras Beatriz Paredes Rangel, Amalia García Medina y Dulce María Sauri Riancho.
Quieren el poder, efectividad en la paridad electoral, transparencia y democracia. Su reto es hoy que no se puede apoyar a cualquier mujer. ¿Saben? Yo creo que se necesitan mujeres comprometidas con la agenda feminista. No lo dijeron. Pero sí conspiraron. Me dijo Dulce María Sauri Rinancho, se trata de empujar a convencidas de su independencia y autonomía.
Vi a María Elena Orantes López, fundadora de la Colectiva, hoy cónsul en Houston, Texas, y escuché un claro discurso de Claudia Corichi Medina, dirigente nacional de 50+1. Sorpresa fue la aparición del dirigente nacional de la Confederación de Cámaras Industriales de México (Concamin), José Abugaber Andonie, solidario, y la presidenta de la Coparmex de Mérida, Beatriz Gómory Correa.
Y ahí, como si nada, Xóchitl Gálvez Ruiz, surgida ya como una mujer independiente, no panista, y con cierta claridad de qué necesitan las mujeres. Ella estuvo en Yucatán en otros escenarios, antes de irse a reclamar en Dos Bocas un primer bidón de petróleo. Ella podría ser la sorpresa que se anda buscando.
En una reunión que encabezó, un participante dijo que Santiago Creel Miranda retire su deseo de participar en el proceso de la alianza opositora y coopere para ganarle a Morena en 2024.
Las circunstancias, la reunión y el discurso del gobernador Mauricio Vila Dosal me dejaron el sentimiento de que ahora sí estamos muy cerca de tener una presidenta de la república, ojalá capaz de comprometerse con las mujeres y no ser como un palo de escoba inerte e insensible, repetidora del discurso de su jefe, que crea en los derechos fundamentales de más de la mitad de la población. A ver si estamos en lo cierto. Veremos…
*Periodista. Directora del portal informativo http://www.semmexico.mx