Es casi imposible olvidar de la entrevista del periódico El País, la frase de Aurelio Nuño, jefe de la Oficina de la Presidencia de la República: “No vamos a ceder aunque la plaza pública pida sangre y espectáculo.
No vamos a saciar el gusto de los articulistas”.
En aquél principio de diciembre de apenas el año anterior, Nuño salió a defender lo indefendible con dichas palabras, respecto a la multitud de citas, opiniones y críticas que se vertieron al conocerse que la familia del presidente Enrique Peña Nieto poseía una casa de valor excesivo en las Lomas de Chapultepec en el Distrito Federal, misma que fue construida por el Grupo Higa, empresa que además de ser ya una de las más activas con contratos en el Estado de México durante el mandato local de Peña Nieto, también era una de las tres empresas mexicanas vinculadas a la construcción del Tren de Alta Velocidad México-Querétaro, asignada al consorcio China Railway.
La verdad, es que nadie quiere sangre de ningún tipo ni figurada ni real en un país que está más que manchado por distintos y varios flagelos.
Pero tampoco basta con pedir renuncias de gobernadores, remover secretarios o destituir funcionarios.
Sin embargo; Nuño, el flamante jefe de Oficina de la Presidencia, seguro ya se está mordiendo la lengua, porque nada más y nada menos, el despido de David Korenfeld –disfrazado de renuncia—de la dirección de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), fue precisamente por la presión pública –la plaza pública—de las redes sociales en principio, la prensa escrita y las informaciones opinadas al respecto de que Korenfeld utilizó un helicóptero de la dependencia en la que despachaba, para un asunto particular, aun cuando el argumentó que era cuestión de salud.
La renuncia de Korenfeld, no tiene ningún mérito para tomarlo como un golpe de honestidad de la presente administración pública. Se requiere más, mucho más.
Hasta ahora no se sabe, como lo prometió la esposa del presidente Peña Nieto, la señora Angélica Rivera, de haber puesto a la venta la llamada Casa Blanca de Las Lomas, y en su caso; transparentar en serio cómo y con qué se adquirió dicho inmueble.
Tampoco pueden quedar así como así, el que el secretario de Hacienda, Luis Videgaray compró con más que facilidades en Malinalco un inmueble y entre otras más, el que el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong se encuentre rentando inmuebles de casi 200 mil pesos.
No queremos ni espectáculo, ni sangre. Lo que se requiere es honestidad sin rasgo de partido o grupúsculo.
Acta Divina…En mayo de 2013, el presidente Enrique Peña Nieto advirtió que como hacía 100 años, seguía siendo vigente la lección del ex presidente Venustiano Carranza de que “el ejercicio honesto de la política es capaz de sumar intereses y esfuerzos en favor de todos los mexicanos”.
Para advertir…No es la mismo la lección de Carranza que carrancear. ¿O acaso se nos advirtió desde entonces y no quisimos ver?
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Pues si pero, con la renuncia del secretario de la conagua quieren acallar todas las demas quejas, con esto se quieren curar en salud, cuando falta mas mucho mas o sera mas bien faltan mas, muchas mas renuncias.saludos