En cualquier equipo o grupo no es lo mismo señalar a los unos que referirse a los otros.
Los unos son los cercanos, a los que no sólo les cuentas lo que el vínculo relacional obliga, hay oportunidad de platicar más allá; desde la vida cotidiana, las ambiciones presentes y hasta los recuerdos lejanos.
Los otros son aquellos quienes pertenecen al grupo pero no hay dependencia ni cercanía, se les saluda, se cumple en escucharlos y hasta se les tiene de vez en cuando una deferencia, como para hacerlos sentir pertenecer, pero sólo es forma, no es real.
Así se ve ya a menos de tres años de mandato presidencial el equipo del presidente Enrique Peña Nieto.
Los unos y los otros son muy fácil de distinguir entre los hombres del presidente de México.
Los unos son los que están muy cerca de él, es más, tienen su oficina a escasos 50 metros de la oficina presidencial en la mismísima residencia de Los Pinos. Son esos mismos que departen con él, que diseñan estrategias y que claro, hablan en cercanía del desempeño de los demás secretarios de estado, de sus aciertos y sus errores, pero sobre todo de los que no son como ellos.
A todos queda claro ya, que de entre los unos, hay uno primero, pues él puede aconsejar para desplazar a los espacios de los otros a los que antes eran unos y así quedarse como el uno número uno, el primerísimo.
Si a alguien de quien lee estas líneas le ha venido ya a la cabeza el nombre de Aurelio Nuño Meyer, jefe de Oficina de la Presidencia; no se equivoca.
Es Nuño el que se advierte sagaz sobre todo, el que censa la actuación de los otros hombres del presidente Peña Nieto y que incluso les advierte si sus tareas gustan o no en Presidencia.
Es el jefe de Oficina de la Presidencia quien ya intenta marcar la diferencia ante la “plaza pública” de que él si es austero; que no tiene casas de valor millonario y que tampoco paga rentas con valores superiores a lo que se gana mensualmente como secretario de Estado. Nuño, el primerísimo; viaja en clase turística por avión –of course– y por estas y muchas cosas más, es que la gente hasta le pide una que otra fotografía para aparecer con él.
Pero no hay que confundirse. Arelio Nuño no es como nosotros, no le creamos, no caigamos en la trampa. Nuño es el hombre del presidente Peña Nieto y gana entre 130 mil y 150 mil pesos al mes además de tener otras prestaciones cuantificadas en miles de pesos.
No cualquiera tiene como dirección para desempeñar su trabajo la Residencia Oficial de los Pinos y además como jefe inmediato, al presiente de la República Mexicana.
Los unos y los otros ya no trabajan más en programas conjuntos. Ahora hay quienes contribuyen al trabajo de los unos y si no, se está en el último escalafón de los otros.
Acta Divina…Aurelio Nuño, jefe de Oficina de la Presidencia de la República abordó junto con su esposa, un vuelo comercial el jueves Santo pasado, para dirigirse a Cancún, Quintana Roo.
Para advertir… Nuño empero, no es un político pobre.
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