Es tan terrible lo sólo que se le ve al presidente de México, Enrique Peña Nieto; que se cuentan en decenas los artículos que han tocado el tema de la soledad política que le aqueja –y ya hasta personal.
La usanza política apuntaba a que en el último año del cargo sexenal, era lógico el aislamiento en el que iba quedando el jefe del Ejecutivo como consecuencia natural tanto de la próxima conclusión de su mandato así como de la búsqueda de sus cercanos de permanencia en el ámbito político-legislativo. Empero, el panista Felipe Calderón y el priista Enrique Peña Nieto, encontraron la soledad a la mitad de su gestión.
Calderón apenas a unos meses de tomar las riendas del país, decidió cambiar su compromiso de ser el presidente del empleo y de las manos limpias, al que emprendió decidido, una guerra en las calles en contra de la delincuencia organizada y el propio narcotráfico. La muerte de dos de sus secretarios de Gobernación –Juan Camilo Mouriño y Francisco Blake Mora–, en condiciones muy explicadas pero sospechosas, abonó al aislamiento de Felipe Calderón de quien poco se sabía de sus actividades por las tardes de forma cotidiana. Las elecciones intermedias federales del 2009 en las que Acción Nacional perdió muchos espacios, abonaron aún más al desierto en el que se instaló prematuramente Calderón.
Peña Nieto por su parte, empezó a notarse aislado desde que apareció la información del cómo habría obtenido los recursos económicos para la compra de una casa de casi 90 millones de pesos. Fue su vocero, Eduardo Sánchez el único que salió a defender a su jefe por el asunto de la multimillonaria casa de Las Lomas y claro, por instrucción. Sus empleados cercanos y los que se presumen como sus amigos, se quedaron mudos, ni siquiera tiempo después le hicieron segunda en hacer pública, cada uno de ellos, su declaración patrimonial.
Una a una se le han ido acumulando a Peña Nieto, las situaciones de crisis gubernamental en donde incluso algunos de sus más allegados funcionarios han sido tocados por el tema no sólo de la corrupción, sino también por el de la inoperancia, pero es en el mandatario mexicano, en el que recaen los errores de otros.
De igual forma que Calderón, Peña Nieto está sumido en la más terrible soledad, incluso ya hasta de su consorte quien debió haberlo acompañado primero por una cuestión de amabilidad hacia su esposo en el día de su cumpleaños y también de cortesía política hacia las mujeres mexicanas, ya que en Tlapa, Guerrero en donde pasó el presidente su aniversario de vida; está establecida “La Ciudad de las Mujeres”. El presentador en Tlapa, fue el único que intentó ponerle ambiente al momento en que Peña partía su primera rebanada de pastel que por cierto cayó, porque la verdad, aquello parecía tan desangelado, que dolía ver al presidente de México, tan pero tan solo.
Acta Divina…Roberto Borge, gobernador de Quintana Roo, destacó en su Twitter personal el pasado 20 de Julio: Felicidades, señor Presidente Enrique Peña Nieto @EPN, por su cumpleaños. Le deseo lo mejor en su día, en convivencia con su familia.
Para advertir… El caso de Vicente Fox es patético. Fue aislado por la propia Marta Sahagún; primero su vocera y después su esposa.
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