Hay quienes dicen que en la carrera de rumores entre quien sería al final el dirigente del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del Partido Revolucionario Institucional (PRI) para suceder a César Camacho Quiroz, de entre todos; ganaron dos: Manlio Fabio Beltrones el candidato de la fórmula única y el aún jefe de Oficina de la Presidencia, Aurelio Nuño Mayer.
Beltrones conocedor de su capital político dentro y fuera de su propio partido, fue el único de los candidatos –tan profusamente enunciados en los distintos medios de comunicación–, que dijo de manera pública, sí quiero la dirigencia priista, e incluso también; que su único objetivo era esa misma posición, otra invitación lo llevaría a aplicar un plan B, fuera cual fuera este.
Los otros candidatos hicieron su trabajo con impulsos muy manejados y sofisticados, sin abrir la boca para decir quiero competir. Pero de entre todos estos, el que más impulso tomó fue Aurelio Nuño, quien además se placeó en los últimos días como nunca antes con su propio jefe, el presidente Enrique Peña Nieto. Eso ayudó a vislumbrar a muchos y tal vez al propio Peña, que para la dirigencia priista entre Beltrones y Nuño no había competencia alguna y sí un claro ganador.
Beltrones emana por sí mismo su propia fuerza, en tanto Nuño aún depende en gran parte de lo que irradie su propio jefe.
Hay quienes ponían el real ejemplo de que entre las bases de todo el país, Nuño no era nadie. Beltrones era como un ícono.
Llamar a cualquier dirigencia estatal desde Insurgentes para dar una instrucción a nombre de Nuño, habría quien preguntaría: ¿De parte de quién? En cambio a Beltrones, lo reconocerían hasta los operativos y no militantes.
Nuño dicen ahora, podría ser candidato al 2018 para jefe de Gobierno del Distrito Federal, pero de entre sus adversarios muestra ya según el periódico Reforma, la menor intención del voto para el PRI, seis puntos por debajo de la candidata del PRD vislumbrada por el mismo diario.
Ñuño Mayer es hombre del presiente de México no cabe duda –sólo habría que preguntarle a los titulares de gabinete cuán grande es su poder ahora. Pero queda claro que como candidato a un puesto en donde el reconocimiento partidista y trabajo hacia el mismo, no tiene nada que hacer el ahora jefe de Oficina de la Presidencia.
El ahora poderoso Nuño y los demás priistas, tienen que darse a la tarea de buscar un candidato que arrastre para la elección madre del 2018.
Nuño perdió. Quedó claro cuál es su verdadero capital político sin la sombra de Peña Nieto.
Acta Divina… El jueves por la mañana, el jefe de Oficina de la Presidencia, Aurelio Nuño Mayer fue uno de los primeros en felicitar a Manlio Fabio Beltrones, quien se perfila para encabezar al partido tricolor.
Para advertir… Peña y Nuño de vacaciones a la par.
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