“Las promesas no son mentiras hasta
que no se cumplen”: Jorge Saldaña
- Gobierno decepcionante
- Poco que celebrar en III Informe
- Economía en gran desaceleración
- Pobreza, impunidad, inseguridad
- Crecen deudas externa e interna
- De la Narvarte, fabrican culpables
Agosto 31, 2015.- A unas horas de que se conozcan las cuentas sobre la marcha de la República en el III Informe de Gobierno de Enrique Peña Nieto, persiste la incertidumbre de cómo habrá de lidiar el mexiquense con el descontento ciudadano ante un gobierno que no ha cumplido con las expectativas que generó en prácticamente todos los renglones de la vida nacional, particularmente en economía, seguridad, aplicación del Estado de derecho, y combate a la pobreza y la desigualdad. La percepción de los trabajadores mexicanos es que su situación ahora es peor que con los gobiernos panistas, que la inseguridad se mantiene en todos los renglones, y que en educación y salud se vive la misma situación que con las administraciones anteriores.
El gobierno de Peña Nieto, a la mitad del sexenio, se ha destacado en política social pero por “mover a México” hacia la pobreza, como lo confirman las propias cifras oficiales del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) y el Banco de México, y las evaluaciones del Coneval. La economía está en un bache, no crece a los ritmos que se prometieron en campaña y al aprobar los paquetes económicos de los últimos dos años. Las reformas estructurales aprobadas a espaldas al pueblo y con la complicidad del PAN y PRD con el PRI y PVEM, así como el Panal, no han dado los resultados pregonados. La economía se sigue desacelerando. El crecimiento promedio del PIB en la actual administración es apenas de 1.8 por ciento, muy lejos del 5 por ciento prometido por Peña Nieto en su campaña presidencial.
Y la situación sigue empeorando: en el segundo trimestre de este año el PIB registró un crecimiento de 2.2% anual real, inferior al 2.9% del segundo trimestre de 2014 y también inferior al 2.6 por ciento del primer trimestre de 2015. Para este año la Secretaría de Hacienda y Crédito Público espera un crecimiento de 2.2% del PIB, muy por debajo de las expectativas generadas cuando se aprobó el paquete económico de este año. Mes tras mes, conforme se deteriora el comportamiento de las actividades productivas del país y se complica el panorama internacional, las autoridades hacendarias y del Banco de México, así como los organismos económicos internacionales y los analistas privados, disminuyen su estimación del crecimiento de la economía mexicana para este año, que si bien nos va superará el 2 por ciento del PIB.
La reforma fiscal peñanietista ha golpeado a las actividades productivas, que tienen un débil desempeño; las actividades secundarias, construcción, industria manufacturera y minería, se contraen; las exportaciones no petroleras están estancadas; la producción petrolera sigue a la baja, y para completar el cuadro el precio internacional del petróleo continúa disminuyendo y con ello los ingresos del gobierno federal por este rubro, lo que lo lleva a “apretarse el cinturón”. Las actividades terciarias, servicios y comercio, han tenido un mejor desempeño, pero no ha sido suficiente para impulsar la economía en general. Para acabarla de amolar, el manejo del gasto público ha sido errático desde que arrancó esta administración.
Lo peor es que en materia económica se sigue haciendo lo mismo que desde hace 30 años, con lo que se ha alcanzado el mismo resultado: bajo crecimiento, mucha desigualdad e incremento de la pobreza, más de 2 millones de mexicanos más, que golpea a los más necesitados. De los 12 millones de habitantes mayores de 65 años la mitad vive en situación de pobreza, uno de cada cuatro padece carencia alimentaria y 60 por ciento está en rezago educativo, esto a pesar de los programas sociales para la tercera edad, que tanto presume Enrique Peña Nieto.
CRECE DEUDA
Lo que si ha podido elevar la actual administración federal es la deuda externa e interna del país. Cifras del Banco de México confirman que en lo que va del gobierno de Enrique Peña Nieto, la economía ha requerido para su funcionamiento de la contratación de 85 mil 599 millones de dólares de deuda externa, de los cuales, el 53 por ciento fue recibido por el sector privado y la banca comercial que opera en el país. Las empresas privadas y los bancos comerciales recibieron del exterior 45 mil 546.3 millones de dólares por vía del endeudamiento; en tanto, el sector público y la banca de desarrollo captaron 40 mil 53.3 millones de dólares a través del mismo medio, entre diciembre del 2012 y el primer semestre de 2015. El saldo de la deuda externa neta del sector público federal asciende a 158 mil 300 millones de dólares.
Por otro lado, ante la caída de los precios del petróleo y una menor plataforma de producción, el gobierno federal acudió también al endeudamiento interno para completar los recursos necesarios para su operación. Al cierre de julio de 2015, el saldo de la deuda interna neta del sector público federal, que incluye la del gobierno, empresas productivas del Estado y la banca de desarrollo, aumentó 262 mil 100 millones de pesos en comparación con el saldo registrado al cierre de 2014, para ubicarse en 5 billones 66.3 mil millones de pesos.
La caída en la plataforma de producción de petróleo y la baja en los precios del crudo a nivel internacional, provocaron que durante el periodo enero-julio de 2015, los ingresos petroleros por exportación sufrieran un desplome de 45.75 por ciento, comparados con el mismo periodo del año anterior, de acuerdo con datos del Petróleos Mexicanos (Pemex). En ese periodo, el monto de recursos captados por las exportaciones fue de 12 mil 176 millones de dólares, en comparación con los 22 mil 445 millones obtenidos entre enero y julio de 2014.
La administración federal que encabeza Peña Nieto enfrentará en las próximas semanas en el terreno económico serias dificultades debido a la cercanía del cambio de ciclo de la política monetaria de Estados Unidos y la desaceleración de la economía china, que provocan un entorno financiero internacional altamente volátil y con mercados hipersensibles a los acontecimientos. Es previsible que los precios internacionales del petróleo sigan bajando; que el peso siga devaluándose, cerrando el año en alrededor de 17 pesos por dólar, y que se incremente la inflación.
INSEGURIDAD INCONTROLABLE
El rubro en el que mayor incredulidad acumula Peña Nieto lo es sin duda la seguridad. Los fracasos se han ido acumulando, en los que destaca la fuga de Joaquín “el chapo” Guzmán, la desaparición de los 43 estudiantes de la normal rural de Ayotzinapa, y la eliminación marcial de presuntos delincuentes en Tlatlaya, Tanhuato y Apatzingán, entre otros. La descoordinación entre las Secretarías de Gobernación con las de la Defensa Nacional y Marina, así como con la Procuraduría General de la República, han sido inocultables.
A pesar de la propaganda oficial, el baño de sangre en el país no se detiene. Los homicidios en los primeros 32 meses de su gestión alcanzan los 57 mil 410, de acuerdo con una investigación del semanario “Zeta” de Tijuana, a partir de cifras recabadas en varias instituciones del país. Los homicidios dolosos en lo que va de este sexenio superan el saldo de la “guerra al narco” de Felipe Calderón. Ese semanario resalta que en el sexenio de Calderón ocurrieron 83 mil 191 ejecuciones, mientras que en lo que va del de Peña Nieto van 57 mil 410 sólo en 32 meses, por lo que de mantenerse el promedio de mil 749 asesinatos mensuales, esta gestión registraría alrededor de 130 mil ejecuciones.
La actual estrategia de “descabezar” las organizaciones criminales en el país no disminuyeron la violencia y la inseguridad. El único cambio perceptible es que durante el gobierno de Felipe Calderón la guerra de los cárteles y delincuentes del crimen organizado se escenificadaza en el norte del país, pero ahora la violencia se ha arraigado en el centro y el sureste, con especial énfasis en Jalisco, Guerrero, Michoacán y el Estado de México. No obstante, la violencia se ha mantenido en Chihuahua, Sinaloa, Baja California, Tamaulipas y hasta Veracruz. Más que eliminado, el terror se ha expandido en el país.
México se ha convertido en un país de impunidades, particularmente en materia de derechos humanos. Los agravios se acumulan y las investigaciones no avanzan. Se incrementan los ejecutados, desaparecidos, desplazados por trata de personas y se elevan los actos de tortura como técnica favorita de “investigación”. Hechos vergonzosos se van sumando: las ejecuciones extrajudiciales en Tlatlaya, Estado de México y la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa; las masacres de Apatzingán y Ecuandurero, en Michoacán; las ejecuciones en Calera, Zacatecas, y los actos de represión en Ostula.
El estancamiento de la política de seguridad ha derivado en graves violaciones a los derechos humanos. Datos de organizaciones no gubernamentales defensoras de derechos humanos destacan más de 24 mil 850 desaparecidos; más de 281 mil desplazados, y más de 8 mil 500 personas detenidas arbitrariamente bajo la figura del arraigo, tan sólo a nivel federal. Resaltan 27 asesinatos y ocho casos de desaparición forzada contra defensores de derechos humanos, y más de 80 periodistas asesinados y 17 desaparecidos.
De acuerdo con el Sistema Nacional de Seguridad Pública, al día desaparecen 11 personas en México, es decir, una persona casi cada dos horas. De seguir con esta tendencia, al finalizar el año habrán desaparecido cuatro mil 15 personas más en el país. Según las cifras oficiales, el número acumulado de personas cuyo paradero es desconocido llega casi a 26 mil víctimas. Las entidades con el mayor número de desaparecidos en el país son Tamaulipas, Estado de México, Nuevo León, Jalisco y Chihuahua.
Este lunes, centenares de periodistas, escritores y artistas del mundo publicaron una carta al presidente Enrique Peña Nieto para pedirle por segunda vez que se esclarezca el asesinato del fotoperiodista Rubén Espinosa. Junto a él fueron asesinadas cuatro mujeres, una de ellas activista de derechos humanos. El fin de semana, las autoridades detuvieron a un expolicía que había estado en la cárcel por tortura como sospechoso del multihomicidio. Pero aún no se ha esclarecido el móvil de los crímenes. También solicitaron la revisión inmediata de los mecanismos para la protección de periodistas y el compromiso efectivo del gobierno federal para garantizar la libertad de expresión en México.
DE LOS PASILLOS
Sigue vigente y actuante la fabricación de culpables. Los datos proporcionados por el procurador del DF señalando a un ex policía de ser parte del grupo que cometió los crímenes de la Narvarte, reúne mucho material para el cuestionamiento, iniciando con las edades. Si tiene 24 años y en el 2011 fue condenado a más de 4 años de cárcel por torturas y abusos, contaba apenas con 20 años, ¿a que edad le permitieron ser policía? ¿Aceptan en el DF mozalbetes para uniformarlos? ¿La policía al igual que los narcos les entrega a los jóvenes armas? Si bien a los 18 años se tiene la mayoría de edad ¿es tiempo para darles poder, que no entrenamiento de servicio? Al parecer y como era costumbre se aventaron un clavado a los expedientes y encontraron uno que pudiera impresionar. Ya se verá.
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