Aunque usted no lo crea, acaba de suceder un milagro en la sede alterna de la casona de Xicoténcatl. Por fin, el dinosaurio de la llamada Cámara Alta despertó de un marasmo consciente, tramposo, a$umido, cruel. Parece que tomó los bártulos del chiringuito en el que tienen atorado al sistema los mexiquenses.
La aprobación unánime del Senado de la República sobre la iniciativa –proveniente de un equipo opositor a la mayoría reinante en el inacabado mausoleo del Paseo de la Reforma esquina con París– de destrabar los topes nefastos del salario mínimo para los trabajadores mexicanos. Es lo único bueno que han hecho en estos tres fatídicos y agobiantes años, la larga noche de los mexicanos.
Es un auténtico revés a una infamia que el sistema legislativo y político nacional venía arrastrando desde la época aciaga de los presidencialismos “obreristas” y demagógicos. Instar a la Cámara de Diputados “y diputadas” –César Camacho dixit— a apoyarla, es todo un arrojo del que nadie creía capaz a los catatónicos y atildados senadores, que no se mueven ni una coma de lo que, desde Los Pinos, le dicta Humberto Castillejos a Emilio Gamboa.
Ha sido propuesta y exigencia del gobierno de la CDMX
Obtener una normatividad que busca que el “salario mínimo” sea el suficiente para que los trabajadores tengan acceso elemental a las posibilidades de subsistencia, apoya los reclamos de desindexación que ha hecho el gobierno del Distrito Federal, para destrabar esos nefastos topes, impuestos históricamente por políticos y líderes de cuello blanco, en un contubernio mendaz.
Apoya a querer o no, las exigencias que ha hecho desde hace tiempo el gobierno de la CDMX a sus proveedores de todo género en productos, obras y servicios, exigiéndoles que actúen como Empresas Socialmente Responsables y paguen un salario decoroso a sus trabajadores, si quieren seguir contratando para el Distrito Federal.
Sustenta el criterio del Distrito Federal y de la novedosa Unidad de Cuenta CDMX para separar definitivamente los salarios mínimos de la medida sobre infracciones, sanciones, obligaciones administrativas y penalidades, como un primer paso, necesario, para ubicar el tema dentro de las grandes urgencias nacionales.
Se inscribe en la nueva cultura laboral que se ha iniciado entre los 135 mil trabajadores administrativos de la capital nacional para que, además de un salario decoroso, dispongan de mayor tiempo para la convivencia familiar y el necesario esparcimiento deportivo, formativo y cultural. Un modelo de bienestar, a la altura de los más avanzados del mundo.
Quedan atrás criterios falaces que sólo favorecen al gran capital
Es un severo mentís a los aprovechados que siempre esgrimieron que una decisión tan apremiante como ésta, iba a convertirse en el lobo feroz que desatara los niveles de inflación, “controlados por el Banco de México”, jejeje. Un criterio econometrista y estadístico de risa loca, de la más baja estofa, que sólo abona al estancamiento, la recesión y la lucha a favor del hambre y de la muerte.
Un criterio necio, útil para apoyar las recetas imperiales para “controlar las variables macroeconómicas del mercado” y deprimir los salarios, para seguir depositando los menguados pesos, convertidos a dólares, en la Reserva Federal estadounidense y apoyar el fortalecimiento de la divisa gabacha.
Un criterio falaz que detiene el crecimiento urgente del mercado interno, en aras de favorecer el circulante monetario proveniente de las actividades del trasiego de drogas y las acometidas delincuenciales de la Marina Armada en los acontecimientos delictivos que hemos presenciado los últimos días en la megalópolis.
Palanca indispensable para la recuperación salarial
Una postura hipócrita que detiene el crecimiento del país, frena el combate a la pobreza, tratando de ubicar a nuestra población en la corte de mendicantes que sólo sobreviven del asistencialismo improductivo, condición primigenia para subsistir en estas condiciones de estrangulamiento salarial.
Una palanca indispensable para iniciar un auténtico proceso de recuperación salarial y de reivindicaciones de justicia social que la gente en todo el país reclama urgentemente. Sensata y oportuna, desde cualquier punto de vista.
Indispensable para fortalecer el mercado interno y no depender al infinito de las limosnas que el exterior nos manda con nuestro propio dinero, reciclándose en sus arcas guerreras, envenenando nuestra economía con una deuda impagable a la que ahora quieren dedicar lo que le negaron al gasto social.
SHCP sólo quiere quedar bien con financieros mundiales
Ojalá no haya sido una volada de los legisladores. Porque para un pueblo adocenado es muy mal presagio que los rotativos de información nacional hayan desplazado en sus encabezados una nota de tal trascendencia, para ensalzar la manipulada decisión de anular la elección en Colima, esta sí, una auténtica nota roja.
Si resulta que fue un ardid legislativo para ganar tiempo, los mañosos se pueden llevar una desagradable sorpresa política, económica y electoral. La gente no se los perdonaría. Han sido demasiados embates contra la economía popular y no se aguantaría una balandronada y una frustración de expectativas de este tamaño.
Seguramente saldrán a desgañitarse las lloronas de la Secretaría de Hacienda, las plañideras del velorio, siempre puestas a lamentar que el gobierno se aparte del rito a pie juntillas que han implantado los insensibles y desclasados tecnócratas.
Ellos no quieren dar ni un paso atrás en su caminito de quedar bien con los financieros avorazados de los centros internacionales de poder, que nos han mantenido en la inopia, provocada por las traidoras maniobras de la economía neoliberal de la globalización.
Sólo debemos recordar que los gobiernos que se apartaron de esta Espada de Damocles los últimos treinta años, pudieron defender de la rapiña financiera sus activos y su patrimonio soberano. Nos dieron una lección de inteligencia y valentía que aquí vergonzosamente brillaron por su ausencia.
Y en otros lares el rapaz neoliberalismo ya fue desechado
Los creadores del mito neoliberal y globalizado, gracias al cual desmantelamos al Estado, tiene por lo menos doce años que reconocieron que sus recomendaciones habían sido un rotundo fracaso, que sólo habían causado atraso y desolación entre los pueblos emergentes.
Aquí todos los políticos de marranilla hicieron mutis. Se encargaron de propalar en todos los foros televisivos y radioeléctricos que era un salto al vacío soltar las riendas del exiguo salario, alentar una política de productividad y competitividad, porque saldríamos en automático de la protección imperial.
Siguieron manteniendo en el confort y el lujo a “informadores” que sólo viven de cobrar para repetir las canaletas cuyo compás les mandan desde las turgentes maletas de publirrelacionistas, miembros del mismo vodevil de triquiñuelas y corruptelas.
Ahora se demuestra que esos quejidos sólo formaban parte de una treta para uncirse más al cabús de una locomotora económica internacional que nos dejó tirados a medio camino y nos sumió más en la desolación y en la miseria. Que nunca sirvió ni para sacar al perro de la milpa , como decía el tonto –pero muy “vivo” para los “bisnes” y la corrupción– Vicente Fox.
Que quienes aplauden el mismo jueguito de siempre, de estrangular la economía popular, son los tecnócratas como Videgaray, que andan buscando el padrinazgo financiero del exterior para hacerse de la Presidencia de la República, a costa de la miseria del pueblo, desencantado y embravecido. ¡No pasará!
Sólo un gran esfuerzo de plena independencia y soberanía nacional, cuyo primer paso es aumentar los salarios mínimos, aunado a un propósito de distribuir equitativamente los presupuestos a los diferentes sectores, clases y regiones de la Nación…
… puede lograr mejores índices de productividad social. Producir eficazmente y distribuir eficientemente son los dos principios a conjugar para alcanzar mejores niveles de desarrollo nacional auto sostenido.
El outsourcing destruye ingresos fiscales y derechos laborales
Producir en mayores cantidades es aceptable sólo si se logra con menores costos, mejores salarios, mayor empleo. Si se acrecientan los niveles de capacitación, adiestramiento, seguridad e higiene en los centros de trabajo.
Sí se utilizan tecnologías apropiadas que permitan desarrollar el aprendizaje y el talento de los trabajadores. Si se incrementan las reivindicaciones del derecho laboral. Si se eleva el nivel y la calidad de vida de los mexicanos.
Si dejamos de fingir utilizando los nefastos mecanismos del outsourcing mexiquense, que vino a destruir los ingresos fiscales y a devastar el incipiente sindicalismo, sustituyéndolo por los favores al empresariado que, gracias a él, hoy ya no tiene obligaciones patronales colectivas.
Si dejamos de hacerle al tío Lolo y pensar que las ensambladoras automotrices, donde los pocos trabajadores mexicanos no tienen buenos salarios, ni pueden acceder al aprendizaje de tecnologías y tienen empleos golondrinos, que se adjudican a obreros importados, de nacionalidades ajenas, ¡puede que encontremos la solución!
Todavía en la Constitución… distribución equitativa de la riqueza
Si por fin nos damos cuenta que, aunque sea letra muerta, todavía está en la Constitución Política de los mexicanos el sujetar a la propiedad privada a las modalidades que imponga el interés colectivo, para hacer una distribución equitativa de la riqueza pública.
Si recordamos que los fundadores de esta Nación establecieron la productividad como un compromiso para reforzar la solidaridad entre el Estado, los sectores económicos y las unidades laborales, para atender las necesidades fundamentales del país.
La ley está ahí. Recordemos que su ignorancia no exime a nadie de su cumplimiento.
México no es un país de mentecatos, ¡aunque el león crea que todos son de su condición!
Índice Flamígero: Basilio González Núñez, presidente de la Comisión Nacional de Salarios Mínimos, dice que será en abril de 2016 cuando la Comisión Consultiva para la Recuperación Gradual y Sostenida de los Salarios Mínimos Generales y Profesionales esté obligada a entregar una propuesta para iniciar la ruta “realista” hacia el recuperación del poder adquisitivo del salario que en 30 años ha perdido 75 por ciento de poder de compra. Por comisiones y comi$ianados, eso sí, no paramos.
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Todo lo quedises esta bien pero nadien asentada pro el pueblo y el salaro de los trabajadores los ten todo jodios