Luego de toda la secrecía en la que por casi cinco años se mantuvieron las negociaciones del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP), en la que participaron los Gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, es casi seguro que a más tardar el próximo lunes se dé a conocer el contenido de dicho acuerdo que por cierto ya ha sido firmado por la Administración federal actual, junto con otras 11 naciones más.
Es vergonzante el total ocultamiento de todos los tratos y convenios de este acuerdo comercial al que entraremos los mexicanos y sobre todo ciertos ramos empresariales a competir sobre todo con mercados de los países asiáticos.
Ya en este espacio se han desplegado textos que advierten cómo las reformas estructurales de Gobierno de Peña Nieto, estaban más que encaminadas a cumplir y cubrir los estándares del TPP más que llevarnos a los mexicanos a estadios distintos de desarrollo.
Pero lo que más molesta al respecto, es que el pacto comercial del TPP en México se conoce por una vía sui géneris. Nos dijeron su nombre pero no su contenido. Se dejó para semanas posteriores y no puede dejarse pasar por alto, como fue el proceso del TPP para los estadounidenses en donde el Congreso fue informado de su contenido y alcances para en su caso, aprobar la firma del acuerdo comercial.
En México empero, el secretario de Economía, Ildelfonso Guajardo anunció apenas que en unos días se difundirá el texto del TPP en inglés –of course—para ser traducido y que esté listo hasta el término del primer trimestre del 2016 y entonces enviarlo a las Cámaras legislativas para su aprobación. ¿¿¿???
De plano, en México el TPP es una especie de pastel volteado o chiste contado al revés.
Más aún, sin conocer los términos puntuales del acuerdo, hay sectores como el automotriz que con sólo advertir los asociados y su vocación competitiva en este terreno, ya temen las desventajas en tecnología y precios, y hasta el abandono de las autoridades mexicanas. Su recelo no es infundado pues los coreanos, tailandeses e indonesios vienen empujando con gran acierto en el mercado de automotores, así como el grandísimo dragón chino que ha levantado la mano para ser otro firmante más del TPP.
Para colmo, es el secretario Guajardo quien ya afirma que el éxito dependerá de la forma en la que el Gobierno instrumente y regule el TPP. Mucho bombo y platillo para quedar bien con los vecinos pero dentro de la casa un total desconcierto.
Acta Divina… Ildefonso Guajardo, secretario de Economía: “Lo que sí me preocupa es que no seamos capaces de implementar todas las políticas públicas necesarias para sacar el mayor provecho posible a este tratado”.
Para advertir… La dictadura imperfecta.
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