Por Magdalena García de León
El atentado terrorista del pasado viernes en Paris, Francia, es un acto contra todos los habitantes del mundo, no solo contra los franceses o los parisinos. Las repercusiones de estos hechos nos afectarán a todos de maneras insospechadas.
Recordemos que los ataques contra las Torres Gemelas en Nueva York el 11 de septiembre de 2011 no solo desataron la paranoia de los gringos.
Una de las cosas que podemos esperar es una Guerra, multinacional contra el estado Islámico, una nueva oleada de discriminación por razones religiosas y racistas entre los países de occidente y oriente y por supuesto económicas.
Las potencias o los potentados que viven de la economía de guerra estarán buscando hacerse de mas riquezas, lo que redundara en la acaparamiento de mas recursos en menos manos y un aumento en la cantidad de pobres y paupérrimos en el mundo, así como lo más terrible de todo, la muerte de una enorme cantidad de seres humanos.
¿Por qué las peores acciones de los hombres son siempre en el nombre de dios? Sea cual sea la deidad a la que se pretenda honrar o defender, siempre las guerras mas cruentas, las masacres mas terribles y la mayor cantidad de víctimas son por motivos religiosos.
HABLANDO DE HOMBRES DE “DIOS”
Juan Antonio Reig Plâ, obispo de Alcalá de Henares, España, ha vuelto a las andadas con sus declaraciones insultantes, esta vez contra las mujeres y el feminismo, que según él es un paso en el proceso de deconstrucción de la persona.
Este sacerdote, salido del siglo II, critica todo lo que no entiende o solo busca llamar la atención, está en contra de la tolerancia y respeto a los demás, insiste en la postura de ser anti todo, las mujeres, los homosexuales, el aborto, la prostitución, etc., pero no contra los pederastas, muchos de ellos sacerdotes como él y conste que no lo acusamos de pederasta por ser sacerdote, solo de no estar en contra de ellos.
Otra finísima persona es el arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez, quién ante las suplicas del padre de un niño abusado por sacerdotes pedófilos, para que se les impida seguir ejerciendo para evitar que lastimen a más a niños, el Arzobispado no ha hecho nada.
Como tampoco animó a la víctima a denunciar penalmente el hecho y ha negado, con diferentes excusas, la información requerida por las autoridades para continuar con el proceso judicial; y actúa contra lo afirmado por el Papa Francisco, en el sentido de que no se proteja a los sacerdotes que violen la ley, para que puedan ser castigados según sus delitos.
El arzobispo respondió a la carta del joven violentado, en la que le pedía ayuda con un “Hijo estate tranquilo. El asunto ya no está ni en tus manos ni en las mías, sino en las de la Virgen. Ella es madre y sabe de dolores y de lo que significa ser víctima, hasta la muerte”
¡Valiente ayuda y defensa de las víctimas! Que hace este sacerdote. Demuestra su calidad humana. Ojalá que nunca se convierta en una de ellas, pues la ayuda que debería recibir en ese caso sería igual a la proporcionada, ¿No les parece?
MERECIDO RECONOCIMIENTO
Para rematar quiero felicitar y felicitarnos por el “merecidísimo” premio Cervantes a Don Fernando del Paso Morante, uno de los mejores escritores mexicanos y de habla hispana. Otra vez felicidades admirado tío.