Hasta antes de los gabinetes blandengues, armados con la ignorancia de Carlos Salinas de Gortari o la estulticia de Ernesto Zedillo, la posición de secretario de Gobernación correspondía por lo general a personajes conocedores del sistema político, bien equipados intelectualmente, formados en la fajina del aparato, compenetrados de los intríngulis y de sus manejos.
Nombres respetables desfilaron por la oficina principal del Palacete de Covián: Silvano Barba, Miguel Alemán –el serio, no el pobre júnior del nistagmus–, Adolfo Ruiz Cortines, Ángel Carbajal, el asesino Díaz Ordaz, el espía Luis Echeverría, el culto y carismático Mario Moya Palencia, el teatral Reyes Heroles, el cumplidor Olivares Santana, vaya, hasta el repartidor de las franquicias del trasiego, Manuel Bartlett y “la leyenda” Gutiérrez Barrios.
Cuando se hicieron del poder los economistas graduados en Harvard y Yale, posicionaron a todo tipo de personajes, posiblemente respetables en otras materias, pero lejanos al oficio político, al tejido de la delicada urdimbre del sistema. Llegamos a ver, Carpizo, Patrocinio, Moctezuma, Chuayfett, Labastida, ¡hasta al infame Diódoro Carrasco!
El panismo nunca tuvo idea de lo que es un gobierno
En esta asignatura, el panismo fue cruel. Elevó a esas alturas a gente que ni era ni parecía. Desde los tiernitos Santiago Creel, Carlos Abascal y Ramírez Acuña, hasta dos víctimas mortales de supina ingenuidad. Un cuadro para el olvido, pero más para la sorna, la befa y hasta el escarnio. Los analistas se dieron vuelo con material de sus despropósitos y gaffes, que hasta da hueva recordar tantas anécdotas fofas.
De no ser por la sangrienta sarracina de cien mil mexicanos, cifra cercana a los caídos en la Revolución, candidatos a gobernadores, decenas de alcaldes, el centenar de periodistas asesinados, así como la elevada cifra de soldados disfrazados de policías “abatidos”, producto de la esquizofrenia de un borrachín como Calderón, nada hubiera trascendido.
Quizá por falta de un repertorio de personajes con ingeniería e imaginación política y visión de Estado, el panismo nunca tuvo una idea de gobierno. Padecimos hasta un Fernando Gómez Mont que tuvo que reconocer públicamente sus limitaciones. Eso habló bien de su berrinche, pero mal de las razones de su nombramiento.
Gómez Mont “no valía el cartucho”
Renunció por su incompetencia para respaldar un compromiso que se había hecho con el PRI para que apoyara el paquete económico del 2010 en San Lázaro y en el Senado, a cambio de que el PAN no se coaligara con los demás partidos en busca de la gubernatura del Estado de México, entonces “gobernado” por Enrique Peña Nieto. El PAN develó el enjuague, y Gómez Mont tuvo que renunciar a Gobernación y a su militancia panista.
Como siempre sucede, a raíz de sus renuncias, los foros televisivos se desgreñaron para acreditarlo en el anaquel de “intelecuales” independientes, críticos y sin compromisos, pero les falló el tiro. El panista “no valía el cartucho”, como decía “Chico la Guitarra”, pistolero guerrerense de Petlatlán.
Lo sucedió el desconocido bajacaliforniano Blake Mora y a la muerte de éste, el borrachín de Felipe Calderón, en su línea de la esquizofrénica ” guerra contra las drogas” (!?), habilitó como secretario a un pequeñín de nombre Alejandro Poiré, director del CISEN, que tampoco dio el ancho… mucho menos el largo.
Oso…rio Chong y sus curriculum “ralito”
Los electores, decepcionados de tanto desatino, creyeron que en el 2012, con la llegada de los experimentados dinosaurios priístas, con su retorcido colmillo, no tardarían dos meses en poner todo en su lugar. La decepción ha sido tan grande, que la configuración de un gabinete de inservibles y depredadores, marcó para siempre el destino electoral del tricolor.
Al frente de Gobernación, Peña Nieto, el breve –su gobierno duró el suspiro de tres meses–, designó a un improvisado secretario de Organización del PRI en la campaña, como titular. Dueño de un curriculum ralito, donde no se puede demostrar ni su licenciatura en Derecho, el hidalguense Miguel Ángel Oso..rio, no tardó en cometer errores que en otros regímenes hubieran causado algo más que la muerte civil.
Ninguno de sus antecesores en los últimos sexenios hubiera cometido un ignorante y servil agravio de la magnitud del hidalguense: convocar en el Palacio de Covián a todos los delegados federales de las secretarías del Despacho Presidencial en las entidades federativas, para endilgarles una cartilla ofensiva, para ellos, para los gobernadores y para el Pacto Federal.
Los delegados federales, de su peculio
Atestiguaron periodistas presentes en el evento, que Oso…rio Chong, con esa habilidad oratoria de pena ajena que lo caracteriza, reclamó a los delegados federales su disposición a coordinar sus acciones con los gobernadores, cuando sólo debían lealtad a quién los había designado, a Peña Nieto. De hoy en adelante, dijo, no se permitiría tal desacato.
Todo mundo se empezó a preguntar de qué planeta venía el tal Oso..rio Chong para desconocer que la actividad de los delegados debía estar vinculada y acordada forzosamente con los gobiernos estatales. La realidad es que él los había “palomeado” y reclamaba su paternidad, la propiedad de conciencias –¿y de los “moches”?– sobre todos los representantes del gobierno federal.
La traición a su “madrina” Elba Esther
No tardaron en salir a la luz los antecedentes vergonzosos: como gobernador de Hidalgo, Oso…rio Chong enfrentó en 2010 cargos de la Procuraduría General de la República por “presuntos” vínculos con Los Zetas, por delincuencia organizada y lavado de dinero. En 2011 la SIEDO lo exoneró, seguramente ante la inminencia de la campaña de EPN.
En cuanto se sentó en el sillón de Gobernación, se convirtió en un feroz perseguidor de quién lo llevó a la gubernatura de Hidalgo, la maestra Elba Esther Gordillo. Fue y es el más entusiasta de sus perseguidores y la confinó sin acusación fundada. Hasta la fecha la mantiene recluida, sin pruebas, sin motivos fundados y cancelándole beneficios constitucionales de arraigo domiciliario. Es un caso raro de convicta sin cargos, ni causa legal, sin proceso y sin garantías.
La maestra Gordillo está confinada por los celos y las intrigas políticas del impresentable Emilio Chuayfett. Convenció a Peña Nieto de que, con ella al frente del SNTE, no se podía ejecutar “la reforma estructural de la educación”. El tiempo demostró que ésa no era la causa de la inoperancia de Chuayfett, y que la famosa reforma educativa no fue nunca tal, sino una charada para “pescar” recursos presupuestales.
Lo que perseguía Chuayfett era concentrar la nómina magisterial que pagaban los gobernadores en sus territorios, para poder exaccionar los intereses que sudaban los miles de millones depositados en bancos del Distrito Federal. El tiempo demostró que ni eso pudo hacer. La nómina es un enigma más grande que el Santo Grial, no se sabe quién la usufructúa, y se encuentra infestada de aviadores y profes –incrustados ahí por goberndores y burócratas de alto talón– que en su vida han visto un pizarrón.
Ahora se dio cuenta el niño Nuño de estar entrampado en un círculo cuadrado: mientras amenaza con despidos a los no evaluados, los programas respectivos son una engañifa burocrática, sin causa ni puerto posible. Sólo le queda dar bastonazos de ciego, a ver quién cae primero. No alcanza para sus pretensiones de ungido.
Su lujoso despacho, lejos de las marchas
Mientras, Oso…rio siguió hundiéndose en el pantanal. Al dar de escobazos al panal, las abejas revolotearon. Las manifestaciones de la CNTE se adueñaron de la política interior, ante un secretario de Gobernación indefenso y asustado, que mandó cerrar a la circulación durante los tres años las calles aledañas del Primer cuadro y se fue a refugiar a una oficinita lujosísima frente al Bosque de Chapultepec.
Ahí vegeta, pero no deja de hacer daño todos los días con sus lances imprudentes y perversos. El país puede irse al diablo, pero Oso..rio no hace más que alebrestarlo con sus sandeces. Ha sido señalado en fantásticos negocios inmobiliarios, en entrambuliques financieros, en concesiones mineras y comerciales para chinos, en arrebatos energéticos y ataques a la libre expresión, con un empeño digno de capitán de empresa, pero no de secretario de Gobernación.
Fallida, su intentona de acallar a las redes
Pero en los últimos acontecimientos, hasta los pocos columnistas a sueldo que todavía se atrevían a justificar sus desmanes han confesado a sus interlocutores que ya es por demás; los lances y atrevimientos del habilitado hidalguense los rebasan. Y sí, ninguna iguala los puede forzar; nadie está obligado a lo imposible.
La intentona de colocar en el debate legislativo una draconiana ley punitiva contra los usuarios de redes sociales, fue bateada de inmediato por los agraviados con una repulsa e indignación generalizada. Con respuesta de mediocre, se responsabiliza al mandadero Fayad, precandidato nonato, pero se esconde la mano de Oso..rio, junto con el niño Nuño, el responsable original.
Los “bisnes” electrizantes con el SME
La “negociación política” para calmar al SME de su paisano Martín Esparza, costó al patrimonio nacional concederle la explotación a 30 años de 18 termoeléctricas aledañas al Valle de México, un negocio multimillonario en dólares del que no puede negar que será $alpicado per vitam el peligroso pachuquita.
La infame declaración de que Guerrero está ensangrentado porque ni Aguirre, ni Ortega quisieron cumplir con sus recomendaciones es todo un desaguisado de mediocridad, una confesión a pecho abierto de lo triste e inútil de su desempeño, de su descarada omisión en todos los sucesos macabros del sexenio. Es un acta de rendición, pero también de culpabilidad penal, por el abandono de sus atribuciones.
La balandronada de concentrar el mando único policial es similar a la de la nómina magisterial: se trata de monopolizar sus beneficios, pero seguir delegando las responsabilidades. Si no se cumple, es problema de los gobernadores. “A mí, ¡mis timbres!”, dice el chino Oso..rio.
Las tareas imprescindibles del aparato de seguridad nacional a su cargo han optado por enfocarse a detectivescos afanes de atrapar secuestradores, una vez que su protegido, el chiquito Sales comprendió que sus subordinados están más equipados que él para las ligas mayores de la fantasiosa seguridad nacional.
El de Oso..rio Chong es un caso redondo de mediocridad, sí, pero también de imputabilidad penal. No cabe duda: en México para trepar se usa la misma posición que para arrastrase, ¿o no?
Índice Flamígero: ¡Ya la hizo Aurelio Nuño Mayer! Por instrucciones directas y precisas del secretario de Gobernación, desde hace unos días ese enorme y gran político oaxaqueño que es José Murat Casab –ex diputado varias veces, ex senador, ex gobernador, creador junto con “Los Chuchos” del Pacto por México– se encarga de apoyar en sus tareas políticas, de comunicación e imagen –“sobre todo con los medios de izquierda, como La Jornada y Proceso“, me confiaron– al novel novato titular de la Secretaría de Educación Pública. ¡Ya la hizo Aurelio Nuño Mayer!, ¿no cree usted?
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Preciso, claro y directo. Gracias por ese recorrido sobre la historia política reciente de este lacerado país. Los mexicanos solemos olvidar pronto los agravios. Bien por hacernos recordar.