Bajo las órdenes directas de Luis Vi(rey)garay, el Primer Ministro de la vergonzosa Cámara de Senadores Humberto Castillejos Cervantes –“mayoría de uno” incontestable en ese recinto de omisos y sumisos–, egresado de los cuadros espeluznantes de la PGR, tiene el morro de presentar –él, no Peña Nieto, que ni se entera–, ternas de indeseables para la “Corta” de Justicia, que provienen de la detestable pandilla.
Antes, Castillejos quiso acomodar a su primo, el “abogado buitre” Raúl Cervantes Andrade, salteador de caminos y abusador de mujeres, con el garlito de su honestidad en la impartición de justicia. Y las redes sociales y de opinión política independiente se lo batearon con el dedo meñique de la mano izquierda, pues el horno no está para bollos. El angelito en cuestión estaba pensado para presidir ese colegiado de los horrores, que continúa machacando en su ofensiva propaganda que ellos protegen la Constitución.
Ahora, sin recato, y en un afán por posicionarse de todos los presídiums de organismos procuradores –¡ay!, Areli Gómez de Televisa, más inmovilizada que un robalo cueteado– e impartidores de justicia del país, desde el TFCA, el TRIFE, la Judicatura y lo que a usted se le ocurra, atiborrándolos de cómplices y parientes “mochadores”, sustituye la propuesta del indeseable Cervantes, con el impostor y truculento Javier Laynez.
Con un curriculum tracalero y arrastrado
Javier Laynez, aparte de las que haya cometido en sus anteriores cargos, que no son pocas, es el autor de una de las masacres jurídicas más humillantes que se hayan cometido en contra de la débil reputación del Foro mexicano. Una que habla por sí sola de la inmundicia de sus procederes, del perfil de un curriculum tracalero y arrastrado.
En junio del 2006, en plena época de insensateces del foxismo, Laynez se aventó la infame puntada –en colusión con los trasegadores confesos de la DEA y de Daniel Cabeza de Vaca, entonces también cabeza de la PGR– y en su carácter de subprocurador jurídico, para “quedar bien” armó el expediente condenatorio de un proceso cerrado, con sentencia y condena cumplida, para extraditar a un inocente.
Como nunca pasó por la escuela, nunca supo que, desde hace miles de años, se prohíbe en el derecho planetario aplicable a cualquier país, que nadie puede ser procesado dos veces por el mismo delito. Como buen trepador rastacuero, él sí lo hizo, pasándose por el arco del triunfo todos los principios jurídicos internacionalmente aplicables.
Esto le valió ser ratificado en su posición y en todas sus prebendas para unirse al equipo del nuevo titular, Eduardo Medina Mora, en la borrachera del calderonato, donde conoció e hizo mancuerna con su Jefe de asesores, el chaparrito Humberto Castillejos Cervantes, y acompañarlo para siempre en todos los entrambuliques que no cesaron hasta adueñarse del aparato mexiquense de justicia de Peña Nieto.
Humberto Castillejos lo llevó al Tribunal Fiscal
En enero del 2007, por sus méritos inconfesables, fue ascendido a la Consejería Adjunta Jurídica de Felipe Calderón, para cumplir con las encomiendas que, usted sabe, forman parte del trabajo sucio. Para continuar su carrera, en 2008 lo ascendieron a Procurador Fiscal de la Federación, cargo que, por su alto rendimiento, sostuvo hasta hace muy poco, gracias al apoyo de Castillejos y a que ¡fue maestro de Vi(rey)garay en el cada vez menos prestigiado ITAM!
Es tan competente este elemento, usted sabe, que hace menos de siete meses, el chaparrito Castillejos lo promovió para ampliar su baraja, y hacerse de la tripulación del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa, desde el cargo por 15 años de Magistrado de la Sala Superior del colegiado. Nombramiento aprobado el 30 de abril de este año por el rebaño senatorial del sempiterno culiempinado Emilio Gamboa.
Desde luego, usted atinó, ordenado por el “senador 129”, Humberto Castillejos Cervantes, el que despacha desde el Senado con prebendas de marqués, a ciencia y paciencia del oficialismo y de la “oposición”, y sus órdenes son no sólo obedecidas, sino aplaudidas por el infame yucateco.
Su víctima: Armando Pavón Reyes
La víctima de Laynez fue el ex-Comandante de la Policía Judicial Federal, Armando Pavón Reyes, acusado por su compadre Florentino Ventura, director de la Interpol en febrero del ’85 , de permitir la fuga de Rafael Caro Quintero, después del asesinato de Enrique Camarena Salazar, un infiltrado como informador, a cambio de sesenta millones de pesos.
El argumento de las autoridades policíacas de aquél país llamado México, fue que “El Kiki” Camarena había sido torturado y ajusticiado por el enorme delito de que el infiltrado y cómplice “había descubierto –¡qué horror!– la estructura del cartel que comandaban Rafael Caro Quintero y Ernesto Fonseca Álvarez, “Don Neto”.
El cadáver fue arrojado al rancho michoacano de “El Mareño” el 9 de febrero del ’85, ante las protestas airadas del gobernador Cuauhtémoc Cárdenas, pero éste jamás actuó, no obstante que todavía no se estrenaba la figura de la “atracción federal”.
Acto seguido, los narcotraficantes perseguidos por la implacable justicia, llegaron al Aeropuerto de Guadalajara con credenciales de la DFS de Manuel Bartlett, rey de las franquicias del trasiego en ese tiempo, se encañonaron con agentes de la DEA y de la PGR, comandados por Pavón Reyes, pero éste se vio ante la imposibilidad de actuar, porque recibió órdenes superiores de dejarlos ir.
Bartlett fue dueño de las rutas del trasiego
De las declaraciones ministeriales se desprende que los únicos que conocían el rostro de Caro Quintero, eran los perros de presa de la DEA. Fueron los que dejaron que se fugara a una pista clandestina de Sonora, propiedad de Miguel Ángel Félix Gallardo. Pavón Reyes no lo conocía físicamente, ¡menos pudo haberle aceptado un soborno de sesenta millones de pesos!
Se supo que los federales y la DEA no hicieron nada, porque en realidad encubrían al júnior Juan Arévalo, hijo del secretario de la Defensa de aquella negra época, empleado de Bartlett, lo mismo que al gobernador de Jalisco, Enrique Álvarez del Castillo, que seguido los agasajaba cómo príncipes en la mansión que tenía en las playas de Mismaloya, en Puerto Vallarta, donde se cocinaba de todo.
Como el hilo se revienta por lo más delgado, todas las acusaciones recayeron sobre el joven comandante, primerizo en estas lides. Sus jefes eran Sergio García Ramírez, a la postre flamante y efímero consejero ciudadano del IFE y Manuel Ibarra Herrera, director general de la Policía Judicial Federal. Manuel Bartlett , el dueño de las franquicias del trasiego, tuvo que apechugar la catarata de improperios que le espetó en propia cara el embajador gabacho, John Gavin, ¡un actor hollywoodense de tercer talón!
Por consigna, la actuación del Poder Judicial
Por la osadía de ser amante de una sobrina de Guillermo Cosío Vidaurri, Caro Quintero fue aprehendido el 4 de abril del ’85 en Costa Rica. Tenía 33 años. Nació entonces la leyenda urbana, surgida del talento del cómico José Natera de que, a cambio de su liberación ofrecía pagar el total de la deuda externa mexicana, que era de 80 mil millones de dólares. También se decía que esta condición no convenía a los financieros de Nueva York, quienes querían seguir estrangulado al guajolote, hasta dejarlo desgreñado.
No cabe duda: éramos –¿o seguimos siendo?–una caterva de ingenuos y pacatos, entre las garras de los aprovechados, que siguen disfrutando los sudados de los préstamos que piden a espaldas de todos.
Y en esos arrebatos, toda la jauría de Ministerios Públicos Federales, peritos habilitados, policías, jueces y magistrados se lanzaron por consigna contra Pavón Reyes, a quién confinaron 4 años en el Reclusorio Norte y año y medio en Puente Grande, el mismo penal desde donde se fugó por primera vez años después “El Chapo” Guzmán.
Violaron todos los preceptos constitucionales
Acusado de todos los delitos que habían fabricado en aquél tiempo, Pavón Reyes cumplió con la sociedad, para encubrir a los verdaderos culpables. Nadie metió un dedo para auxiliarlo. Estaba empezando. Todavía no hacía mancuernas poderosas.
Lo que es un hecho fundamental que avaló para siempre su inocencia, fue que el grupo más poderoso de comerciantes extranjeros judíos y libaneses radicados en México le solicitaron trabajara con ellos, al mando de un grupo de escoltas capacitados, que cuidaron por muchos años la seguridad y la integridad de los pacíficos tenderos, sus familias y sus pertenencias.
Hasta que en el 2006, el Procurador General de la República, Cabeza de Vaca y el subprocurador Jurídico, Javier Laynez, violando todos los preceptos legales y constitucionales, volvieron a acusar a Pavón Reyes por el mismo delito, para extraditado a Estados Unidos y ser condenado por encubrimiento a cadena perpetua.
Sus abogados defensores, jefaturados por su hermano, un litigante formado en las rancherías de San Juan Evangelista, en el sur de Veracruz, Avelino Pavón Reyes, detuvieron con argumentos jurídicos este improperio ministerial…. y los dos altos pontífices, representantes ministeriales de la sociedad ¡le pelaron los dientes! ¡Qué vergüenza!
Aquí, sólo los narcos están en el primer mundo
Después de ese desaguisado jurídico que fue el pilar inmarcesible de la carrera judicial de Javier Laynez, hoy forma punta en la terna de machines que Humberto Castillejos Cervantes –ni modo de echarle la culpa al firmón Peña Nieto– propone para sentarse en el sillón que deja libre el que fuera Ministro Presidente de la “Corta”, Juan Silva Meza.
Según el chaparrito Castillejos avalan a Laynez los requisitos que exige el cargo: impartición honesta de la justicia (sic), vida ejemplar en el Foro (resic), experiencia y sabiduría en la interpretación y aplicación de la ley (recontrasic), y todas las zarandajas que le estorban, pero que están inscritas en la Constitución.
Pensará que, al fin y al cabo, estamos en el quinto mundo. Los únicos que están en el primero son los excelsos operadores del narco mexicano. Acaba de reportar Forbes que Magal S3, la poderosa empresa israelita de contraespionaje, se encuentra estupefacta ante el hackeo que una organización criminal mexicana llevó a cabo para desarmar la seguridad del famoso Puerto de Amberes.
Y acabaron fulminando a Pavón Reyes
Ya comenzaron a usar la llamada “puerta de Europa” para introducir drogas en cargamentos que supuestamente contenían plátanos provenientes de Sudamérica. Localizaron cada contenedor, incluso antes de que el cliente real apareciera para reclamarlo. Y lo mueven a su antojo por todo ese Continente.
Magal S3, dice que “para muchas personas la palabra ‘ciber ‘representa simplemente computadoras y websites, pero es mucho más que eso…”
¿Con qué cara los gerifaltes de la tolucopachucracia comparan sus empresitas quebradas energéticas “de talla mundial’ con los verdaderos expertos formados en las montañas de Badiraguato y círculos dorados duranguenses y chihuahuenses?
¿Con qué cara proponen al derrotado y arrastrado Javier Laynez por litigantes rancheros, para catapultarlo, en 2018, a la presidencia de uno de los Tres Poderes de la Nación?
¿Cómo y cuándo se van a cubrir las indemnizaciones de ley de las autoridades judiciales gabachas y mexicas a la familia Pavón Reyes, al que a tanto susto acabaron fulminando de un infarto?
¿De qué estamos hechos los mexicanos?
Índice Flamígero: Hasta Manuel Bartlett, el arrepentido benefactor del narco, se opone a la designación de Laynez, siendo que estuvieron en el mismo negocio que comentamos. ¡Aguas! No vaya a ser que su posición sea un punto a favor de la exoneración de ambos… más le valdría callarse al poblano. Cada vez que abre la boca, se pisa la cola.
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