Cuando, en 1988, Carlos Salinas de Gortari andaba pomposo –como candidato del FMI a la Presidencia de la República– por la región lagunera… sucedió un acontecimiento demasiado estremecedor, inesperado para esa campaña de fasto y culto a la personalidad que anunciaba el feliz advenimiento de “Carlos de México”, como decía el retintín de sus publicistas, una vez “electo”, mediante todas las trampas que se estilaban… y continúan ejerciéndose.
La gente de San Pedro de las Colonias, Batopilas, Madero y Carranza, Coahuila, se arremolinó, rodeando el camión que le había instalado a todo lujo el transportista consentido Isidoro Rodríguez –entre otras cosas, “pulpo” camionero–, para zarandearlo y llenarlo de improperios y huevazos en puertas, ventanas e interiores.
La comitiva de paniaguados y genuflexos se desconcertó. En su vida habían oído hablar de las quejas, acompañadas de improperios, que los lugareños gritaban a todo pulmón a esa caravana de impostores y oportunistas: ¡la gente se estaba muriendo de cáncer, diabetes, enfermedades de todas las vísceras y ceguera –un habitante de cada seis– por el alto contenido de metaloides de arsénico en todos los pozos de la comarca!
Pero “Carlos de México” no oyó, ni entendió. Su gente en la Comarca Lagunera, encabezados por Hugo Andrés Araujo –que sólo por ser “cuate” del gerifalte se ganó la dirigencia de la CNC–, le dijo que eran cosas menores… ¡y que él las podía solucionar! ¡Hágame usted el refabrón cavor!
Leche Lala extraía el agua de los laguneros
Si los laguneros compraban, con sus exiguos ingresos, garrafones de agua “purificada”, resultaba lo mismo: ¡también estaban contaminadas! La Corte de cojos, ciegos, inválidos, condenados a una muerte inminente, le gritaban lo mismo.
Las fábricas de leche Lala, una industria que era dueña del mercado, extraía el agua necesaria para su ubérrimo florecimiento, de mantos freáticos a flor de tierra –que era la que antes consumían los lugareños– y ahora éstos, bebían para su subsistencia, de líquidos provenientes de profundidades atestadas de minerales nocivos para la salud.
“Carlos de México” ignoró el problema –sólo había sido un incidente en su carísima campaña. Y así. nombró a una bola de improvisados en la Secretaría del ramo, puro mercachifle de la construcción, a pesar del reciente terremoto del ’85… y así nos fue.
La Sedue, y todo su gobierno, estaba integrado por gentuza culiempinada al gran capital. Era por demás… la corrupción tiró a la basura todas las quejas de los laguneros… y hoy se ha convertido en un problema que atrae la atención internacional y el encubrimiento de la inservible Conagua.
Los “moches” reinan en Conagua
Conagua, sigue dando la autorización y los permisos, previo “moche” but of course, para que las industrias cerveceras, golosas de agua en ese estado, se instalen en esa franja fronteriza, y continúen una exacción criminal, que absorbe toda el agua de consumo, a cambio de abrir un puñado de empleos mal remunerados, pero bien publicitados por los medios a modo.
Violando todas las normas protectoras del consumo de agua para la población, Conagua –que en teoría debería ser la primera defensora de la salud de la población en ese terreno– se ha convertido en una cueva de ladrones, que se ofrecen a las dádivas del primer postor. Más, si se trata de lecheras, ensambladoras de carros transnacionales, termoeléctricas “de última generación” y embotelladoras de refrescos y cervezas. Pronto se agacharán y “se las darán” a quienes extraigan combustibles a través del fracking.
Mineras de Larrea y Bailleres contaminan el agua
En el país todos bebemos agua contaminada, aunque creamos que las bebidas se fabrican con mecanismos de pasteurización o de refinación electrolítica. La realidad es que dichos procesos de manufactura, son insuficientes para eliminar los contenidos de minerales no aptos para el consumo humano, ¡ni animal, ni vegetal!
Gracias a esas inventivas empresariales, más las contaminantes explotaciones mineras de Larrea, Salinas de Gortari y el engalanado filántropo Raúl Bailleres, somos un pueblo envenenado, condenado a muerte prematura o a mediano plazo.
Los espacios publicitarios que el Partido Verde –creación salinista– cede en tiempos de cine a Ferromex, Minera México y Peñoles, y sus vagones médicos salvíficos, forman parte de la misma engañifa. El “amor a México” que el nefasto Emilio Gamboa argumenta para otorgar la medalla Belisario Domínguez a un impresentable depredador, es sólo un ridículo punible ante cualquier ley de la Tierra que se respete y se obedezca.
Todos nuestros ríos son unos basureros
Por esas acciones, repudiables y escatológicas, hoy todas las grandes redes fluviales del país, se encuentran altísimamente contaminadas de productos y basura industriales. Empezando por el río Lerma, que nace en los manantiales de Almoloya del Río, en el Estado de México, atraviesa hacia el noroeste del Valle de Toluca, y desagua en el lago de Chapala.
Todo se ha hecho para favorecer a las transnacionales, a costa de la salud de los mexicanos… ¡que todavía estamos obligados a consumir sus productos chatarra! La imposición de la medalla Belisario Domínguez, una aberración en el pecho de un asesino ambiental que se ufana de portarla, es la primera.
Le seguirá, en orden de abyección, la Medalla Eduardo Neri, ideada por Los Pinos y cabildeada por el iluso precandidato a Sinaloa, Heriberto Galindo(?!), que le será impuesta post-mortem al famoso doctor Manuel Velasco Suárez, el inventor de la guerrilla chiapaneca de fusiles de madera, que nos trajo al traidor Zedillo, por el temor electoral inoculado a la población, en 1994.
Sólo para no dejar de mencionarlo, debe recordarse que el inútil Zedillo, después de dejar la Presidencia, corrió a contratarse, previa venta de secretos mercantiles, con las matrices en Estados Unidos de las mismas depredadoras y contaminadoras que aquí se comentan. ¡Un delito clarísimo de traición a la patria!
Contrasentido, la participación de EPN en París
Y todavía se atreve Peña Nieto a presentarse en la cumbre parisina del Cambio Climático, para –dicen sus voceros– cambiar el orden internacional de contaminación. Si son los mexiquenses los primeros en doblarse ante cualquier prebenda o insinuación de los financieros, que sin estar presentes en París, son los auténticos titiriteros de nuestros badulaques.
¿Cuál es el grado de esa mezcla de corrupción e ignorancia, que nos hace ver peor que los más atrasados diplomáticos africanos? ¿Por qué hemos de seguir aguantándolos, cuando ya sabemos que lo que dicen con la boca, lo borran con la cola?
¿Cuándo podrán dejar de pensar los gobernantes en la obsesión de hacerse más ricos que Slim, a base de recaudar en moches mil millones de dólares mensuales que engrosan sus portafolios accionarios?
¡El país, que se vaya a la mierda! La paz, la seguridad, la justicia, la democracia, el desarrollo y la imagen externa, les valen sorbete. Ellos llegaron sólo para ser más ricos que el inefable Carlos Slim. ¡Lo demás, es lo de menos!
Y como lo que hace el de arriba, lo repite hasta el cansancio el de abajo, en los tres niveles de gobierno, ya sabrá usted lo que tendremos que soportar en los laaargos treinta y seis meses que nos esperan.
Por lo pronto, la guillotina del arsénico cancerígeno, y las de todos los metales industriales, penden sobre nuestras cabezas!
Índice Flamígero: Y El Poeta del Nopal ya evaluó, certeramente por demás, a nuestros “gobernantes”. Nos adelanta el resultado –no habrá que esperar hasta febrero– en sabrosa décima: “Con el país en la inopia / los hombres de cuello blanco / piden apurar el tranco / para brillar con luz propia; / pero la irreal cornucopia / es hoy un tema agotado, / pues tras de ser evaluados / a la mitad del mandato, / uno por uno o en hato / ¡todos están reprobados!”.
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Excelente cronología del crimen que siguen cometiendo con el agua contaminada, motivo más que suficiente para no consumir en primer lugar leche lala y refrescos. Don Paco un fraternal abrazo.