Maduro y el Chavismo RIP. Echar las campanas al aire es prematuro.
Las buenas nuevas son la mayoría en la Asamblea Nacional con 112 curules de las 167.
Aunque Nico (in) Maduro no acepte, hoy, es historia de una página oscura de su país. De haber gobernado para todos no hubiese sufrido esta grandiosa derrota. El pueblo tardío-16 años- comienza a determinar su destino.
Ahora con la cola entre las patas por sus grandísimos desaciertos, dice: “Le he pedido al Consejo de Ministros que pongan su cargo a la orden para hacer un proceso de reestructuración y reimpulso profundo de todo el Gobierno nacional (…) Le doy las gracias a todos los ministros y ministras por el trabajo realizado”. To late my friend.
Sin apoyo del ejército, solo en Miraflores, sin pajaritos ni imágenes en rocas de su tutor, padre político, Hugo Chávez rumia tantos desatinos. El volcán se le viene encima. Circunstancia que reconfigura a Latinoamérica a otra perspectiva, en particular Bolivia, Perú, el Ecuador, más los caribeños en La Habana.
No es la mejor opción, aunque es la menos mala en las vastas hojas del abanico. EE.UU. ahí viene detrás… No es el mejor aliado.
Las personas comentan: “Lo del domingo no es una muestra de “madurez política”, no nos caigamos a coba, fue el hambre que viene tocando la puerta del venezolano, la desesperación que propició un deseo de rectificar rumbos.”
Evo Morales, presidente de Bolivia, es el único de los compadres Chavistas, saliendo al atajo, “revisaremos la voluntad popular”. El, el atendió los tiempos por venir. Hombre del pueblo quien cuenta con oídos amplios. No desdeña el rumbo.
Falta Perú, Ecuador, y la Habana, silenciosa marrullera. A la espera de sacar partido de la leña.
Este viraje es plausible. Como en alguna ocasión comentó Don Jorge de la Vega Domínguez: “Al pueblo no le puedes apretar el cinturón.”
Sin embargo, las campanas no deben tañer, esperar a los nuevos congresistas, más las patadas de ahogado del Nico-in-Maduro.
Despertó después de la grandiosa derrota para atreverse a decir: “Que los cometidos en el marco de la “guarimba” califican como “graves delitos de lesa humanidad” y son “imprescriptibles de acuerdo a la Constitución”, por lo que no apoyará leyes de amnistía para los encarcelados por estas protestas.
De acuerdo con la oposición venezolana aún permanecen privadas de libertad más de 50 personas por los hechos ocurridos en 2014, incluido el dirigente opositor Leopoldo López, apresado desde febrero de ese año y sentenciado en septiembre pasado a casi 14 años de cárcel.
López fue condenado por instigación pública, asociación para delinquir, daños a la propiedad e incendio por los hechos violentos que se produjeron al término de una marcha a la que convocó el 12 de febrero de 2014, en una jornada que se saldó con tres muertos.
La Fiscalía informó luego que por las dos primeras muertes que se registraron fueron imputados al menos cinco funcionarios de los Servicios de Inteligencia Venezolanos.
Ese día se inició en Venezuela, en el marco de una estrategia que López llamó “La Salida”, una oleada de protestas antigubernamentales con barricadas callejeras que estuvieron activas a lo largo del primer semestre del año pasado.
El balance oficial de los cuatro meses de protestas fue de 43 muertos, entre activistas afines y detractores al Gobierno de Maduro, agentes de organismos de seguridad y transeúntes, la mayoría tiroteados.
Por estas muertes también se encuentran presos efectivos de las fuerzas de seguridad del Estado.”
La posición del mandatario venezolano es pobre, entiendo su postura. Lo que descuenta es que la nueva asamblea a partir del 5 de enero del 2016, lo marcará. Asuntos pendientes, graves, el narco-estado, la pobre política económica, el discurso inflamatorio contra los socios económicos, los precios y producción del petróleo que el ha azuzado en contra del bienestar social.
2016, no será fácil, más si prometedor. Apoyemos a los nuevos legisladores para sacar a un país hermano de la ruina.