DE LA DEMOCRACIA, LOS ABUSOS PRESIDENCIALISTAS Y LA DE LA INDOLENCIA CIUDADANA.
Asertivo el nobel de literatura Mario Vargas Llosa cuando expresó en relación a los 70 años “gloriosos” del PRRRI: “La dictadura perfecta.” Caustica reflexión de alguien ajeno al país, a los mexicanos… La lejanía andina sumada a su conocimiento histórico de los mexicas, permite una disección cercana a la realidad de quienes miopes de su propia realidad, terminan ciegos de ella.
Cómo desconocer a un partido ni semejo a alguna sombra revolucionario, además del cinismo de hacerlo propio e institucional, vaya paradoja. Por supuesto el voto burocrático vale, hace diferencia. Ni decir del sindicalismo, más los lideres sátrapas a ultranza empoderados para remar para su molino cuando los comicios arriban a encumbrarlos. ¡Qué asco! De ahí viene lo de prrri, a manera de trompetilla irreverente.
Hacer a la revolución harta de instituciones y burocracia, es una broma digna de sinvergüenzas quienes ocultan su causa por el poder por sí. ¿Acaso eso es lo que los movimientos fratricidas o ajenos motivan la causa? Supone mejores condiciones jurídicas, socioeconómicas, oportunidades, respeto y con mayúsculas civismo para el respeto de, entre los ciudadanos.
La democracia en México, la de ayer y hoy se lee bonito en el papel; “el pueblo para y por el pueblo.” De ser más profundos: “Existe democracia directa cuando la decisión es adoptada directamente por los miembros del pueblo, mediante plebiscitos vinculantes, elecciones primarias, facilitación de la iniciativa legislativa popular y votación popular de leyes.”
La realidad de los vencedores en los comicios a coste de los millonarios impuestos de los votantes más de quienes se abstienen deja un sabor agrio de boca; disidencia; coraje; sed de venganza. Pareciera sedicioso el último término, pero en la conciencia histórica permanece a manera de desquite. Te di, ahora dame. No ser de otra manera te desconozco. Pobre idea. Falta de principios cívicos, de capacidad de exigencia dialogada.
Las maneras se vuelven tan estridentes para exigir lo pactado o solicitar prebendas al lado del escándalo para fastidiar a los gobernantes de la mano al resto de los ciudadanos. Joder por joder, con causa o sin causa. La invasión de avenidas, actos de vandalismo el desafío frontal a las autoridades del orden, solo conllevan a la polarización.
Esto, es exactamente lo que buscan a quienes los comicios no los legítimo. La urgencia de poder, más la capacidad de negociar, concertar para ellos no para los representados.
Especialmente cuando el ganador triunfa con el 39%; el 27% o el 43% en los comicios. Acaso estas minorías, por la absurda fórmula instituida sea la voz popular. El ganador debe hacerlo con un mínimo del 50% mas 1 (uno), de tal suerte el gobernante nunca ejecutará para la mayoría de los conciudadanos.
Esta circunstancia, pone contra la pared al actual gobierno, priista, a no convocar a la SEGUNDA VUELTA. Como ciudadano es la mejor opción dentro del “operativo” sistema multimillonario actual. Asea las elecciones y por sobre todo, un ejecutivo de mayoría verdadera.
El voto mexicano es el más caro del mundo, véase el costo del vecino del norte más complicado por ser indirecto y es más barato 10 veces, además de que las campañas o campiñas como les desee llamar apreciable lector, son entre pajaritos, florecitas, debates mediocres sin reflejo del actuar posterior. Los ejecutivos navegan de oído no por agenda, en México y en el mundo, los sucesos varían día con día. Solo quienes cuentan con convicción suelen atender a sus congresos, parlamentos para ajustar las propuestas ciudadanas, sin descarrilarse. Por convicción. Por negociación
El presidencialismo es un mal endémico mexicano. Aun así se le permite “hacer de las suyas,” con hartos desatinos llenos de tinta sobre la corrupción, impunidad e injusticia. Ni que decir la pobreza y falta de oportunidades. Los “Ni-nis,” pos’ ahí deambulando. Los ex ejecutivo propietarios de un Uber, o haciendo mas centavos en el mercado informal.
A que entonces tantos gritos al cielo de la COPARMEX, del CCE y anexas, pertenecen al a misma oligarquía. Las cúpulas se desgarran en discurso, pocas, mínimas al bienestar social, esas son las temerosas de las reglas del juego existentes caer de la bendición del presidencialismo endeble.