Está claro que a la Administración federal encabezada por el presidente Enrique Peña Nieto, no le gusta la crítica que le coloque en niveles de descrédito, y para intentar contrarrestar tales efectos, con dinero que en gran cantidad sale de los impuestos que a querer o no aportamos los contribuyentes, se pagan millones de pesos a distintos y muy señalados medios de comunicación con la finalidad de propagar estrofas delineadas desde el poder, plagadas de mentiras y verdades a medias. Es como vivir aquella época en que Carlos Salinas de Gortari utilizaba un importante porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) para promocionar falsas obras e iguales acciones de gobierno.
Los tres años de la presente Administración federal iniciaron con grandes expectativas dictadas desde el Ejecutivo; por principio el empuje y aprobación de las tan cantadas reformas estructurales, como el llevar a la cárcel al gran capo de capos, el sinaloense Joaquín Guzmán “El Chapo”. Pero al “salvador” de México posteado en primera plana por la revista Times, le bastó creerse poderoso e intocable para empezar a mostrarnos no sólo sus incapacidades, sino lo peor su soberbia y corrupción.
La revelación de la adquisición de un inmueble realmente millonario por Angélica Rivera o por el propio Peña Nieto y la aparición tan descortés en una grabación para salir a decir a los mexicanos que tanto ella como su esposo, el jefe del Ejecutivo son la mar de honestos; la desaparición no sólo de los 43 normalistas de Ayotzinapa sino de muchos más mexicanos y las ejecuciones sumarias, mostraron el rostro real de quienes intentan gobernarnos.
Pero todo es una mentira. Nada en este país es un expediente abordado y cerrado con eficacia.
Para empezar, pese a lo que diga el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong; la captura, la fuga y la recaptura de “El Chapo” en este sexenio, no es un expediente sellado, hay mucho aún que explicar sobre todo de quiénes son los cómplices en el poder del mismo narcotraficante.
Al tiempo, las reformas estructurales no han logrado que el nivel de vida de la mayoría de los mexicanos muestre una real mejoría, y es que en el discurso se dijeron muchas cosas magnánimas de estas reformas, que en los hechos para nada se reflejan ni en mínima forma. No hay empleos, sí muchos recortes laborales, poco dinero en los bolsillos y el capital cada vez más caro.
La gran mentira de la semana no tiene que ver con “El Chapo”, sino con el precio de producción del barril del crudo mexicano. Justo hace un año desde Davos, Suiza, el director de Petróleos Mexicanos (Pemex), Emilio Lozoya advirtió puntual que a la empresa petrolera le costaba 23 dólares producir cada barril de petróleo y que dicho monto les colocaba a nivel mundial entre los más competitivos; no obstante nos acaban de informar que siempre no, que sólo se invierten 10 dólares para producir dicho barril y que no nos preocupemos, Pemex sigue siendo competitivo.
Cuántas mentiras más habremos de vivir, escuchar y padecer.
Acta Divina… Petróleos Mexicanos (Pemex) aseguró que mantiene uno de los costos de producción más bajos a nivel mundial, con un promedio menor a 10 dólares por barril en los campos que actualmente están activos; incluso, en algunos pozos en aguas someras, el costo es inferior a 7 dólares por barril.
Para advertir… Mejor me voy a ver la Reina del Sur.
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