En campaña electoral, Enrique Peña Nieto ahora presidente constitucional de México, se comprometió a realizar tantos y tantos cambios en pro del beneficio nacional, que hasta ahora aún nos sale debiendo.
Más allá de las felicitaciones y autocomplacencias entre pares de la Administración peñista por la tercera captura del narcotraficante Joaquín Guzmán Loera “El Chapo”, lo que aún debe imperar es el reconocimiento de que en el país, el narcotráfico es uno de tantos flagelos pendientes que socavan a las instituciones nacionales y dañan directa e indirectamente a la sociedad mexicana.
El mercado ilegal de estupefacientes y tantos otros productos ilegales, ha podido florecer en nuestro país más que por la demanda del mercado, por la colusión y corrupción de los delincuentes con las autoridades mexicanas y de otros confines. Poderíos que al momento de exhibir al denominado criminal de tales organizaciones; se ostentan como puros, incorruptibles y en pos del cumplimiento cabal de la legalidad.
En el México moderno, de manera indiscutible, no existe hasta ahora un mandatario nacional o titular de dependencia federal, que haya logrado cumplir su misión en materia de lucha contra el narcotráfico y captura eficiente de los líderes de estas organizaciones.
Cuando en el 2013, a unos meses de arribar a la Presidencia del país, Peña Nieto logró recapturar a “El Chapo”, el propio mandatario advirtió que sería “imperdonable” se escapara de nuevo de un penal de máxima seguridad, como lo hizo el delincuente en el 2001 de Puente Grande en Jalisco.
Así que Peña no cumplió con su misión respecto a Guzmán Loera, pues no habrá quien perdone al presidente de México que se le haya escapado de otro penal de alta seguridad. Es cierto, han recapturado al capo que lista en Forbes como uno de los hombres más ricos del mundo, pero su segunda fuga carcelaria es a tal grado inexcusable, que millones de personas –no sólo mexicanas– creen posible otra evasión carcelario de “El Chapo”, no tanto por la inteligencia y astucia del narco, sino por la profunda . que se asienta en nuestras instituciones y entre las distintas esferas del poder.
Pese a la sonrisa del presidente Peña Nieto y su exclamación de la misión cumplida, la lista de adeudos es incalculable, tanto así, que ya su cuenta está en números rojos, algunos rubros se tiñen de sangre.
Acta Divina… @EPN. Misión cumplida, lo tenemos. Quiero informar a los mexicanos que Joaquín Guzmán Loera ha sido detenido.
Para advertir… Faltan por cumplir muchas más misiones constitucionales.