· So pretexto de la devaluación los precios se disparan
· El dólar llega a 18:25 pesos y lo que suba este viernes
Este es uno de los graves problemas de una revaluación del dólar frente a una devaluación pronunciada del peso mexicano:
No que entre o deje de entrar dinero fresco. Eso es lo de menos. Sino que entren o no entren los pulpos, los coyotes, los carroñeros, los avariciosos que, ante una política cambiaria errada, tienen un muy buen pretexto para aumentar los costos de producción, y los índices al productor y al consumidor, que se disparan como misiles en las guerras del Oriente Medio. Una falsa inflación.
Y esta verdad evidente que no necesita demostración la comprueban no obstante los expertos económicos de la Confederación Nacional de Cámaras Industriales (Concamin), quienes han estimado que la sobrevaluación de la moneda estadounidense frente al peso, ha elevado hasta en un 20 por ciento los precios de todos los productos y particularmente de los artículos de primera necesidad, sin importar que tengan o no tengan contenido importado. Ya con el simple fenómeno de la devaluación-revaluación, muchos productores, coyotes con garras afiladas, distribuidores, comerciantes, si no es que todos, se pegan al pezón de la chichi de la corrupción y lo peor de todo es que gozan de total impunidad porque los organismos encargados de vigilar los precios, como la Procuraduría Federal del Consumidor (aquella que era propiedad de la Lady Profeco en los primeros meses del penanietazo.) brillan por su ausencia, o andan vigilando precios en prostíbulos y cantinuchas.
Es más, los expertos industriales destacan que los costos pueden sufrir otro aumento, aunque éste dependería de los niveles que logre la divisa de EU. Los precios de electrónicos, aparatos eléctricos, cómputo, del sector metal-mecánico, farmacéutico, alimentos, textil y confección se incrementaron entre 5% y 20% como consecuencia de la depreciación del peso frente al dólar.
Entre enero de 2015 y el primer mes de este año, el billete verde le ha ganado terreno a la moneda nacional. La depreciación del peso frente al dólar es de 22.2% en ese periodo. Con esta volatilidad estamos en un momento de incertidumbre; sin embargo, no es un impacto generalizado en toda la industria porque hay sectores en donde hay beneficios.
México, de acuerdo con los expertos de la Concamín, está inmerso en una problemática global. Lo que sucede con el peso pasa con otras monedas del mundo. Hay factores por los que se fortalece el dólar frente a otras divisas, por lo que no es un caso específico de México. Por supuesto. Esto es cierto. Sin embargo la Comisión de Cambios, integrada por Hacienda y Banco de México sí tiene mecanismos para hacer frente a esa volatilidad que provoca incertidumbre en la mayoría de los mercados. Y los mercados mexicanos, independientemente de la incertidumbre mundial tendrían que dar certeza a los factores de la producción nacional. Eso debería de pasar si hubiera un poquito de cordura en el cerebrito de los encargados de gobernar la política económica.
En 2015, uno de los factores que permitieron “contener” un aumento de precios fue la baja de 30% de las tarifas eléctricas, la reducción del cobro del servicio de telefonía, y los mercados que hacen un esfuerzo adicional para no repercutirlo en varios productos, pero hay otros que no soportaron por la cantidad de componentes de importación, y costos subieron.
Sobre el entorno de 2016, hay volatilidad financiera, debilitamiento del crecimiento económico global y la aplicación local de un plan de austeridad fiscal. La estimación de crecimiento del sector industrial es de alrededor de 2% para el presente año: es decir, por debajo de la economía mexicana que se estima entre 2.1% y 3.1%, con un escenario más probable de 2.8%. Muy mediocres estimaciones cuando deberíamos estar creciendo de perdida al 5 por ciento. De que se puede, se puede, señor Videgaray.
Con ese nivel de actividad productiva se calcula generar 700 mil empleos, de los cuales 395 mil son del sector industrial. Pero hete aquí que el aparato productivo tiene una demanda de, ahora sí creo que haya aumentado, un millón y medio de aspirantes a un puesto de trabajo. Y a dónde va esa gente. De qué vive. De que come. Con qué se cura. Como puede pagar las necesidades de una parturienta, etc. Lo bueno es que el consumo privado, ese de las clases medias acomodadas, se mantiene como un factor favorable para la actividad productiva del país.
Pero mientras, el Dólar, se cotiza ya a $18.25 pesos, un nuevo máximo cierre histórico, producto de que el petróleo mexicano continuó su tendencia negativa.
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