Por Javier Peñalosa Castro
Si el panorama de México parecía no poder ser peor, esta semana continuaron cerniéndose los signos ominosos sobre el —ya de por sí seriamente vulnerado— bienestar de la población, con el dólar cada vez más cerca de los 20 pesos y el barril de crudo muy por debajo de la barrera de los 20 dólares.
En tanto, el Presidente y su corte de los milagros se pasean por el Medio Oriente, previsiblemente imbuidos del afán de obtener financiamiento para la única obra relevante del actual gobierno, que ha sido la fuente de enriquecimiento del grupo en el poder y de sus socios comerciales: la construcción del faraónico Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
Seguramente Peña y su séquito de corifeos no acudieron a Egipto —tierra de los faraones— en busca de recursos porque los aviones bañados de oro, los Rolls Royce cubiertos de ese metal, los lujos más insospechados y las más onerosas excentricidades se encuentran en Arabia Saudita, Kuwait, Qatar y los Emiratos Árabes.
Sin embargo, la construcción de un aeropuerto en terrenos pantanosos, al costo que ello supone, es un capricho que hace palidecer los de los Reyes, príncipes, jeques y emires árabes, por lo que parece altamente improbable que Peña y su camarilla hayan persuadido a los sátrapas de aquellos lares con la imposición de condecoraciones a diestra y siniestra y la promesa de fortalecer las relaciones y los negocios.
Peña Nieto, Videgaray y compañía buscaron postores para el remate del patrimonio petrolero. Pero alguien no les dijo que las potencias petroleras del mundo árabe no quieren multiplicar la extracción de crudo en un entorno donde el precio del barril va en picada, en el que se prevé la pronta reincorporación de Irán a la producción y comercialización del energético.
Destaca también el importante acuerdo de intercambio educativo que firmó Aurelio El Niño Nuño con Arabia Saudita. No se sabe aún qué podría aportar aquella monarquía a nuestra maltrecha educación, a no ser recursos económicos, de los que no se ven muy decididos a desprenderse. Todo sea por justificar los viajes…
En la cumbre de Davos
Tras su viaje a la tierra de las Mil y Una Noches, Peña y su equipo se trasladaron a Davos, escenario de La Montaña Mágica de Thomas Mann, donde año con año se reúnen los políticos y empresarios más poderosos del mundo —y alguno que otro advenedizo— para analizar la situación de la economía mundial y definir hacia dónde debe dirigirse.
Ahí Peña soltó el despropósito de que no se frenaría la reforma estructural en materia energética (léase el desmantelamiento de Pemex y el remate del patrimonio petrolero nacional). Tal vez lo más prudente en coyunturas como ésta sería el silencio, pues ni existen compradores, por más precios de ganga que se ofrezcan, ni conviene al País malbaratar sus activos.
La alarma de Carstens, para ponerse a temblar
La semana que termina, Agustín Carstens, mandamás en el Banco de México y súbdito incondicional del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, tan dado a la morigeración y a la subestimación de las turbulencias en los mercados internacionales, lanzó un grito desesperado para advertir que los mercados de las “economías emergentes” (como México) “deben estar preparados para un choque potencialmente grave”.
Carstens sugirió que, además de los consabidos recortes, que en nuestra opinión terminarán por hacer abortar el proyecto del nuevo aeropuerto, los gobiernos de estos países deberán comprar “activos tóxicos”. Ello nos es sino lo que ocurrió durante el zedillato con la compra de créditos turbios, autopréstamos de los propios banqueros y otras lindezas, so pretexto de salvaguardar a los pequeños ahorradores.
En la crisis de 2008, Estados Unidos siguió el ejemplo mexicano y metió dinero del gobierno para sanear a Citibank y rescatar a las financieras hipotecarias Fanny Mae y Freddie Mac. Lo mismo deben tramar ahora Videgaray, Carstens y sus secuaces. Al respecto, llama la atención que en México las tarjetas de crédito sigan aumentando el límite de endeudamiento como nunca antes y que se ofrecen créditos adicionales a los deudores en tarjetas prácticamente sin aval y sin requisitos. Lo último que puede uno suponer es que los bancos tienen un acceso de magnanimidad.
Ante este panorama, se antoja lanzar el grito de “Sálvese el que pueda. Mujeres y niños primero”.
Moreira, excarcelado
A fines de esta semana fue finalmente excarcelado el ex presidente del PRI y primer dirigente de la campaña de Peña Nieto, Humberto Moreira, acusado de lavado de dinero en España. Como apuntábamos la semana anterior, lo más probable es que ahí quede la cosa, que no se prive a Moreira de su libertad, y mucho menos de sus bienes.