Justo ahora, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) gobierna nueve entidades de las 12 en las que este año se elegirá Ejecutivo local. Para ser francos, los priistas saben que sus posibilidades de triunfo son amplias, pero también temen perder, ya que este 2016 en materia electoral será sin duda un gran laboratorio ante la elección presidencial del 2018; ya que en todos sentidos los resultados de las elecciones de este año pueden orientar el sentido del sufragio hacia el futuro cercano.
Hoy en día la tarea del partido en el poder se antoja titánica comparada a la de apenas hace quince años.
Los tricolores ya saben lo que es estar en la resistencia del poder, sobre todo porque después de su hegemonía por casi 7 décadas en la Administración federal, vieron y vivieron cómo los panistas les arrebataron por dos sexenios las presidenciales, e incluso los perredistas desde 1997 les despojaron de la ahora Ciudad de México con la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas y que ahora sigue gobernando con la postulación del no tan de izquierda Miguel Ángel Mancera.
Pero el juego electoral sabemos, ya no sólo es entre partidos, también de alianzas y coaliciones y ahora el nuevo elemento de gran empuje ciudadano y empresarial, sobre todo, de los candidatos independientes, que a nivel local toman gran fuerza y confianza tomando como referente el triunfo reciente en Nuevo León de Jaime Rodríguez “El Bronco”.
El Revolucionario Institucional ya abrió sus cartas para sus candidatos a gobernadores en las entidades en juego. Sobra decir que al interior del PRI habrá celebraciones y recelos, pero la unidad priista es característica de ese partido político, que se convierte en una ventaja frente al resquebrajamiento incluso mediático de las dos fuerzas políticas aún más importantes en el país: Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Aderezada la confianza priista por el manejo de los recursos humanos y económicos desde el Ejecutivo, que ya empiezan a direccionar la percepción del electorado en todo espacio visual y auditivo en el que de manera legal o no, tengan injerencia.
El PRI tiene mucho para ganar en este 2016, pero también mucho para perder frente al 2018 si se ve mermado sobre todo de llegarse a manifestar con fuerza el llamado voto de castigo como calificación al desempeño del Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto.
Corren las apuestas y los amarres políticos.
Acta Divina… Manlio Fabio Beltrones, presidente nacional del PRI, señala que frente al proceso electoral del 2016, su partido aspira a por lo menos repetir en las nueve gubernaturas que ya gobierna, de la docena que estará en disputa.
Para advertir… Y Colima también se pintó de rojo.
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