Trump se eclipsa. Durante el último debate, la noche del sábado pasado, en la ciudad de Greenville Carolina del Sur, el precandidato republicano Marco Rubio lo ganó por un amplio margen de votos en relación a sus contrincantes de partido. Marco Rubio, senador por Florida: 33%; Donald Trump 24%; el gobernador de Ohio, John Kasich: 19%; Ted Cruz, senador por el estado de Texas: 12%; el neurocirujano retirado, Ben Carson: 8% y al final de la lista el ex gobernador, por dos términos, de Florida Jeb Bush con 5%.
Llama la atención la declaración del misógino, neonazi Trump, al expresar que evitara profanar. Tal aceptación, es, per se, una confesión manifiesta sobre los insultos a las mujeres, la exaltación al odio, al racismo y, su obtusa posición en relación a la inmigración. Resulta que tal auto redención hace imposible olvidar el cinismo y sus entuertos. Asusta, que la plataforma republicana, en Carolina del Sur, continúe apoyando a tal engendro de naturaleza surrealista con 42% de las preferencias.
Probable se dispense esa postura por ser un estado de la Unión que se caracteriza por su conservadurismo y religiosidad evangélica. En los demás estados pareciera, los ciudadanos, van desvelando la peligrosidad de este bufón frustrado, cansados de sus insultos, entre más se acercan las nominaciones de ambos partidos, recapacitan, y lo que ayer fuera “pintoresco”, hoy se observa con una óptica de ponderación.
El debate presentado por la cadena de televisión CBS, no atrajo nada nuevo. Los agravios del mequetrefe Trump mantuvieron su tono y, por supuesto, cualquier ataque a él, lo esquivó acusando al adversario de: “¡Mentiroso! ¡Mentiroso!”… Sin aceptar los hechos en su contra. Como su posición pro aborto del pasado.
Del otro lado de la arena, los demócratas llevan la delantera por un margen holgado en las preferencias de los ciudadanos. Hillary Clinton con el 59% y Bernie Sanders 50%. La mayoría de los votos para Hillary provienen de los afroamericanos, mayoría en ese estado. Mientras que la composición del electorado para el senador por Vermont quien nació en 1941 en Brooklyn, NY, provienen de jóvenes blancos, continuando esa tendencia general hasta el día de hoy.
Los electores de Hillary Clinton califican sus credenciales de la siguiente manera: Liderazgo 54%; experiencia 84%; elegibilidad 79%; atención a mujeres jóvenes 17%. Mientras que casi 9 de 10 personas que votaron en las primarias de New Hampshire, 66% consideran al senador Sanders como una persona confiable y honesta, la Clinton obtuvo el 50%.
De acuerdo a los republicanos, no a las encuestas de preferencias, sino a la cúpula del partido, consideran que Trump si fueran hoy los comicios presidenciales alcanzaría entre 40 y 42% de los votos, mientras que los encuestadores favorecen a Hillary por una nariz. 49% Clinton; 47% Trump.
Es cuestión de esperar, ya falta menos para el 8 de noviembre, y en el camino por transitar todavía pueden suceder muchas cosas. Lo real es que los republicanos continúan fragmentados y, Sanders, a paso de mula le arrebata votos a su compañera de partido.