Imposible olvidar el llamado del presidente Enrique Peña Nieto, a superar el dolor de la desaparición en Iguala, Guerrero de los 43 estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa de la misma entidad; a sólo tres meses de los eventos suscitados en septiembre de 2014.
Peña Nieto no arribó en aquél momento a Iguala, ni a Ayotzinapa; llegó a la guerrerense Coyuca de Benítez y ahí convocó a realizar un esfuerzo colectivo para superar el momento de dolor por lo que hubiera sucedido a los 43 jóvenes desaparecidos, llamado que en directo era por supuesto para los familiares de los estudiantes.
De entonces a la fecha, las investigaciones que adelantaron una “verdad histórica” sobre lo sucedido, tienen dolidos a familiares y a una sociedad que se siente burlada por las autoridades y por la ley, que no la justicia.
Pero Peña Nieto y su séquito, insisten en que debemos superar un evento que nos muestra el horror de llegar a ser violentados por la misma autoridad, y que guardadas las proporciones, ha repetido ese mismo pavor en otros puntos, como en Tierra Blanca, Veracruz con la desaparición de cinco jóvenes a manos de policías estatales, apenas en enero de este año.
No llamar a las cosas por su nombre y actuar en consecuencia, nos ha costado a los mexicanos sexenios de retraso, dolor y frustración y una historia siempre violentada por el poderoso en turno. El no reconocer la pobreza, el saqueo económico y de recursos naturales, la corrupción, la ilegalidad, el crimen organizado y tantos flagelos más es una táctica de quienes nos administran para seguir despojándonos y mantenernos sin posibilidad de defensa alguna.
Si el Papa Francisco, jerarca de la Iglesia Católica obvio referirse puntual a los trágicos hechos de Iguala, porqué cambiaría Peña Nieto al respecto la política de Estado.
Es por eso que al pisar apenas el miércoles de esta semana la ciudad de Iguala, Peña Nieto dio prioridad al discurso histórico de que en tal lugar se promulgó el Plan de Iguala, en 1821, y dio lugar a su correspondiente lábaro patrio, por lo que pidió no recordar tal lugar emblemático por hechos trágicos.
Total, el país en rosa para los poderosos, y el negro lodoso para los más.
¡Ya supérenlo!
Acta Divina… “Quiero convocarles para que con su capacidad, con su compromiso con su estado, con su comunidad, con sus propias familias, hagamos realmente un esfuerzo colectivo para que vayamos hacia delante y podamos realmente superar este momento de dolor”, señaló el presidente Enrique Peña Nieto en diciembre de 2014.
Para advertir… ¿Apostar al olvido? Imposible.
¡¡Que poca……. del titere Peña Nieto!!