Todos los hombres y mujeres que tienen unos súper sueldos y prestaciones que cobran del presupuesto público, empiezan a conformar un bloque de apestados entre la sociedad.
Ya ni siquiera los empresarios que han publicitado las acciones gubernamentales y que se han servido con la cuchara grande se han podido callar el enojo del despilfarro de los dineros nacionales, por una sencilla razón: ya no están más de manera prioritario en los planes de publicidad anual.
Apenas ayer, más de cuatro diarios nacionales tocaron en sus primeras planas, cómo titulares de secretarías de Estados y sus séquitos, viajan por apenas tres o cuatro días a alguna ciudad del continente asiático o europeo y despilfarran en el costo del boleto de avión, de la habitación y hasta en su comida diaria.
Es inconcebible de la misma forma, como ayer se hizo saber, que el Senado de la República advierta un compromiso de ahorro en sus gastos y en el mismo los sueldos de los legisladores de manera mensual, sean sólo menores en sólo 100 pesos.
Por otro lado, es también desquiciante que las autoridades federales del Trabajo, adviertan que frente al aumento del empleo informal en el país, se instruirá a los gobernadores para que abatan las cifras de ese tipo de trabajo; como si con instruir bastara para que las administraciones locales puedan dar revés a las fuentes de informales y con esto resolver el sustento económico de las personales que fueron despedidas de su trabajo, o aún no encuentran uno en la formalidad.
Por todos lados se escucha, se ve y se lee, que nuestros gobernantes, funcionarios y legisladores tienen un discurso para los mexicanos de astringencia económica, mientras ellos gozan de un gran número de servicios suntuarios con cargo al gasto público, producto del trabajo y los impuestos de los mexicanos.
El tener a Petróleos Mexicanos al borde de la extinción y en el descrédito total, es la muestra más patente de que nuestros gobernantes han fracasado en las bases para el despegue económico del país y que al final parece que es lo que menos les importa, lo toral para ellos son sus negocios personales y la riqueza económica que puedan acumular durante su encargo o puesto público. La base trabajadora y productiva del país, que pague los platos rotos.
Es inconcebible que a los contribuyentes nos trate el fisco con lupa y sus funcionarios entre tanto tomen decisiones que tiran a la basura todo el esfuerzo de quienes retribuimos a la hacienda pública.
Pero ya no sólo los trabajadores estamos enojados, le pisaron los talones a la base empresarial y esa no perdona, así como enaltece puede en unas líneas o en unas palabras, develar la mala reputación de muchos.
Acta Divina… El presidente Enrique Peña Nieto promulgó en el 2015, la reforma constitucional que crea el Sistema Nacional Anticorrupción y advirtió: “En pocas palabras, es una reforma contra la impunidad. Como presidente de la República estoy firmemente comprometido con el combate frontal a la corrupción y con el fortalecimiento con la legalidad, la transparencia y la rendición de cuentas”.
Para advertir… ¿Veremos algún día combate a la corrupción frontal y en serio contra los hombres del Gobierno?
actapublica@gmail.com