Claudia Rodríguez
Desde el momento en que el presidente Enrique Peña Nieto fue recibido esta semana en tierras alemanas al bajar del avión por el presidente de Alemania Joachim Gauck y no por la canciller Angela Merkel; enviaron el mensaje de la importancia de México para Alemania.
No obstante aquí en México las notas referentes a la gira de trabajo de Peña Nieto y su comitiva por Alemania –y ahora Dinamarca–, resaltaron el trabajo y los acuerdos en materia económica y hasta energética con el Gobierno alemán, la verdad es que a la cancillería teutona lo que le inquieta de México es la situación de los derechos humanos, la corrupción entre las estructuras de las Policías y claro, el ya muy internacionalmente sonado caso de los 43 jóvenes desaparecidos a manos de las mismas Policías. Incluso la cercanía que han tenido en este último caso por las pruebas de ADN que se han realizado en la Universidad de Insbruck, Alemania, para encontrar rastros de los normalistas desaparecidos en Iguala en septiembre de 2014, y de las que hasta ahora no han descubierto ninguna coincidencia, como afirmó la Procuraduría General de la República (PGR) con su “verdad histórica”, respaldada por el Gobierno de Peña Nieto.
Así que mientras se desarrollaba la conferencia de prensa conjunta a medios entre Peña Nieto y Merkel, en tanto el primero hacía uso de uno de sus turnos de intervención, la canciller alemana tuvo la presión políticamente incorrecta pero parece que necesaria para sus intereses, de mirar la hora en su reloj de pulsera, de forma disimulada pero firme. Algo más importante le apuraba en su apretada agenda, que compartir los micrófonos ante la prensa con el presidente de México.
Tal la relevancia para la prensa germana de la visita de la comitiva del Gobierno mexicano, que la primera pregunta de medios fue dirigida a la canciller y el interés era saber sobre el rumbo de los acuerdos y avances respecto a la crisis de recepción de migrantes en Alemania y otros puntos de la Europa. De México, nada.
No son pocos los que advierten cuál la urgencia de Estado de que Peña Nieto promocione al país en tanto hay problemas internos urgentes a resolver. Sobre todo pareciera que vale hacer el ridículo político en el extranjero con tal de viajar y conocer mundo, incluso aguantar que la canciller alemana marque en la cara de nuestro mandatario federal, que tenemos graves problemas en derechos humanos, de delincuencia organizada, de policías corruptas; aunque intentó adornarlo al declarar que alaba a México por no aislarse y seguir apostando por el libre comercio…
Acta Divina… El presidente alemán Joachim Guack ofreció ayuda a México en materia de cooperación policiaca para combatir a los cárteles de la droga y las bandas criminales, en tanto la canciller alemana Angela Merkel precisó: ‘‘Tenemos toda una serie de cooperaciones muy intensas, como la económica y energética, pero también hablamos de otros ámbitos de gran importancia como el crimen organizado, la seguridad interior, la policía… combatir al crimen organizado y la lucha por los derechos humanos forma parte del desarrollo futuro de México’’.
Para advertir… Ya lo bailado no se los quitan.
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