Claudia Rodríguez
No somos, ni seremos en el corto plazo, el país de la aldea global que con las reformas estructurales empujadas por el Ejecutivo y aprobadas por el Congreso, iniciaría su despegue en positivo como se prometió, ya en los últimos años de la presente Administración.
Ejemplos de que en el país poco ha cambiado en positivo para la sociedad, sobran a puños:
La llamada reforma energética de la que nos dijeron haría ahora sí de la petrolera nacional una empresa de clase mundial, lo que logró –eso sí en el cortísimo plazo— es casi aniquilarla. Y aunque ahora la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) le inyecte de manera directa a Petróleos Mexicanos (Pemex), millones de pesos vía el Banco de México (Banxico), todo parece indicar que apenas servirá ese efectivo para el pago de deudas a empresas, jubilaciones y pensiones pendientes, por lo que no se avizora por ningún lado cómo es que Pemex será una empresa competitiva entre las petroleras mundiales.
Hablando de Hacienda, el alto perfil en medios que mantenía su titular Luis Videgaray Caso, ha venido a menos. La explicación debe ser sencilla, las promesas de crecimiento en el ámbito económico y financiero no se ve cómo se cumplirán, y ahora Videgaray un día sí y el otro también, de lo único que se le escucha hablar es del muro que Donald Trump quiere construir si llegara a ganar la elección presidencial estadounidense, este noviembre.
Y como olvidar al Sistema de Administración Tributaria (SAT), que a los pequeños contribuyentes nos tiene literal, con la soga al cuello, “invitándonos” siempre a cumplir con nuestras obligaciones fiscales, pues de otra forma somos acreedores a las multas correspondientes. Pero tratándose de grandes contribuyentes y consentidos de la Administración en turno, las cosas pueden ser totalmente distintas como el caso de Oceanografía que tras el robo misterioso de un expediente de auditoría fiscal a la empresa, el órgano recaudador benefició a la empresa con mil 641 millones de pesos.
Cuando el Instituto Nacional Electoral (INE), encuentra pretextos para irrumpir en los planes electorales del partido de Andrés Manuel López Obrador, Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), nos damos cuenta que en la práctica, las instituciones sirven como siempre a los intereses del poder antes que respetar su obligada imparcialidad.
La tortura que antecede a un proceso penal, no es asunto aislado. Si hoy se reconoce, es por la gravísima crisis de derechos humanos que se vive en México y trasciende las fronteras.
Es imposible creer que los llamados salvadores de México, no puedan ver que para crecer, hay que minar y contralar los males. Ponerlos bajo la “alfombra” nunca resulta.
La verdad sale a flote. El gobierno de Peña Nieto fracasó.
Acta Divina… “Dejemos el mal humor, tenemos suerte de que Peña sea presidente”: José Antonio Meade, titular de Desarrollo Social.
Para advertir… Es desesperanza. Y más cuando en la crisis, la señora Angélica Rivera decide hacer gala revistera de sus carísimos “trapos”, no por eso elegantes.
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