Claudia Rodríguez
Cuando apenas hace un año uno de los precandidatos del Partido Republicano de los Estados Unidos rumbo a la elección presidencial de este 2018 empezó a ser el más llamativo pero el más desestimado por el Gobierno mexicano, no fuimos pocos quienes desde muy diversos foros, hicimos hincapié en que “la no estrategia política mexicana” sería una ruta con desaciertos.
En lo personal, no tanto porque pensará que pudiera ganar la candidatura republicana, sino por los señalamientos y ataques directos a los mexicanos, y su desagrado de que los Estados Unidos albergara a más de 10 millones de connacionales indocumentados.
Eso, de facto, hablaba de la terrible situación de pobreza, desigualdad y violencia que se vive en nuestro país, como para que un buen número de mexicanos desde diferentes partes de la República, cruzaran la frontera en busca de mejores y más oportunidades.
El ataque fue sistemático y puntual, y la declaración de Trump de levantar un muro en la totalidad de la frontera México-Estados Unidos que pagaría el Gobierno mexicano, forzó a los funcionarios del gabinete de Peña Nieto a sólo ser reactivos ante los ataques verbales del hoy ya, candidato republicano estadounidense para las muy próximas elecciones de noviembre. Salieron uno a uno como por debajo del fango a decir que Trump estaba equivocado y que México era un gran país. Pero en la práctica, sabemos que ni los propios mexicanos que ya radican en el país que aún gobierna el demócrata Barack Obama, quieren más connacionales que les hagan competencia.
Era tal la tunda que Trump aplicaba a todo lo que oliera a México allá y aquí, que hasta el presidente Enrique Peña Nieto a quien se le fue la vida por que se nombrara como embajador mexicano en Estados Unidos al amigo familiar, el profesor Miguel Basañez tuvo que aceptar su relevo por el ingeniero Carlos Manuel Sada Solana, quien se desempeñaba hasta entonces, como cónsul general de México en Los Ángeles.
Fueron tales los desaciertos de Basañez que primero advirtió a los corresponsales mexicanos acreditados en Washington, no saber qué hacía en el cargo. Después se aprovechó de su puesto para promocionar un libro escrito por él y lo peor, revelar una y otra vez en público, los planes tardíos del Gobierno mexicano y de clara intromisión a las leyes de los estadounidenses para desacreditar a Trump.
Total, que con el Donald en la carrera presidencial de nuestros vecinos del norte, México ya perdió y podría perder más de llegar a ganar éste, el próximo noviembre.
Pero la presente Administración federal es totalmente reactiva y hasta tramposa. No hay estrategia, ni visión, ni política bilateral.
Acta Divina… El presidente Enrique Peña Nieto, condenó las opiniones negativas sobre los inmigrantes y sobre México del aspirante republicano Donald Trump, al Gobierno de los Estados Unidos.
Para advertir… Si logra Trump su objetivo final, no sólo serán palabras, serán acciones.
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