Francisco Gómez Maza
• Felicidades, santa Genitrix
• Nomás no crees monstruos
Este martes celebraron a su madre los que tienen madre. Hay o habemos muchos que ya la perdimos, que ya no está entre nosotros pero la recordamos con profundo cariño. Hay otros y otras que nunca la tuvieron o que no la tienen. O sea que por su comportamiento en la política, en la economía y en todos los asuntos de la vida no la tuvieron ni tienen madre. Así decimos en México cuando nos referimos a los políticos corruptos, a los empresarios corruptos y explotadores, ladrones igual que los políticos.
Pero todos aprovecharon el día para salir temprano de la oficina con el pretexto del Día de la Madre. Y se fueron a “celebrarla” con una santa borrachera, que generalmente eso es lo que hace el mexicano convencido de que los humores etílicos se trasmiten a la madre y esta pasa su día muy feliz entre borrachos, Y una comida. Y muchos besos y abrazos y mariachis, o marimba. Es todo un acontecimiento, quizá el más importante en el santoral cívico de los mexicanos. Celebrar a la madre, y las madres se la creen que es lo más interesante, Ojalá igual celebraran el día del padre, con los mismos alcoholes y los mismos mariachis, Pero no. Tales celebraciones son privilegio de las mujeres aunque muchas no se las merezcan. Porque también hay madres que no merecen el tratamiento de madre.
Pero bueno. Todo es buen pretexto para celebrar. No olviden que cada día del año se celebra algo en el mundo. Y en México, es el 10 de mayo el Día de las Madres, instituido por don Rafael Alducin, a la sazón director general del periódico Excélsior, quien decidió celebrar a las madrecitas cada diez de mayo. Y todo, pues para que los comerciantes vendieran más, sobre todo alcoholes y uno que otro platillo elegante. Pero sinceramente hablando lo que menos le importaba a don Rafa era la madre, porque en esa época, como en todas, los poderosos, política y económicamente, sencillamente no tenían madre, en el sentido peyorativo que usamos los mexicanos.o bueno, concedamos que hay que celebrar a las madrecitas con mucho consumo en el comercio, porque lo que importa es que los hijos consuman lo máximo para halagar a la madre y enriquecer a los comerciantes.
Es como todo.
Las celebraciones se dan en carreta para que el consumo interno aumente, y ni así. La verdad es que el mercado interno está más deprimido que el mercado de las pulgas y la economía no levanta gasten lo que gasten el diez de mayo os considerados hijos que sólo se acuerdan de la madre el diez de mayo, Y se la recuerdan a sus enemigos todos los días y por cualquier motivo. Muy cariñosamente los mexicanos se recuerdan a su “chingada” madre todos los días, a cualquier hora y por cualquier motivo.
Pero ya en serio. Querida Madre – no la mía, porque la mía está ya muerta -, todo el mundo te felicita porque eres el ser que le diste la vida a la humanidad. Sin embargo, como lo hice por la mañana en las redes sociales, yo te diré una gran verdad, aunque la verdad incomode, pero lo haré sin ningún afán de ir de ofenderte;
No crees, madre, mostruos. La mayoría de ustedes son hacedoras de mostruos malignos, los machos. De debajo de las faldas de muchas madres salen los machos. Dicen que el machismo o el feminismo son sólo producto de la educación. Puede ser. Pero al machismo generalmente lo prohija la madre de mala educación, porque en el diario vivir prefiere a los hijos hombres, ordenando a las niñas que les den de comer a sus hermanos, o que les laven el pantalón, o comprándoles juguetes bélicos a los niños y muñequitas a las niñas.
Ese color de rosa y ese color celeste cómo han hecho daño. Tanto que si un hombre llega a usar una camisa color de rosa, inmediatamente es calificado de homoxesual. Pero, Oh mujeres que habéis tenido la gracia de ser genitrices. Sois admirables particularmente las que hace doble papel, de madre y padre, porque un hijo de puta las abandonó viéndolas embarazadas, Pero sois admirables, madres, por muchos motivos, mas gran parte del acoso sexual masculino contra las mujeres lo prohijasteis vosotros con la mala educación que le dieron a sus hijos e hijas. Me duele decirlo en un día de fiesta, pero es la pura verdad.
Aunque se enojen conmigo, Me estoy acordando que los japoneses también tienen lo suyo- Destinan a una o dos de sus hijas para prepararlas como prostitutas de lujo para los señores.
Y les llaman geishas.
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