Claudia Rodríguez
Es aterrador el rumbo que está tomando el asunto de las urbes contaminadas no sólo en México, sino en otras ciudades del mundo y parece que sigue siendo un tema aislado a la vida diaria y del futuro de las generaciones más jóvenes y venideras.
Para los capitalinos el tema toral de la contaminación, seamos sinceros, es si circulamos o no, para quienes tenemos la fortuna de tener un automóvil, y si las autoridades irrumpen en la cotidianidad de nuestras actividades al grado que tenemos que erogar dinero y tiempo extra para cumplir con nuestros traslados obligatorios.
Empero, el asunto de la contaminación ambiental –por no decir la del agua que en pocos años igual tendremos entre las manos sin saber igual qué hacer–, es una cuestión urgente que requiere cooperación de todos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) pregunta para mover más que a la reflexión a la acción: ¿Qué consecuencias sanitarias acarrea la contaminación atmosférica urbana? y
¿Cuáles son los efectos sobre la salud de la exposición a corto y a largo plazo a la contaminación atmosférica urbana? a modo de un fuerte “cubetazo de agua helada” para las autoridades y los habitantes del mundo.
La OMS señala a tales cuestionamientos: “Son muchos los efectos a corto y a largo plazo que la contaminación atmosférica puede ejercer sobre la salud de las personas. En efecto, la contaminación atmosférica urbana aumenta el riesgo de padecer enfermedades respiratorias agudas, como la neumonía, y crónicas, como el cáncer del pulmón y las enfermedades cardiovasculares. La contaminación atmosférica afecta de distintas formas a diferentes grupos de personas. Los efectos más graves se producen en las personas que ya están enfermas.
Además, los grupos más vulnerables, como los niños, los ancianos y las familias de pocos ingresos y con un acceso limitado a la asistencia médica son más susceptibles a los efectos nocivos de dicho fenómeno… La exposición a corto y a largo plazo produce efectos sobre la salud.
Por ejemplo, las personas aquejadas de asma afrontan un riesgo mayor de sufrir una crisis asmática los días en que las concentraciones de ozono a nivel del suelo son más elevadas, mientras que las personas expuestas durante varios años a concentraciones elevadas de material particulado (MP) tienen un riesgo mayor de padecer enfermedades cardiovasculares”.
La OMS incluso señala, que las urbes contaminadas contaminan en proporción, a todas aquellas zonas que o no sufren de generadores de polución, o bien, que han trabajado en bajar los índices de contaminación.
Antes de la guerra por el agua: ¿Será por la contaminación?
Acta Divina… En junio de 2013, el presidente Enrique Peña Nieto anunció la creación de la Comisión de Calidad Ambiental en las zonas metropolitanas del centro del país, como parte de la estrategia del gobierno federal para combatir los efectos del cambio climático y mejorar la calidad del aire.
Para advertir… ¿Y?
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