Francisco Gómez Maza
• Casi la mitad de la población no tiene para comer
• Y la mitad de lo que vale la economía es deuda
Este joven diputado de Acción Nacional, a la sazón coordinador de su bancada en la Cámara de Diputados, queriendo o sin querer queriendo le está poniendo el cascabel al gato pues cada vez que habla con periodistas cuestiona severamente las políticas públicas del PRI-Gobierno y concretamente de Enrique Peña Nieto. No sé si lo haga sinceramente o sea una pose para que la gente diga que realmente el PAN es la oposición política. No lo sé de cierto. El hecho es que coincido con lo que afirma el queretano. Y no soy del PAN, ni del PRD, ni del PRI. Si acaso, eso sí, pertenezco al PUP.
En esta ocasión, Marko Cortés Mendoza, diputado de quien hablamos, que ya no sé si sea de derecha o de izquierda porque ya declaré la muerte de las ideologías, enfatiza hechos que hasta hace unos años los panistas ocultaban, pues eran de derecha y de extrema derecha, católicos recalcitrantes y tramposos, meones de agua bendita como les decía su propio padre fundador, don Manuel Gómez Morín.
Pero lo que enfatiza Marko tiene que poner a pensar a los mexicanos. Qué estamos haciendo las organizaciones populares y las organizaciones críticas para, ahora sí, salvar a México de los poderes diabólicos del sectarismo católico de la Obra de Dios, cuyos consagrados son los que dirigen los destinos de esta inmensa pobretada de prietos y prietas.
Markos destaca que el propio Coneval en su más reciente informe referente al Índice sobre la Tendencia Laboral en México, indica que hay un aumento en la pobreza laboral del 1.07 por ciento, lo que quiere decir que, en términos reales, 42 por ciento de la población no pudo comprar la canasta básica indispensable para sacar adelante a la familia.
Y eso que Peña Nieto presume de la reforma laboral, una reforma que sólo trajo grandes beneficios a las clases dominantes. Bueno. La verdad es que el señor no sabe que es la pobreza. Nació en pañales de seda y nunca le faltó un biberón rebosante de leche maternizada. A los trabajadores pasó a joderlos. Los grandes beneficios que les legó la llamada Revolución se fueron al caño. La seguridad social está a punto de desaparecer por privatizarse y las pensiones fueron reducidas por obra y gracia de los barones de la justicia, que se aumentan el sueldo a su arbitrio y que salen multimillonarios de su dominio de la Suprema cuando se retiran a gozar de sus prestaciones, no si antes dejar una que otra mujer embarazada de esas beldades que recorren diariamente los pasillos del palacio de la injusticia.
Los hechos denuncian que el trabajo, que lo que le pagan en contraprestación al trabajador no es nada suficiente, ni siquiera para lo necesario al 42 por ciento. Lo dice Markos, el panista. No lo dice Gómez Maza, el antisistémico.
Ah, y otro gran problema. La Comisión Económica para América Latina, la CEPAL, que por cierto se ha reunido en ciudad de México en estos días, acaba de hacer un llamado de alerta por el incremento desmedido de la deuda. Qué es lo que está pasando con el gobierno del PRI, pregunta el diputado. Ya estamos llegando a un 50 por ciento de la deuda neta, que es la deuda pública mezclada con la deuda interna y externa que llega al 50 por ciento del Producto Interno Bruto.
Cómo no queremos estar en la lona, si la mitad de lo que el país produce lo debemos. Y el otro 50 por ciento que queda no nos sirve ni para el comienzo. Hay mucha pobreza en todo el país y junto con la pobreza una política neofascista represora en contra de los movimientos sociales y populares como el de los maestros.
Coincido con Marko Cortés Mendoza. No hay políticas públicas. Todo se hace según el nivel de dopaminas que tengan en un momento dado los que gobiernan.
Pero hay que hacer algo. No es posible que casi la mitad de los trabajadores no pueda comer porque el pinche salario no le alcanza. Y además hay una legión de trabajadores que definitivamente no come, ni puede dar de comer a su familia. Eso clama venganza al cielo.
analisisafondo@gmail.com
@AFDiario @ANALISISAFONDO