Francisco Gómez Maza
• ¿De la economía ficción?
• ¿O de la economía real?
De qué economía hablan, señores Agustín Carstens, Luis Videgaray, David Lipton, ¿De la economía real, de la economía garito, de la economía casino, de la narcoeconomía?
Si hablan de la narcoeconomía, esa está súper boyante a pesar de que hayan recapturado a El Chapo Gumán Esa se defiende sola. Con ayudadotas de gente indecente de la clase política. Pero está boyante sólo en el papel, en las páginas Excel de las computadoras. La Macroeconomía no sirve para maldita sea la cosa. Todo es economía de saliva.
Si hablan de la economía casino, esa es una fuente de diversión para los grandes millonarios que juegan en la bolsa de valores, que se llevan las mejores tajadas de los fondos de retiro de los trabajadores, que juegan en serio. Una economía también boyante.
¿O de la economía garito? Esa que se desarrolla en el sistema de casas de juego, desparramado por todo el país. Que avienta chorros de monedas de las maquinitas.
Pero si hablamos de la economía real, aquí es donde la puerca tuerce el rabo. Esta economía no crece, está estancada desde hace muchas décadas. No pasa del 2 y alguna vez del tres por ciento anual, y que crea empleos muy mal pagados, o contratados a través de terceros para no pagar impuestos y para que los trabajadores no puedan tener derechos laborales, ni seguro social, ni vacaciones, ni antigüedad en el trabajo, etc.
Esta es la economía real, la que cuenta en realidad y que no levanta. Que evade impuestos, que genera una fuerte presencia de lo que llamo economía subterránea, o empleo informal porque no deja para comer, vestirse, vivir, curarse, descansar decentemente. Y no es cuestión de desempleo. Desempleados deben de haber unos dos millones de personas. No. Se trata de que los cuarenta tantos mil empleados viven mal, muy mal, con los pinchurrientos sueldos que les pagan, mientras los miembros de la clase política y las otras clases dominantes comen opíparamente, se visten lujuriosamente, viajan de fin de semana a Nueva York, muchos tienen sus dólares en Panamá o la isla Gran Caimán. Viven pues como jeques de Atracomulco.
Esta historia me la sugirió esta mañana la noticia de que el FMI otorgará nueva línea de crédito (cómo explicarles para no engañarlos. No es dinero contante y sonante. Es simplemente una línea de crédito, una garantía que el Fondo tiene obligación de otorgar a sus países miembros cuando están acogotados hasta las narices, que es como está actualmente la economía mexicana. Y por obra y gracia de esa línea de crédito el país miembro puede negociar financiamientos crediticios con los bancos privados del mercado internacional. Son como garantías).
Pues la tal línea de crédito del FMI avala 88 mil mdd para enfrentar los embates externos; con esta medida, el blindaje financiero suma 265 mil mdd.
Dicen que el directorio ejecutivo del FMI otorgó la línea de crédito gracias a la capacidad de resistencia de la economía nacional ante los embates del exterior. La verdad sea dicha: el FMI tiene la obligación de apoyar a sus países miembros y México es un miembro importante de esa organización multilateral creada en el seno de las Naciones Unidas. Si un país miembros tiene graves broncas económicas y financieras ahí viene el FMI a intentar salvarlo, a costo módico.
La Comisión de Cambios, integrada por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y el Banco de México (Banxico), destacó que gracias a la renovación se refuerza el escudo de protección de la economía para enfrentar los embates externos. Con esta medida, el blindaje suma 265 mil millones de dólares, considerando las reservas internacionales.
Si puede servir de mucho una línea de crédito del FMI, pero les diré la verdad. Para salvar las cuentotas del Banco de México, de la cuenta corriente en balanza de pagos. Que los números de Hacienda, los grandes números, cuadren, que a nadie le importa que los numeritos del trabajador cuadren o no cuadren. Y menos el del desempleado. Este que se muera, si es ayer mejor.
El presidente Enrique Peña Nieto afirmó que la decisión del FMI es un aval a la solidez de la economía mexicana. Vaya que está bien sólida la economía presidencial y la economía de los grandes magnates de la economía. Pero… y la economía de los millones de mexicanos que ganan una miseria, o no ganan nada, o no tienen para comprar la canasta básica. Son como la mitad de la población total. Y que de la deuda pública que y es la mitad del producto interno bruto. No nos hagamos, por favor.
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