CIUDAD DE MÉXICO, 6 de julio (Almomento Noticias).- El otro día, mientras perdía el tiempo en mi iPad al esperar de mi dentista, me topé con un artículo que verdaderamente me dejó boquiabierta. Se titulaba: La decisión que me hizo millonaria antes de los 40.
Mi primera impresión fue asumir que se trataba de la típica historia de “se me ocurrió esta mega idea de negocio” o peor aún un esquema piramidal donde aportas dinero y te dan un montón de productos que guardas en la esquina de tu cuarto.
Para mi sorpresa, en realidad se trataba de la historia de cómo la vida nos orilla a tomar decisiones importantes. No esas de vida o muerte, pero sí aquellas que pueden marcar una diferencia.
El artículo contaba la historia de la pequeña Laurie Itkin.
Laurie miraba intrigada como su madre recibía una “mesada” de parte de su abuelo. Depósito que no dejó de caer hasta que él murió.
Para su madre, una maestra divorciada con dos hijos, aquel dinerito extra le permitía tener el nivel de vida que ella quería o al menos el que ella pensaba que quería.
Evidentemente, la mujer no se quedó varada en el divorcio y siguió su vida. Novios fueron y novios vinieron. Pero al final, su madre se enamoró perdidamente de Robert.
¿Y cómo no hacerlo? Si era guapo, atento y tenía un gran trabajo. Pero algo salió mal.
Robert enfermó de cáncer y decidió regresar con su esposa e hijos. Ya saben, una mala temporada es suficiente para hacer cambiar de opinión a cualquier hombre.
Laurie miró a su madre devastada.
A su corta edad no entendía la situación, así que se acercó y le preguntó cómo se sentía. Ella esperaba una respuesta como: “Estoy triste o me siento sola”. Pero lo que le dijo es que “estaba abandonada”.
La niña corrió al diccionario en busca del significado de esa palabra. Lo que su madre quiso decir en ese momento fue: Robert ha dejado de apoyarme (económicamente).
Aquella situación se grabó en la mente de Laurie quien se prometió jamás estar en una posición igual de vulnerable que la de su madre.
Así me hice millonaria
Laurie creció y a sus 24 años recibió una herencia de sus abuelos paternos. No era demasiado, no eran ricos. Cuando aquellos 1,600 dólares cayeron en sus manos pensó hacer con ellos lo que los chicos de su edad hacen como comprar un auto, ropa, viaje…
Pero el pasado deja marcas. Laurie sabía que tenía un trabajo, pero nada seguro. Ya había sido despedida un par de veces y su sueldo no garantizaba en lo absoluto una vida mejor.
Contra toda expectativa para alguien de su edad, Laurie decidió invertir esos 1,600 dólares, algo así como 20 mil pesos, a pesar de todos los riesgos que ello implicaba.
Confiesa que está fue la mejor decisión de su vida y la que la hizo millonaria antes de los 40.
Laurie es honesta y aclara que no hay ninguna magia en ello, sólo esfuerzo y compromiso:
Si me preguntas: ¿Fue fácil pasar de 1,600 dólares a un millón en sólo 15 años? ¿Tuve suerte? Nada de eso. Aportaba dinero regularmente de lo que ganaba en mi trabajo y de mis cuentas de retiro. No fue fácil, pero tampoco tan difícil como te podrías imaginar.
Laurie desea animar a las nuevas generaciones, especialmente a las mujeres para que se atrevan a invertir.
Tiene claro que los millennials (estas nuevas generaciones adeptas a la tecnología) prefieren tener su dinero en efectivo en lugar de buscar hacerlo crecer.
Para muestra un botón: De acuerdo a un estudio de Wells Fargo en EUA sólo 9% de las chicas de esta generación ahorra y las que lo hacen sólo guarda un décimo de su sueldo.
Laurie tomó su decisión y tú… ¿cuándo?
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AMN.MX/fm
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