Claudia Rodríguez
Hay quienes le han preguntado de manera directa al presidente Enrique Peña Nieto en estos últimos días, si no ha pensado en la seria necesidad de hacer cambios y/o reacomodos en su equipo de trabajo ante la multiplicidad de frentes abiertos y de confrontación que se tienen con diversos grupos sociales y productivos. El mandatario nacional empero, cree que sus subalternos tienen que darle respuestas para entregar en su cuarto Informe de Gobierno. Después vendrán los cambios.
El miércoles por la noche –a las 23:00 horas– de esta semana, Peña Nieto llamó a reunión urgente a titulares de diversas Secretarías de Estado y de otros encargos torales para la vida política y económica del país.
Una reunión imprevista en Los Pinos no puede ser más que para atender asuntos apremiantes. Así justo requiere el país respuestas inmediatas y eficaces que de antemano, con una reunión no se darán.
Porque ya no sólo se trata de si Aurelio Nuño, el encargo de la cartera federal de Educación y Peña Nieto quieren o no dialogar sobre la Reforma educativa y no sólo eso; sino también ser sensibles a la situación y derechos laborales de los maestros del país.
Pero no son en exclusiva los maestros y sus conquistas laborales, también es la economía doméstica y de los empresarios, la falta de empleos y además bien remunerados, las alzas no sólo de la paridad peso-dólar, también de las tasas de interés, de los combustibles, de las tarifas eléctricas y por ende, de todos los demás productos en los que necesariamente recaerán estos elevados costos.
Precios ya inaccesibles para millones de mexicanos a los que nos tendremos que habituar” sí o sí, como nos acaba de recetar el secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell: “Lo que tenemos que acostumbrarnos en México es que los energéticos son un bien en el mercado y que los precios en los energéticos pueden subir, puede bajar, dependiente de las circunstancias económicas, los precios internacionales, del crudo y las materias primas que dan lugar a la generación de la electricidad”.
Es esa la explicación o más bien sentencian que ahora nos espetan, cuando antes no había día u hora en que no dejaran de repetirnos las inigualables bondades de la Reforma energética.
Peña Nieto es sí, el responsable de esta Administración, pero mucha de esta la tienen y deben de responder, todos quienes con él trabajan. Alguien por fin debe entender que esto no es un asunto de cuates.
Acta Divina… “Ninguna nación alcanzó su desarrollo por accidente, las reformas transformadoras no son una meta en sí misma para el Gobierno, sino el camino para alcanzar una meta mayor que consista en el bienestar de las familias mexicanas”: Enrique Peña Nieto, presidente de México.
Para advertir… Ya no se ve el empuje del equipo del presidente Peña Nieto por ningún lado.
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