* El costo de los alimentos en general irá al alza, mientras los salarios se contienen, el desempleo crece, la informalidad no cree en las ofertas gubernamentales, la evasión fiscal es persistente y la administración de justicia se convierte en un espejismo. ¿Dónde quedó el Pacto por México?
Gregorio Ortega Molina
Para resolver lo dejado por las corridas contra el peso en dólares y la molestia por el precio de venta de los combustibles, convertido en dinero fiscal apenas suficiente para adquirir alimentos, ¿bastará para contener el estallido social, o malgastarán los dólares y el oro tan penosamente ahorrados sobre el sudor de los mexicanos?
El saldo del Pacto por México se lo consumieron la corrupción, la impunidad y el desacierto de la política económica; la Cruzada Nacional Contra el Hambre dejó de existir en cuanto se transformó en uno más de los programas sociales clientelares para la captación del voto; la reforma educativa sujeta a revisión, pues tal como está no es sino el inicio del desmantelamiento del SNTE (con la complicidad de su cúpula sindical) y la liquidación de lo que queda de la educación normal como extensión del proyecto ideológico de la enterrada Revolución, son muestrario de lo que cuesta alargar la decadencia del modelo político y, además, negarse a conceptuar e iniciar la reforma del Estado.
Sobre este cúmulo de adversidades habrá que sumar el encarecimiento de los alimentos, porque en este país todo se transporta por carretera, y porque a pesar de lo aseverado por el gobierno, en algunos rubros la producción desciende, en lugar de crecer.
Grupo Consultor de Mercados Agrícolas informó que la patria corre para alcanzar un récord en las importaciones de maíz en 2016, de continuar el ritmo registrado en los primeros cinco meses del año; entre enero y mayo, el volumen de compras del cereal -tanto del destinado a consumo humano, como el forrajero- creció 29.9 por ciento; llegó a 6 millones 465 mil toneladas, cuando un año antes apenas rozó 5 millones de toneladas.
En contraste, el país exportó 201 mil toneladas de maíz a un valor total de 53 millones 600 mil dólares.
La información que se puede consultar indica que también se aceleraron las compras de frijol. Hasta mayo crecieron 177.7 por ciento más que hace un año, resultado de una menor producción interna y la disminución de 20.6 por ciento en el precio de compra.
Para apoyar la precandidatura del PRI a la Presidencia de la República, de José Calzada, siempre preterido para llegar al PRI, nos comentan que detrás del maíz, el grano que más se importó es el trigo. Registró un alza de 23 por ciento, al pasar de un millón 578 mil toneladas a un millón 941 mil toneladas.
Si bien el mayor porcentaje provino de Estados Unidos, con un millón 11 mil toneladas, las compras a esa nación cayeron 8.3 por ciento. En contraste, el volumen de trigo originario de Rusia se elevó 420 por ciento (de 35 mil a 183 mil toneladas), seguido del aumento de 37.8 por ciento proveniente de Ucrania (de 86 mil a 119 mil toneladas) y de 4 por ciento que subieron las importaciones de Canadá, al sumar 342 mil toneladas.
Podemos deducir, entonces, que el costo de los alimentos en general irá al alza, mientras los salarios se contienen, el desempleo crece, la informalidad no cree en las ofertas gubernamentales, la evasión fiscal es persistente y la administración de justicia se convierte en un espejismo.
¿Dónde quedó el Pacto por México?