CIUDAD DE MÉXICO, 11 de agosto de 2016 (Almomento MX).-En la capital del país, la mayor parte de la tubería de agua potable todavía es de este mineral considerado cancerígeno desde hace casi 40 años.
Su resistencia al calor y la fricción, así como su bajo costo, convirtieron al asbesto en la ‘fibra milagrosa’ a mediados del siglo XX. Muchas industrias echaron mano de este material; en la construcción se empleó para techos de lámina o teja, fachadas, chimeneas y tubería. Pese a que en 1977, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) alertó sobre la relación entre la exposición al asbesto y el cáncer, en la Ciudad de México la mayor parte de la tubería de agua potable todavía es de este mineral.
Además de las tuberías de agua, en el ámbito doméstico aún existen tinacos y piletas de este material, pero no hay censo alguno. Otro uso frecuente es en lámina de asbesto, y aunque tampoco se cuenta con datos específicos, el INEGI calcula que en el país 21 viviendas de cada 100 tienen techo de lámina metálica, cartón o asbesto, y 1 de cada 100 tiene paredes de lámina de cartón, asbesto, carrizo, bambú o palma.
AM.MX/tgl
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