Por Magdalena García de León
Como todos recordamos la Ley 3 de 3 es producto de una iniciativa ciudadana para combatir la corrupción de los funcionarios públicos; para ello fue necesario conseguir miles de firmas, mas de 120 mil para que el Congreso la aceptara y discutiera después de varios retrasos.
También como sabemos los priistas trataron de adaptarla a sus intereses y para evitar que pasara le hicieron “ciertas modificaciones” involucrando hasta las personas que reciben un apoyo del gobierno como una beca o alimentos, por lo que la presión popular hizo que Peña Nieto la vetara y regresara al Congreso. Después de todos estos tropiezos la Ley 3 de 3 fue aprobada.
Algunos funcionarios públicos la presentaron aún antes de que fuera obligatoria por ley. Todos los precandidatos ya habían cumplido con la obligación de dar a conocer sus declaraciones patrimoniales, de Intereses y de Impuestos (las 3 de 3) menos Andrés, el super honrado, López Obrador.
La prometió en una entrevista con Ciro Gómez Leyva para el 15 de junio, pero la presentó hasta un mes después, ya que tuvo tiempo de “maniobrar” y deshacerse de todos sus bienes entregándoselos a sus hijos, a los cuales no incluyó en la declaración, que es una de las opciones, cónyuges, hermanos (con los que tal vez se peleo pública y deliberadamente para no tener que agregarlos) cuñados, padres etc, etc, etc.
Si es impoluto, como el dice, si no tiene nada que ocultar que nos de a conocer cuando les entregó los bienes a sus hijos y cuales son dichos bienes.
Recordemos que el Saliente Gobernador de Veracruz, Javier Duarte, fue cuestionado y censurado por no incluir a su esposa, la que, según él, no posee nada de nada. ¿Usted les cree?
El Peje, tan de “izquierda”, tan empeñado en ser presidente de este país, dios no lo quiera, gana 50 mil pesos mensuales, que le da el partido de su creación MORENA, el tan eterno candidato, que no se le conoce trabajo real mas que cuando fue jefe de Gobierno del Distrito Federal, en mala hora dicen muchos de los trabajadores, “poseía por lo menos un rancho llamado La Chingada o el innombrable para los pudorosos, un departamento en Copilco, la casa donde actualmente vive, la casa de sus padres en Macuspana,” -estos son los bienes conocidos públicamente- y ahora no tiene ni cuenta de cheques, ni tarjeta de crédito, pero vive y ha vivido a expensas de los demás por muchos años; para mantenerlo y pagar su precampaña y campaña política, por lo menos en 1998 y 1999, todos los legisladores del PRD le tenían que dar, si a fuerzas, una parte de sus sueldo y dietas, para que él pudiera recorrer el país.
Después cuando se autonombró presidente legítimo y mantuvo un plantón en Paseo de la Reforma durante 6 meses afectando a todos los ciudadanos, cosa que al Peje le valía, alguien tuvo que pagar por el campamento en el que vivía con muchos de sus seguidores.
Hay quienes dicen, no me consta, que durante el tiempo que duró el plantón López Obrador aprovecho para irse a Barcelona, España, para casarse allá con su actual esposa Beatriz Gutiérrez Müller. Pero es algo que podría creer fácilmente.
Siempre está listo para acusar a los demás de boicotearlo, de tramar un “complo” en su contra, de desconocer y renegar de todo aquel que no coincide con él, que no está de acuerdo en seguirlo con los ojos cerrados. El Peje no quiere seguidores, quiere fanáticos que acepten su palabra como ley divina.
Ahora solo ellos aceptarán su declaración 3 de 3, los que piensan, los que intuyen, los que sospechan (con razón, tal vez) los que de verdad buscan que se termine con la corrupción en este país no vamos a aceptar esta rueda de molino.