Joel Hernández Santiago
Parece que la vida sigue igual, o los oaxaqueños de la capital del estado hacen como que la vida es igual, pero no, no es igual, lo saben y lo dicen, aunque intentan mantener la calma y seguir la vida a como se puede.
La diferencia tiene que ver con el estado de sitio en el que han vivido durante años y, sobre todo, en los últimos meses. Hoy todo es distinto. Hoy los oaxaqueños del Valle no pueden moverse; no pueden transitar; no pueden estar en los lugares que les son propios y si acaso se acumula gente es en los mercados de consumo y en recintos intocables, como son las iglesias…
En el zócalo central todo es vendimia insospechada, aunque no vendan nada, o casi nada, evidentemente no son maestros los que tomaron por asalto el ombligo de Oaxaca. Hay convivencia entre comercio y tiendas de campaña de maestros que son como iglús y que rodean la alameda y los laterales de la hermosísima catedral barroca de cantera verde que te quiero verde.
Las calles aledañas hacen una mezcla entre maestros sentados o tirados al piso, que se aburren a la espera de las órdenes de su mando, y vendedores ambulantes o con puestos provisionales.
El viento y la lluvia que aparecen de tarde en tarde no hacen mella y sólo ayuda al encierro de todos. Por todas razones los restaurantes del centro están vacíos. En uno de todos estos, que están en los portales y que antes acumulaba a turistas nacionales y extranjeros, particularmente europeos que vienen a conocer la cultura oaxaqueña, las mesas están dispuestas pero ahora sin visitantes. El personal que aún mantiene su trabajo se lamenta y espera… ¿espera qué?…
Es que la ciudad de Oaxaca está bloqueada en sus accesos más importantes. La autopista que comunica a Oaxaca con Puebla y la Ciudad de México está bloqueada en Nochixtlán, a unos cien kilómetros de la capital. Algunos viajeros que conocen la zona buscan atajos y salidas desesperadas…
Está bloqueada la carretera que va hacia el Tule. Por la noche pusieron ahí líneas de fuego que impiden el paso y en el día se mantiene el bloqueo de los maestros… Estos también tienen cara de fastidio, pero obedecen a sus líderes sin rechistar. Otros accesos impiden el paso de todos.
En la mayoría de las escuelas de Oaxaca no ha habido clases para el 1.3 millones de niños. Algunos no han podido inscribirse. La puertas de los recintos están cerradas con candados y existe la amenaza de que si integrantes de la sección 22 de la CNTE acuden a enseñar, serán severamente sancionados y sin privilegios o apoyos sindicales. Maestros de la sección 59 sí dan clases, pero son muy pocos. Hace meses hubo una confrontación entre maestros de ambas secciones…
El gobernador del estado no da luces por ningún lado. Dicen que encontró un buen pretexto para ausentarse de la entidad ‘por tiempo indefinido’: preside la CONAGO. Así que Gabino Cué, se dice, es como el Espíritu Santo: ‘todos saben que existe, pero nadie lo ve’.
El gobierno se manda solo. Todo opera por inercias. El cúmulo de retrasos es grande y la gente se fastidia frente a una burocracia indiferente e indolente: ‘todo a su tiempo’.
Apenas el jueves por la mañana la CNTE se declaró en alarma extrema. Se dijo que cientos de policías federales y miembros del Ejército llegarían para impedir los bloqueos. Nada. Los jefes de la policía federal, resguardados por un número grande de vigilantes de su seguridad almuerzan complacidos en los restaurantes de grandes y caros hoteles, con toda la parsimonia del mundo.
Los oaxaqueños de a pie, los del cada día, los del trabajo y las ganas de vivir ‘como Dios manda’ –dicen- están a dos fuegos: los bloqueos interminables de la CNTE y un ejército de salvadores que no les han salvado de nada. Nochixtlán no se olvida aquí.
La gente se muestra decepcionada de la actitud del gobierno federal que negocia con los líderes de la CNTE a los que ha devuelto uno a uno sus privilegios, ha liberado a quienes tenía detenidos por delitos configurados como graves y cuyo proceso está pen diente… en tanto que, luego del famoso diálogo federal las cosas están peor que antes…
La vida transcurre con indignación y sobresaltos. Muchos aquí se han hecho a la idea de esta toma de la ciudad por dos fuerzas, pero no están contentos y no quieren verlo más… ¿hasta cuándo?
Oaxaca está sitiada. Oaxaca está sin gobierno. Oaxaca se ha convertido en moneda de cambio de la gran política federal. Oaxaca a la expectativa del gobierno que llegará en diciembre: Alejandro Murat Hinojosa quien llegó con mala fama y con apenas el 32% de los votos y no confían en el: no creen en milagros…
Porque creyeron los oaxaqueños que con la llegada de Gabino Cué en 2010 las cosas irían a mejor, pero no… acaso como aquí mismo se dice: “estábamos mejor cuando estábamos peor”. En muchos años no han estado mejor… pero es así la aspiración… ¿hasta cuándo?