Por Magdalena García de León
En estos momentos está en juego la laicidad del Estado Mexicano.
Presidencia está haciendo fuercitas con los jerarcas de la iglesia católica mexicana, la cual está muchos años mas retrasada que su líder el Papa Francisco.
La Arquidiócesis está, para variar, metiéndose en asuntos que van más allá de su incumbencia.
El Presidente Enrique Peña Nieto, envió al Senado una iniciativa de Ley para que reconozca, a nivel nacional, el matrimonio para personas del mismo sexo, la iglesia se suma a agrupaciones “en pro de la familia” e incita a sus fieles y no practicantes para participar en la marcha contra dicha ley, aduciendo que el matrimonio solo puede ser entre personas de diferente sexo.
La reacción de el Senado es por lo menos desconcertante. Los senadores del PRI y del Verde, traicionando a su presidente, congelan la iniciativa y la declaran no importante, dándole apoyo a la iglesia. (Emilio Gamboa Patrón, para ser más precisos) Lo cual se esperaría de los panistas, pero ¿de los “Soldados del Presidente”? ¿Dónde quedó la disciplina de partido?
A estas alturas del partido, y a pesar de la cantidad de clientes que ha perdido la iglesia católica, a nivel mundial y principalmente en México, sigue mas interesada en meterse en las sábanas de los humanos que en ocuparse de verdaderos problemas como detener la pederastia que la inunda desde hace muchos años, de reparar el daño ocasionado a cientos de niños por los abusos cometidos por sus curas.
Lo que han cometido es uno de los pecados más graves, según las enseñanzas de las escuelas confesionales, el de la OMISIÓN. Dejar que pasaran cosas tan graves y no hacer nada para impedirlo o remediarlo.
Y ahora pretenden dictarle al Gobierno Mexicano, laico por definición, como haga las cosas.
Vergüenza les debía dar por querer intervenir en asuntos ajenos sin resolver los propios.
Pero mucha mas vergüenza les debía dar a los senadores priistas y verdes por lo que están haciendo. No creen que ya está bastante revuelto el país, desestabilizado por la CNTE y la inacción de los gobernantes, como para que con sus acciones debiliten, la ya de por sí deteriorada autoridad presidencial.
Aquí cabría recurrir al lugar común de ¡No me ayudes compadre!
Cambiando de tema
Que poco afortunado el comentario dicho en Chihuahua, y para apoyar a uno de los gobernadores que más se ha señalado de corrupto “Los periódicos solo sirven para matar moscas y limpiar vidrios” su autora no se le va a acabar, aunque haya ofrecido disculpas de dientes para afuera. Sabemos de su fobia contra los periodistas, de ella y de algunos de sus mas cercanos colaboradores, pero sacar su bote de caca y aventarlo a diestra y siniestra no la va hacer recuperar la imagen y el prestigio que un día tuvo. Y para acabarla da una “curiosa” entrevista a foro tv, poco menos que absurda, donde en un centro nocturno donde fue a bailar, grita hasta desgañitarse por lo fuerte de la música y lo que mas hace es lamerle los ….. digamos zapatos… al Presidente Peña Nieto porque la rescató del arroyo donde había caído.
Perdón, yo la admiraba y respetaba…. Tiempo pasado del verbo ya no.