Claudia Rodríguez
El descrédito de la presencia de Donald Trump en México el día de ayer, luego de que se informó que el presidente Enrique Peña Nieto había extendido invitaciones para reunirse y dialogar tanto con la candidata demócrata Hilarry Clinton, como con el aspirante demócrata Trump a la Presidencia de los Estados Unidos; fue la noticia del día con el adosado descrédito ya no tanto para el señor Donald, sino para el mismo Peña Nieto.
No fueron pocos los que advertían el gran equívoco y riesgo de la presente Administración en recibir a Trump, cuando en multicitadas veces el también empresario, ha insultado de manera tajante a los mexicanos y sobre todo, ha exigido la construcción de un muro a lo largo de toda la frontera entre su país y el nuestro, a más, barrera ominosa que tendríamos que pagar los mexicanos.
La indignación es total. No termina con el hecho de que Trump ya no esté en tierras nacionales, pues hay la concepción social de que ahora el insulto hacia nosotros es del mismo Peña Nieto por haber recibido en México a Donald y a nombre de los mexicanos; mientras este nos recordaba que de ganar las elecciones en su país, se construirá el muro. Sí, nos lo vino a decir aquí en nuestro mismo país. En nuestra cara, pues.
Lo peor de toda esa jornada entre Trump y Peña, fue hasta ahora, el patético papel del mandatario mexicano ante el discurso dictatorial pero suavizado en tono, de Donald, señalando que sí va la construcción del muro –aunque no se haya platicado a dicho de Trump, quién lo vaya a pagar. La barrera se levantará dijo Trump, por cuestiones de seguridad, comercio y los empleos en el hemisferio occidental.
Y al final: ¿En qué habíamos quedado? Intervendríamos o no en la elección presidencial de nuestro vecino del Norte.
Sólo como estrategia, habrá que imaginar que en fechas próximas se dará la visita de la candidata demócrata Hillary Clinton a México, quien ya está bastante molesta por cómo le hicimos el día y la campaña a su contrincante.
Hay un gran consenso entre quienes advierten que con el enemigo no se dialoga, al enemigo se le combate y punto. Y para el caso de Donald Trump la operación debe ser con ideas claras y políticas concretas.
El desastre del “portazo” de Trump a México justo en el proceso de otra novedad del sexenio llamada esta, “Encuentro con jóvenes”, es mayúsculo porque no sólo nos sentimos agraviados por Trump, sino por el mismo Peña.
Acta Divina… Mike Pence, compañero de fórmula del candidato republicano Donald Trump aspirante a la Presidencia de los Estados Unidos, señaló que Trump venía a México a aclarar al presidente mexicano Enrique Peña Nieto, sobre la prioridad de construir un muro.
Para advertir… Y Trump cumplió su cometido.
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