Claudia Rodríguez
En México estamos mal y de malas. No hay que hacer una evaluación sociológica para revertir tal aseveración.
Y entre tantos frentes espinosos que debe atender la Administración federal, aún se encontraba pendiente si la candidata demócrata a la Presidencia de Estados Unidos, Hillary Rodham Clinton, aceptaría o no venir a México a dialogar con el presidente Enrique Peña Nieto rumbo a la elección presidencial del vecino país del norte.
Parece que el asunto de la neumonía de la señora Clinton, da el espacio perfecto para que en el sentido de no rasgar más la relación bilateral México-Estados Unidos, se lograra un acercamiento entre demócratas y Peña Nieto, pero no con la presencia de la candidata demócrata.
Es así que este día, miércoles 14 de septiembre, luego de las gestiones de la titular de Relaciones Exteriores aquí en México, Claudia Ruiz Massieu Salinas, el mandatario mexicano se reunirá con legisladores del Partido Demócrata.
Dicha reunión confirma lo que dijo hace unos días Hilary respecto a no poner un pie en estos momentos en nuestro país y la intención del Gobierno de Obama de que una vez borrado del gabinete el autor de tan “estupenda” idea, en relación a la presencia de Donald Trump en México y en la residencia oficial de Los Pinos; se pueda proseguir con lo que se ha dado en llamar una relación amplia entre ambas naciones.
Sin embargo, la visita de los legisladores demócratas estadounidenses en nuestro país, nos pondrá en la mira de Trump, de nuevo en el más profundo sentido negativo y dicho de paso, los demócratas le aplicarán la de “ubícate” al presidente Peña Nieto.
Quien diga que los dichos xenofóbicos, racistas y arrogantes de Donald Trump no han afectado directamente a la economía nacional mexicana, miente; pues de igual forma los analistas financieros atisban que la neumonía de Hillary impactó en el mercado de las divisas y por ende, un golpe más del dólar al peso mexicano.
Sea como sea, Peña Nieto ha puesto al país en una posición vulnerable al inmiscuirse en un tema tan delicado como son las elecciones presidenciales de Estados Unidos, y peor aún, que luego del agravio nacional constante y repetitivo del candidato republicano, haya sido recibido por el mismo presidente de la República, otorgándole trato de jefe de Estado.
Ya debió haber iniciado el golpeteo de Trump hacia los mexicanos, luego de confirmarse el desprecio de Clinton de visitar el país y entrevistarse con Peña; todo como para abonar al alicaído humor social.
Acta Divina…La visita de Donald Trump a México no afectó la relación bilateral, aseguró el vocero de la Embajada de los Estados Unidos en México, Adam Lenert: “Las relaciones entre los Gobiernos de Estados Unidos y México han sido y permanecen sólidas y productivas”.
Para advertir… Falta que Peña les salga con el discurso a los demócratas de que en México “lo bueno casi no se cuenta, pero cuenta mucho”.
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