CIUDAD DE MÉXICO, 13 de septiembre (Almomento MX).- El Trastorno de Déficit de Atención (TDA) no es una alteración que solo afecte a los niños, pues contrario a lo que se creía hace un par de décadas este trastorno de no ser diagnosticado y tratado, afecta la vida de los adultos que lo padecen, afirma Jacqueline Yglesias Sánchez, especialista en neuropsicología del Instituto Politécnico Nacional (IPN).
La catedrática de la Escuela Superior de Medicina (ESM) estima que entre el 4 y 5 por ciento de la población adulta padece TDA, alteración neurológica disfuncional que impacta en el área cognitiva desde el nacimiento, pero se hace más evidente en la etapa escolar. Cuando no se diagnostica a tiempo evoluciona e impacta en todas las esferas de la vida del adulto, lo cual dificulta el logro de metas.
Señaló que el TDA no es un padecimiento que esté de moda, siempre ha existido, pero actualmente se cuenta con mayores herramientas para el diagnóstico que hace algunos años, lo que permite brindar atención oportuna a quienes presentan dicha disfunción neurológica, que puede ir acompañada de hiperactividad o no.
Aunque es una afección de tipo genético, también se puede presentar por falta de oxigenación cerebral en el nacimiento. El problema no es estructural, sino funcional y aunque en los pacientes el lóbulo frontal derecho del cerebro es ligeramente más pequeño que el izquierdo, su capacidad intelectual es normal, pero la alteración de las funciones ejecutivas (organización, planeación, ejecución y verificación) impide el logro de metas.
“El lóbulo frontal del cerebro ayuda al ser humano a inhibir pensamientos o conductas, las personas con déficit de atención tienen alterada dicha capacidad, lo cual ocasiona que pierdan fácilmente el foco de atención”, explicó.
La doctora Yglesias Sánchez hizo hincapié en la necesidad de diagnosticar el TDA desde que inicia la etapa escolar, con el propósito de evitar fracasos y deserción, problemas familiares, baja autoestima, bullying y en la adolescencia problemas de depresión que pueden llevar a las adicciones.
Señaló que es muy raro que un adulto solicite un diagnóstico de TDA, más bien algunos acuden a consulta por problemas de memoria, ansiedad o depresión, pero en el momento de profundizar los estudios, se determina que el problema persiste desde la infancia.
El diagnóstico de TDA incluye evaluaciones neurológicas, neuropsicológicas y psicopedagógicas, partiendo de los resultados se hace un plan a seguir basado en psico-educación, fármacos y consulta psicológica. En el momento de estas evaluaciones es importante hacer una diferenciación clara entre problemas de conducta, emocionales y neurológicos para evitar incurrir en errores.
Cuando no se diagnostica en la niñez, el TDA en la vida adulta puede generar conflictos psiquiátricos, sociales, familiares, laborales y de pareja. “Un adulto con esa disfunción no puede terminar una actividad ni poner atención en una junta, se le olvidan responsabilidades y fechas, es susceptible de tener accidentes automovilísticos y generalmente no alcanzan escolaridades altas”, precisó.
La doctora Jacqueline Yglesias mencionó que el lenguaje regula la conducta, por ello destacó la importancia de que las personas con problemas de atención lean en voz alta para estimular ese proceso, así como realizar pausas en la lectura para contestar preguntas, y hacer dibujos o mapas mentales acerca del contenido.
Con el propósito de contribuir a mejorar el rendimiento escolar, exhortó a las autoridades educativas a incorporar el diagnóstico de TDA como parte del protocolo de ingreso a la primaria.
AM.MX/kica
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