* ¡Cuidado!, el intento de este gobierno para mover México se convirtió ya en un problema, porque fueron más allá, lo sacudieron en la consciencia de su miseria, del abuso al que han sido sometidos; el proyecto educativo de la Revolución produce, muchos años después, esos primeros frutos que motivan buscar un cambio para mejor, nunca para peor
Gregorio Ortega Molina
Se les cayó el proyecto conceptuado en el Pacto por México, porque cometieron el error de instalarse en la soberbia de creer que tenían amarrados todos los cabos sueltos, desdeñaron a ese México profundo descrito en las películas de Ismael Rodríguez, en Palinuro de México y José Trigo, en Los de abajo y La luciérnaga, o en la narrativa de Juan Rulfo.
“Son la pelusa, los <<proles>>, los pelados, los léperos”, pudieron haber dicho los del primer círculo del poder, o sólo intuirlo.
No se detuvieron a pensar que los ensueños, anhelos y pesadillas de los miserables, son tanto o más importantes que los de los “pudientes”, porque aquellos que carecen de todo, ponen en juego la vida por un grano de mostaza de satisfacción. Por eso les resulta tan fácil a los sicarios reclutar carne de cañón. Un muerto de hambre va a todas.
¿Sobre qué construye EPN el futuro de México? No demos la espalda a la realidad. El territorio nacional está <<trufado>> de fosas clandestinas… el clamor de los familias heridas en el corazón por un desaparecido, un torturado, un secuestrado, una convertida en <<puta>> o nada más violada… es de pavor, clama al cielo con mayor fuerza con la cual las sirenas se empeñaron en enloquecer a Odiseo.
No existe diferencia entre las percepciones y los resultados constatables de las políticas públicas, lo que hay es una enorme distancia y distinción entre las aspiraciones de unos y otros mexicanos. Y no se trata de que corramos a refugiarnos a <<La Chingada>>, como llama AMLO a ese paraíso que construyó para remanso de su vejez.
Mientras un reducido grupo de mexicanos privilegiados es incapaz de detenerse a pensar en su nivel de gasto ostentoso, en lo que se convierte en despilfarro, 50 o 60 millones de sus compatriotas languidecen en el ensueño de satisfacer su hambre, de mejorar su salud, de salir a la calle con seguridad, de recuperar a ese ser querido del cual ninguna de las autoridades les rinde cuentas, porque para ellos no importan.
¡Cuidado!, el intento de este gobierno para mover a México se le convirtió ya en un problema, porque fueron más allá, lo sacudieron en la consciencia de su miseria, del abuso al que han sido sometidos, y así el proyecto educativo de la Revolución produce, muchos años después, esos primeros frutos que motivan a buscar un cambio para mejor, nunca para peor.
El futuro parece anunciarse a la vuelta de la esquina. ¿Seremos testigos? Lo dudo, los cambios son lentos, duran lustros, hasta convertirse en decenios.