MOISÉS SÁNCHEZ LIMÓN
Rumbo a 2018, Rafael Moreno Valle Rosas ha emprendido la cruzada personal para apoderarse del Partido Acción Nacional y, por ende, de la candidatura presidencial mediante la estrategia de descalificar y desautorizar al dirigente nacional panista Ricardo Anaya Cortés.
Cree Moreno Valle Rosas que haber comparecido en el tribunal televisivo junto con Margarita Zavala y, en ausencia de Anaya Cortés, expuesto su aspiración presidencial con la demagógica referencia de que primero cumplirá su tarea de gobernador del estado de Puebla, le otorga vía libre para tomar decisiones que solo conciernen a la dirigencia nacional del PAN. ¿Oportunismo?
Veamos. En pleno proceso de negociación del Presupuesto de Egresos de la Federación de 2017, en la Cámara de Diputados y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, el go-ber-na-dor Rafael Moreno Valle Rosas reunió hace unos días a diputados federales albiazules, por supuesto la mayoría afines a sus sueños de opio, para informarles que ya había pactado la negociación con el secretario José Antonio Meade Kuribreña.
Me cuentan que buena parte de los legisladores federales, no solo poblanos, convocados por Moreno Valle Rosas, pese a saber que su jefe político no tiene límites en su apetito de poder, se preguntaron qué pasaba con éste y qué rumbo le daba a su relación de militancia y respeto hacia la dirigencia nacional del partido que lo arropó cuando, junto con la maestra Elba Esther Gordillo Morales, renunció al priísmo y se echó a los brazos del Partido Acción Nacional que lo hizo senador y luego, de la mano con el Partido Nueva Alianza y Convergencia –hoy Movimiento Ciudadano–, gobernador del estado libre y soberano de Puebla.
Palabras más, palabras menos, de acuerdo con un testigo de esa reunión, Rafael Moreno Valle Rosas dijo a los diputados que no se preocuparan por la negociación del gasto público de 2017, porque ya había hablado con el secretario de Hacienda, José Antonio Meade Kuribreña, para abordar el tema, pero en general, es decir, no sólo los recursos de participaciones federales que corresponden a Puebla.
¿Por qué ese acuerdo? ¡Ah!, porque Rafa dijo que su relación de amistad y cercanía con Meade le permitiría obtener una mejor tajada del PEF 2017 a los intereses del Partido Acción Nacional.
¿Y Ricardo Anaya Cortés y el coordinador de la diputación federal panista Marko Cortés? Bien, gracias. Y es que, conforme con el gobernador poblano cuya ambición desmedida y las recomendaciones de sus asesores, entre ellos Max Cortázar, lo han instalado a un peldaño del Olimpo Azteca, mientras Ricardo Anaya no se defina y permanezca en la praxis de la promoción personal, él no tiene por qué ruborizarse por tomar decisiones que no son de su competencia.
¿Cuál será la respuesta de Anaya y Marko en estos días en los que se definirá la Ley de Ingresos y se dará la pauta para el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) del año próximo? Es posible que el secretario Meade sea amigo de Moreno Valle Rosas, pero ¿sabrá el problema fenomenal en el que lo está metiendo el gobernador poblano?
¿Cuál es la apuesta de Rafael con este exceso de protagonismo e injerencia en asuntos que no le competencia? Si la jugada pega, suma adeptos a su causa y podrá asumirse “Jefe”. Caso contrario, pues asumiría que fue una mala interpretación y que apoya la negociación de la dirigencia nacional panista con la plana mayor de Hacienda.
Seguramente pretende emular a Vicente Fox Quesada, quien desde el gobierno de Guanajuato desplegó la cruzada personal para apropiarse del PAN y de la candidatura presidencial.
Pero Ricardo Anaya Cortés no tiene similitud alguna con Felipe Calderón Hinojosa y Luis Felipe Bravo Mena, dirigentes nacionales del PAN en esos años (1998, 199 9 y 2000) cuando Vicente impulsó y concretó su candidatura a la Presidencia de la República, una vez que impuso su autoridad en Acción Nacional.
Por tanto, habrá que esperar –y no creo por mucho tiempo—la reacción de la cúpula del PAN para recordar a Moreno Valle Rosas que sólo es go-ver-na-dor de una entidad y que su gestión dista mucho de tener el respaldo generalizado de los poblanos como pretende demostrar dentro y fuera de México con esa auto promoción del “gobernador que se atrevió a cambiar a Puebla”.
Y es que, a reserva de la mejor opinión de los analistas políticos y politólogos, la dispendiosa estructura de relaciones públicas y promoción de imagen se ha montado en los que pretende sean similares andamios a los del mexiquense Eruviel Ávila Villegas y, en su momento, al atlacomulca Enrique Peña Nieto.
Entrevistas a modo, financiamiento de programas televisivos en vivo lo mismo en Televisa que en TV Azteca o gacetillas en diarios dizque de circulación nacional, amén de crear e impulsar portales o páginas digitales como La Neta Noticias (LNN www.lanetanoticias.com) y la denomina Salud Universal (www.saluduniversal.mx), en las que ha hecho “importantes declaraciones en entrevistas exclusivas”, son el esquema de promoción para que los mexicanos decidamos en 2018 que él es el hombre que México necesita.
¡Vaya!, burda promoción de quien ha beneficiado con contratos millonarios, muchos sin licitación, a sus amigos e incondicionales, a quienes le aplauden por una plana de publicidad o un banner, para aquellos que han olvidado cómo procedió en un golpe de estado técnico con la designación de jueces y magistrados, diputados locales y federales –éstos mediante una iguala mensual de cien mil pesos–, para allanar su camino rumbo a la elección presidencial.
¿Quiere usted conocer las declaraciones del gobernador que se atrevió a cambiar a Puebla? Búsquele, porque en LNN y Salud Universal no hay nada. Sus asesores deben saber que para que haya guisado de conejo debe haber conejo. ¿El “Jefe” Moreno Valle? Como dice la chaviza: ¡Chale! Conste.
LUNES. ¿Esta semana habrá cambio en el gabinete presidencial? Digo.
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