Hace algunos de días mi hija atestiguó un breve diálogo entre miembros de su equipo de trabajo y el maestro de la materia de lógica, la inquietud de los estudiantes hacia el profesor era la inconformidad por la apreciación del docente hacia el esfuerzo grupal, lo que llamó mi atención fue una frase expresada en algún momento de la conversación, “agradezcan que están en esta escuela, muchos quisieran estar en su lugar” ¡fueron las palabras del educador!..
Mención aparte merece que la escuela de bachilleres es estatal, que se cobró cuota de inscripción, que el uniforme costó bastante, que hubo un examen de admisión (previo pago por supuesto) en el cual solo 230 alumnos (por calificación) lograron su ingreso de 633 aspirantes, que cada semana es un gasto extra a cuenta de material escolar y que hasta la credencial emitida por la secretaria de educación de Veracruz tiene un costo.
Esta es una pequeña muestra de la astillas y fragmentos que han quedado esparcidos peligrosamente vulnerando a nuestros hijos después de la mentada reforma educativa. Fue evidentemente mal diseñada y dirigida, además su aplicación en tiempo y forma ha sido no solo deficiente sino violatoria.
Dejando de lado la lucha de los maestros por rescatar algunos de sus derechos laborales extintos de un plumazo instrumentado por la iniciativa privada que en todo ve un filón de oro para explotar y saquear, la vulnerabilidad de familias, padres y estudiantes ante esta reforma es más que inquietante.
Muchos maestros se sienten decepcionados, dolidos, desamparados, inciertos e inseguros, su labor que reside específicamente en su calidad moral, motivación, empatía y vocación se ha visto dinamitada, muchos de ellos actúan de manera automática, cruel, cruda, retadora implicando inconscientemente o conscientemente un afán de revancha en contra de todo y todos a quienes juzgan son sus verdugos.
La parte más delgada de este “hilo” es por supuesto el alumnado, ¿acaso nadie se imagino las consecuencias psicológicas que los maestros padecerían después de semejante reforma y cambio de reglas? y ¿nadie supuso como esto afectaría a niños adolescentes y jóvenes?..
Por más que a mi me juren y perjuren que la “profesionalización” docente es suficiente blindaje ante tales conductas mezquinas no lo creo, no hay sustento posible en esa premisa y lamentablemente todos los días tengo testimonio de ello, los maestros han sido engañados, vejados, violentados, condicionados, despojados, amedrentados pero lo peor es que han sido desmotivados.
Entretanto todo el aparato institucional se inclina para beneficiar y mantener a la casta dorada, todo presupuesto es poco para seguridad, policías, gendarmería, militares, armamento y demás instrumentos que detenten la precaria seguridad de un estado fallido, amenazado y temeroso, la educación es solo otro botín más al cual echar mano, no importan ni docentes, ni programas, ni instalaciones, ni herramientas, ni desarrollo, ni opiniones expertas, ni alumnos, ni bienestar social, solo obtener el jugoso beneficio de una educación en franca privatización.
Así a los alumnos se les da a probar, a veces de manera concreta y otras sesgada, lo que el futuro les depara, agradecer sumisamente la oportunidad de vivir, laborar, obedecer, callar y tal vez, solo tal vez, obtener una palmadita en la espalda a cambio de esa sumisa gratitud, la creación de individuos pasivos esta resultando todo un éxito..
A mi no me vengan con el cuento de que la reforma educativa mejorará el futuro de nuestros hijos como motor de desarrollo social, aquí señores lo que se ha logrado es quebrantar cualquier atisbo de motivación, la gran mayoría de nuestros hijos están siendo educados para formar parte de esa servidumbre que trabajará incansablemente y precariamente remunerados para los hijos de esa pequeña monarquía virtual a quienes en este mismo momento se educa como líderes y patrones sin más talento que el poder heredado.
Hemos sido siervos, seguiremos siendo siervos y nuestros hijos seguirán nuestros pasos…
-Victor Roccas