En tono burlón, destacados analistas y economistas al servicio de los intereses financieros neoyorkinos se han preguntado en los últimos días ¿por qué México no puede crecer arriba del dos por ciento, si ya hizo las reformas estructurales necesarias para conseguirlo? Es una bofetada callejonera, merecida y sangrienta.
Aunque el crecer al dos por ciento significa el límite menor de la supervivencia, todavía hay noticias peores. Este año y los que faltan no alcanzaremos ese récord de mediocridad. Estamos bajo el agua y sin saber para dónde hay una salida. El crecimiento será mucho menor al esperado. No volveremos a regresar al ridículo dos por ciento.
Tienen ya todos los argumentos para devastar al país, partiendo de lo que más duele: su histórica capacidad de sobrevivir a base de pedir prestado. Cuando el gobierno mexicano fallaba, sobraban los auxilios interesados de fuera para acudir al rescate. Ahora, ya ni eso. Continuar fallando, equivale a arrojarse al abismo, sin malla de protección.
Crecimiento distorsionado, por los infectos “gobernantes”
Es una verdadera vergüenza mundial que cualquier país no soportaría, el que las distorsiones del crecimiento no se deban a enfoques sobre el modelo adoptado, sino a conductas delictivas de sus mandarines traidores que obstruyen cualquier posibilidad de hacerlo. Es un oprobio que no se pueda echar la culpa a los buitres extranjeros, sino a la carroña aldeana.
La corrupción, como una plaga letal se ha adueñado del país. La llegada de los corporativistas mexiquenses, de los tolucos patrimonialistas y voraces, enfermos de codicia endémica, sin llenadera posible, ha dado al traste con cualquier proyecto sano y viable de país. En el extranjero no los entienden, no saben hasta dónde quieren llevar al país.
Pero no se preocupan por nosotros. No. A ellos lo único que les apura es tener los elementos publicitarios que los apoyen a descerrajar el marrazo eficaz para seguir cobrando sus intereses, aunque sea en especie. ¿Adónde? No puede ser en otro lugar que en nuestra rica geografía, en territorio limpio. En lo que nos esclavice eternamente, a cielo abierto, sin reproche posible.
Extranjeros ansiosos por recuperar lo que les prestaron
Como ya se les dio todo, pues tienen el petróleo, la minería, los bosques, el agua, las playas, la salud y lo que se les ha antojado, lo que les queda es cercenar territorios enteros para fundar colonias, muy parecidas a las que Samuel Houston estableció en Texas, previo a su anexión, después de haber comprado al traidor Santa Anna por un plato de lentejas.
Pero los colonos de ahora no serán campesinos errabundos, como en el pasado. Deberán ser compañías “deslindadoras” que aparten de sus intereses a todo elemento nocivo aldeano que quiera compartir sus ganancias. Empresas completas que ahora sí, nos hagan sentirnos extraños en nuestra propia tierra.
Ha llegado el momento de pagar con cuerpo. Así, como suena. Los dueños del lupanar, establecimiento, cantina, o lo que sea, están ansiosos por recuperar sus préstamos y no tenemos para dónde hacernos. Los toluquitas se han ofrecido ya como barrenderos y cadeneros del negocio. Sueñan engañados que los quieran contratar. No llegan ni a saca borrachos, pues los que meten las manos por ello son sus guaruras.
Fingen ignorar que los rateros son desconfiados. Está en su ADN. Como si no recordaran todos sus desplantes durante el brevísimo período del Mexican Moment, cuando creían traer la vaca por la cola. Su voracidad congénita fue lo que los precipitó a destruir las bases de las reformas constitucionales que les ordenaron desde Washington y Nueva York. Los cochinos rompieron el chiquero.
Lozoyita cobraba decenas de miles de dólares por audiencia
Les cegó la codicia. Ahora ni un tuerto los quiere mirar. Hace unos pocos meses, Lozoyita, el ratero ex director de Pemex cobraba decenas de miles de dólares en efectivo por conceder audiencia a algún inversionista petrolero de medio pelo que mandaban de allá a “medirle el agua a los camotes”. Percibieron que se trataba de una nueva pandilla de corruptos en el poder, insaciable por principio.
El hombrecillo Emilio Lozoya, que consiguió su titulito a base de billetazos y sobornos, habilitado al frente de la petrolera mexicana por el ruin Videgaray, comprobó que el saco no tenía fondo. Lo pésimo es que lo hizo ante quien no debía. Hasta en el club petrolero de Houston ostentaba su ignorancia y su desenfreno económico.
Y todavía no hay nadie que lo castigue. Se burló hasta la saciedad de los mexicanos bien nacidos. Quebró a la única empresa que nos daba la posibilidad de pedir prestado para poder seguir comiendo. Hizo una fortuna asquerosa a base de todo lo mal habido. ¡Y sigue tan campante!
Comunicaciones y Transportes, reinado de los moche$
Por otro lado, el valido de Alfredo del Mazo, palafrenero financiero del peñato, Gerardo Ruiz Esparza, solicitando altísimos moche$ en efectivo para, decía, salpicar a sus patrones, colmó la cubeta de los favores cuando despreció la licitación ganada por una enorme constructora china dispuesta a absorber los errores de planeación del famoso y extinto tren bala a Querétaro.
Todo, para darle los contratos a la paraestatal Higa y a los cuñados de Salinas de Gortari, los hermanitos Gérard. La decepción china se sumó a la suspicacia yanqui y, en el centro de la pinza, quedó atrapado ese proyecto junto al sueño de ambiciones construido alrededor del faraónico Mega Aeropuerto, con diseños orientales del peñato.
Hoy, el Aeropuerto de marras es sólo un cadáver mal oliente, cuyos restos se disputan caníbales de la peor calaña que cobran comisiones por adelantado a empresas que ya se cansaron de decirles en todos los tonos que se trata de un negocio inviable, por su excesivo costo y la gran cantidad de ambiciosos que quieren sus restos.
Sólo hay una barda… que construye, con soldados habilitados como albañiles y pagados con nuestros impuestos, el yerno del secretario de la Defensa Nacional.
Inversionistas foráneos se alejan por extorsión de los tolucos
Todas las famosas reformas estructurales, operadas desde el escritorio de “el doctor” Luis Videgaray –así es como le gusta que le llamen– han sido un fracaso internacional, por dos razones: no hay inversionistas que quieran someterse a la pavorosa extorsión de los toluquitas, ni hay quien desee ser engañado por falsas promesas que sólo tienen el fin de los bolsillos burocráticos. Todos los fruncionarios recomendados por Videgaray nadan en fortunas pantagruélicas.
Por eso los analistas al servicio de los financieros neoyorkinos se burlan de los aldeanos mexiquenses. Saben que ahora que regresan con el sombrero volteado a suplicar el rescate de los préstamos atados, ya no tienen crédito posible. Deben la mitad del producto interno bruto, y a nadie pueden engañar de que tengan un prestamista escondido, porque no lo hay.
A pesar de que los analistas del exterior saben que el presupuesto entero está diseñado para sostenerse con base al alza continua de los precios de los carburantes, no acaba de convencerlos. A pesar de que saben que el presupuesto nacional está concebido para destruir las actividades agropecuarias y de subsistencia alimentaria, no se detienen. Quieren cobrar con sangre. La bestia del patrón está cebada.
¿Contraatacaremos a la corrupción o tiraremos la toalla?
Ha sido demasiada la estulticia de los toluquitas. Les sorprende su avaricia y su ignorancia rastacuera. Han rebasado los límites de la estupidez, y eso no se perdona. No se explican, de ninguna manera, la paciencia popular. No saben qué esperamos los mexicanos para actuar en consecuencia. Entienden que todo tiene un límite, pero esperan de qué tamaño es la reacción de la gente, para poder asestar con precisión el golpe final.
Mientras más nos tardemos en actuar, más rápida será la respuesta brutal del Imperio. Ellos ya están puestos. Han tirado todos los golpes sobre nuestra lastimada humanidad. Pero no saben si vamos a contraatacar o a tirar la toalla, para ya no salir en el siguiente round y dar la pelea por perdida.
Es el juego del gato y el ratón. Pero en la pelea, aunque el réferi está vendido, todavía queda el aliento final del público de graderías injustamente masacrado.
Los yanquis de primera fila, le gritan al demolido para exigirle que juegue limpio.
Y ahora, ¿qué esperamos para actuar?
Índice Flamígero: Los veracruzanos podrían haber salido de Guatemala, sólo para entrar en Guatepeor. Amén de que la solicitud de licencia de Javier Duarte de Ochoa parece estar inscrita en una estrategia del peñato para lavarse la cara –demasiado tarde, por cierto–, estarían validando las denuncias de su ahora oponente Miguel Ángel Yunes, todavía gobernador electo de la entidad costera. Por lo pronto, ya se difunde la lista de bienes que, a su nombre, posee el ex diputado federal, ex director del ISSSTE y, entre otros cargos, ex encargado de las cárceles federales –de una de las cuales se e$capó El Chapo Guzmán en 2001–: destacan un condominio de 45 millones de pesos en el municipio de Alvarado, Veracruz; una casa en la Ciudad de México ubicada en la calle Serranía número 42, en el Pedregal, con una extensión de 960 metros cuadrados y valuada en 30 millones de pesos. Una casa habitación de 450 metros cuadrados en Coatepec, Morelos, con valor aproximado de 15 millones de pesos. Una de sus más recientes bienes es la casa que actualmente se ubica en el Club de Golf, considerada como una de las propiedades de mayor valor en la zona conurbada, y en donde se encuentra también la casa de su hijo Miguel Ángel Yunes Márquez; la propiedad en su conjunto, se estima tiene un valor cercano a los cien millones de pesos, y ha sido incluso motivo de publicaciones en medios nacionales como Reforma. A esto hay que agregar bodegas, terrenos, despachos y locales comerciales que complementan la riqueza de Yunes Linares y su familia. A la lista de algunas de las propiedades de la familia Yunes se suman: Departamento de lujo de Miguel Ángel Yunes Márquez, con dirección 1155 Brickell Bay Drive, Miami, Florida. Valor aproximado: 1 millón de dólares. Gasolineras en Coatzacoalcos, Córdoba, Cosamaloapan y Cuitláhuac. Valor aproximado: 60 millones de pesos. Departamento de lujo en la exclusiva Quinta Avenida de la Ciudad de Nueva York. Valor aproximado: 2 millones de dólares. Rancho “Santa Gertrudis de RL” ubicado en el Municipio de Tres Valles. Valor aproximado: 2 millones de dólares. Mirafe, empresa de servicios informáticos. Valor aproximado: 10 millones de pesos. Yate Tiara Sovran “Ulúa”. Valor aproximado: 2 millones de pesos. Yunes Linares y su primo César Yunes Landa son copropietarios de la empresa de bienes “Kryztal” en Veracruz. Valor aproximado: 5 millones de pesos. Seguritex, empresa propiedad de Miguel Ángel Yunes Linares dedicada a seguridad portuaria. Valor aproximado: 3 millones de pesos. Rancho “La Fermina”, ubicado en el Municipio de Tierra Blanca, con 400 hectáreas. Valor aproximado: 3 millones de pesos. Residencias en la Ciudad de México (Coyoacán), Terrenos en Xalapa, Cancún y Costa de Oro (Veracruz). Valor aproximado: 25 millones de pesos. Omar Yunes Márquez, el hijo menor, aparece como propietario de cuatro empresas localizadas en Oviedo, España. Bajo la denominación social Vault Investments Sociedad Limitada, Nero Investments, Feles Investments y Maximilian Investments, dichas empresas desarrollan trabajos de obra pública y privada, suministro de materiales e instalaciones en general. Aparte de estas cuatro empresas en España, Omar Yunes es copropietario de empresas inmobiliarias como Praxislong Pralo, SA de CV y Veracruzana de Bienes Inmuebles SA de CV. En sociedad con sus hijos y esposa, posee Yunes Consultores SC, y la empresa Operadora de Servicios y Alimentos YM con sucursales en Boca del Rio, Veracruz y Cholula, Puebla. Finalmente dentro del imperio de los Yunes se encuentra una empresa denominada Compañía Veracruzana de Casa y Departamentos. Todo ello sin contar sus cuentas en bancos de México y del extranjero que deberán ser revisadas por las autoridades competentes. ¿De dónde? Siempre ha sido “servidor público”, ¿o no? + + + Y desde Torreón, Coahuila, don Miguel Ramírez opina: “Al gobierno federal le era muy difícil seguir apoyando a un gobernador tan cuestionado como Javier Duarte, por lo que, en consecuencia, éste se vio obligado a pedir licencia al cargo que ocupaba. Entre los muchos hechos por los que se le recuerda a Javier, está el de los 25 millones de pesos, en efectivo, que, en enero de 2012 se le encontró en el Aeropuerto Internacional de Toluca a una avioneta procedente de Veracruz. Lo que se dijo en ese momento fue que tal dinero estaba destinado a pagar los gastos de unas festividades que se iban a efectuar en Veracruz, pero a esta afirmación no se le dio ningún seguimiento para confirmar su veracidad. Hubo quienes pensaron que esta cantidad realmente estaba destinada a sufragar parte de los gastos de campaña de Peña Nieto, quien en esa fecha ya era candidato del PRI a la Presidencia de la República. Ahora que se le ha abandonado a Javier Duarte, ¿se atreverá éste a animarse a decir la verdad del destino de los 25 millones de pesos? La trama veracruzana ha entrado en capítulos muy interesantes. Ojalá ninguno sea trágico.”
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